¡°Amanece en cualquier agreste serran¨ªa de la mitad sur de la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica.
Se retiran los cazadores de la noche.?
Inician la jornada de caza los depredadores y carro?eros diurnos.?
Y entre ellos, el m¨¢s hermoso de nuestros mam¨ªferos de presa: el lince.
Podr¨ªamos llamarle la ¨²ltima fiera de Espa?a.¡±
F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente,
?de un El hombre y la Tierra de 1979
"Juglans est¨¢ pidiendo agua", exclama Erika D¨ªaz, de 38 a?os, se?alando en la pantalla a un elegante y tranquilo ejemplar de lince ib¨¦rico (Lynx pardinus). Sentada al mando del circuito de c¨¢maras del centro de cr¨ªa de estos felinos en El Acebuche (Huelva), Erika vigila los movimientos de los 26 animales que ocupan los cercados. Trabaja desde hace diez a?os como videovigilante y a¨²n recita de carrerilla los nombres de la camada que vio nacer cuando lleg¨® como voluntaria: "Fauna, Flora, Fuego, Fado, Fandango, F¨¦lix y Fruta".
Esos y otros muchos cachorros nacidos en cautividad alimentan una especie que borde¨® la extinci¨®n. A principios del siglo XXI el n¨²mero de linces ib¨¦ricos se desplom¨®. Tan solo quedaron un centenar, api?ados en unas pocas hect¨¢reas en Huelva y Ja¨¦n. Ante tal panorama, las administraciones se movilizaron para tratar de evitar su extinci¨®n. La receta fue el plan Iberlince: criarlos en cautividad y soltarlos en el campo con la esperanza de que sobreviviesen y se multiplicasen. El milagro se consum¨®. Tras tres programas europeos Life ¨Ccon m¨¢s de 100 millones de euros de financiaci¨®n, r¨¦cord en la conservaci¨®n de una especie continental¨C y el trabajo coordinado de entidades p¨²blicas y privadas, hoy existen alrededor de 800 ejemplares en distintos puntos de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, seg¨²n estiman los expertos.
"La historia ha sido un ¨¦xito mundial", afirma Ram¨®n P¨¦rez de Ayala, coordinador del programa del lince ib¨¦rico de WWF Espa?a. Seg¨²n la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza, que determina el nivel de amenaza de las especies, el felino ha renacido y ya no se encuentra en peligro cr¨ªtico, sino tan solo en peligro. Pero su porvenir a¨²n no est¨¢ despejado. ?C¨®mo se ha logrado este hito? ?Y c¨®mo garantizar su futuro?
De la extinci¨®n a la repoblaci¨®n
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Al total de 2018 hay que sumarle 25 ejemplares m¨¢s no representados en el mapa. Cronolog¨ªa elaborada a partir del censo de 2018 del programa Life Iberlince.
P¨¦rez de Ayala no deja de sorprenderse de lo logrado en estos casi 20 a?os. M¨¢s cuando al principio solo pod¨ªan aspirar a que no se esfumasen las poblaciones andaluzas de Do?ana y And¨²jar, entonces los ¨²nicos reductos del felino. Entre los dos, sumaban 94 ejemplares.
"Lo primero que quisimos fue detener ese declive horrible", narra el bi¨®logo. Achaca la situaci¨®n de partida a "una cadena de desastres": los cambios de uso del suelo a partir de los a?os cincuenta, en los que cada vez se dividieron m¨¢s las parcelas; un n¨²mero creciente de tractores; Juntas de Extinci¨®n de Alima?as subvencionadas por el Estado en los setenta; carreteras que aislaban las poblaciones; enfermedades letales para los conejos ¨Cel 90% de la dieta del lince¨C como la mixomatosis -introducida por un m¨¦dico franc¨¦s harto de que le comieran los cultivos-; furtivismo; atropellos...
Lo ¨²nico que se pod¨ªa hacer entonces era estabilizar lo que hab¨ªa. "Andaluc¨ªa, solo con el manejo de la poblaci¨®n silvestre, consigui¨® revertir la l¨ªnea descendente evitando las causas de mortalidad", interviene Francisco Villaespesa, director del centro de cr¨ªa de El Acebuche, que cuenta que no dud¨® cuando surgi¨® la oportunidad de trabajar con el lince. "Aquel fue el origen de la poblaci¨®n cautiva".
