La torre que flota sobre el embalse de Santillana en Manzanares El Real
Esta construcci¨®n neog¨®tica es parte de la antigua presa, que qued¨® sepultada bajo las aguas al construirse una nueva
En medio del embalse de Santillana, muy cerca del conocido castillo de los Mendoza, en Manzanares El Real, flota sobre las aguas una torre. Su aspecto es se?orial, construida a imagen y semejanza de la fortaleza, y su base permanece hundida bajo las aguas. No es f¨¢cil llegar a ella y no hay que hacer caso a las indicaciones de Google, porque el acceso que se?ala permanece cerrado al p¨²blico desde hace a?os. La ¨²nica manera de acercarse un poco es con una ruta de dos horas ida y dos de vuelta bordeando el pantano en verano, cuando el nivel del agua est¨¢ bajo. Pero ?qu¨¦ pinta una torre medio hundida en medio del pantano?
Para conocer la respuesta, hay que remontarse al inicio de la Revoluci¨®n Industrial en Espa?a. Lo explica el ingeniero de caminos ?ngel Gil: ¡°La electricidad se produce en aquella ¨¦poca con dinamos. La manera para producir m¨¢s cantidad de electricidad era ir a un sitio propicio del r¨ªo y poner una turbina que moviera una dinamo para generar corriente continua¡±.
Pero el problema que tiene la corriente continua es que ¡°no se puede transportar, as¨ª que la industria ten¨ªa que estar pegada al r¨ªo¡±. Sin embargo, a finales del siglo XIX se inventa la corriente alterna, que permite transportar a m¨¢s largas distancias. ¡°Es entonces cuando se pueden aprovechar ubicaciones del r¨ªo propicias, pero que est¨¢n lejos. As¨ª empiezan a construirse las grandes presas hidroel¨¦ctricas en Espa?a¡±, concluye Gil. Y la del embalse de Santillana es una de ellas.
El potencial de la zona llam¨® la atenci¨®n de un ingeniero militar, que elabor¨® un proyecto para construir aqu¨ª una presa. Pero no fue a m¨¢s por falta de financiaci¨®n. Hasta que el marqu¨¦s de Santillana, Joaqu¨ªn de Arteaga y Echag¨¹e, compr¨® la concesi¨®n. ¡°Lo convirti¨® en el proyecto de su vida. Se construyeron como si fueran dos presas con forma de arco que se juntaban y la torre que se ve ahora por encima del agua estaba en el centro. Era como el apoyo de las dos presitas que cerraban todo el valle¡± cuenta Gil.
El marqu¨¦s acababa de reformar el castillo de los Mendoza, tambi¨¦n de su propiedad, y para la presa quiso contratar al mismo arquitecto. Con esa est¨¦tica se levant¨® tambi¨¦n la torre, que imita a la torre del homenaje de la fortaleza. Pasaron los a?os y el Canal de Isabel II acab¨® adquiriendo la presa. ¡°Cuando se hacen con esta concesi¨®n, ven que hay una cantidad de agua que no se aprovecha en la cuenca. Imagino que mirar¨ªan varias opciones y al final vieron que la m¨¢s sencilla era construir una presa m¨¢s alta¡±, explica el ingeniero. La antigua construcci¨®n qued¨® as¨ª sepultada por las aguas del embalse. Su torre neog¨®tica es de los pocos elementos que sobresalen para recordar que debajo yace su pasado.
Pero, ?tiene alguna utilidad ahora la torre? Gil sabe de primera mano que, si se intenta acceder a la zona, salta una megafon¨ªa para echar al visitante. Sin embargo, la torre est¨¢ acondicionada ahora como museo. ¡°Dentro tiene fotograf¨ªas hist¨®ricas. No se puede acceder, pero eso no significa que no lo haya¡±, dice Gil, que cree que un patrimonio como este habr¨ªa que ense?arlo. ?Por qu¨¦ se ha cerrado el acceso a una construcci¨®n que deber¨ªa ser de dominio p¨²blico? ¡°Pues en este caso se justifican en la seguridad de una infraestructura. Aguas abajo de la presa puede haber una apertura, que salga agua y que esa zona se inunde. Las presas son infraestructuras cr¨ªticas, entonces es normal que haya un control de seguridad¡±.