Con los centros de cr¨ªa ya rindiendo, probaron a soltar animales en otras zonas de Andaluc¨ªa. Pero hab¨ªa dudas. "No sab¨ªamos muy bien si cuando llev¨¢ramos un bicho a otro lado se iba a quedar", recuerda P¨¦rez de Ayala. "Lo intentamos con los salvajes, que ten¨ªan mejores probabilidades de sobrevivir, y conseguimos asentarlos". Se atrevieron despu¨¦s con los nacidos en cautividad. Tambi¨¦n result¨®. De esta etapa salieron dos asentamientos nuevos, Guarrizas (Ja¨¦n) y Guadalmellato (C¨®rdoba), en las inmediaciones de Sierra Morena.
En 2014, en un intento de recuperar el ¨¢rea de presencia hist¨®rica, la expansi¨®n cruz¨® las fronteras andaluzas. La huella del lince se dej¨® ver en Vale do Guadiana (Portugal), Matachel (Badajoz), la parte manchega de Despe?aperros y los montes de Toledo. M¨¢s tarde lleg¨® a La Garganta (Ciudad Real) y la zona de Lora del R¨ªo (Sevilla). "Fue muy bien", sentencia P¨¦rez de Ayala. En todas las colonias nacieron nuevos animales y la supervivencia rond¨® de media el 70%. As¨ª hasta nuestros d¨ªas, en los que el censo de 2019, a¨²n no cerrado, apunta a que se rondar¨¢ la cifra de 800 linces con unos 50 intercambios exitosos entre poblaciones.
Aqu¨ª nacen linces
La repoblaci¨®n bebe de cinco centrosde cr¨ªaen cautividad ¨CEl Acebuche (Huelva), La Olivilla (Ja¨¦n), Granadilla (C¨¢ceres), Silves (Portugal) y el Zoobot¨¢nico de Jerez de la Frontera. El Acebuche, un lugar recogido y familiar, ubicado en pleno Parque Nacional de Do?ana, fue pionero en dar luz verde al programa, all¨¢ por 2003. Aqu¨ª la fallecida Saliega, una hembra procedente de Sierra Morena, dio a luz a Brezo, Brisa y Brecina, la primera camada nacida en un entorno controlado. Desde entonces, la red suma 537 nuevos nacimientos. En la actual temporada reproductora, que tiene lugar entre febrero y marzo, se estima que 26 parejas tendr¨¢n unos 40 cachorros.
La misi¨®n principal de los centros es producir ejemplares aptos. Desde tres puntos de vista: "El gen¨¦tico, para enriquecer las poblaciones; el etol¨®gico, para que sepan desenvolverse en la naturaleza; y el sanitario, para que no tengan ninguna enfermedad", detalla Francisco Villaespesa. La red de cr¨ªa constituye tambi¨¦n un valioso banco gen¨¦tico, una especie de arca de No¨¦ a la que recurrir si la especie desapareciera. Al final, todo el esfuerzo cristaliza cuando un animal nacido en cautividad sale corriendo en direcci¨®n al campo. "Es muy gratificante ver el fruto del trabajo. C¨®mo un lince que hemos criado vuelve a su hogar", concluye Erika D¨ªaz. As¨ª es un d¨ªa en el centro de cr¨ªa de El Acebuche.
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Evolutivamente est¨¢ m¨¢s pr¨®ximo al tigre que al gato
?Un felino suelto!
En tal ¨¦xito tambi¨¦n ha colaborado el entorno campestre. Los propietarios de las tierras que habitan los felinos saben m¨¢s que nunca lo importante de su protecci¨®n. "Hablamos con ellos y les planteamos un acuerdo para su conservaci¨®n. Antes sud¨¢bamos para que nos hicieran caso. Ahora hay inter¨¦s", explica P¨¦rez de Ayala. Que los linces se paseen por las fincas se ha convertido en un s¨ªmbolo de distinci¨®n y conciencia ambiental. Y su avistamiento, un atractivo para promocionar el turismo en la zona. Desde 2011, seg¨²n datos del programa de cr¨ªa en cautividad, se han liberado 248 ejemplares, una cifra ya mayor con las sueltas que han tenido lugar en 2020.
Tanto la cr¨ªa como la reintroducci¨®n en el campo, las dos patas de la recuperaci¨®n, van de la mano en tiempos y objetivos. "Trabajamos en paralelo y coordinados: ellos reproducen linces y nosotros los soltamos al campo", detalla P¨¦rez de Ayala.
El paraguas financiero de los proyectos Life no cubre, eso s¨ª, la red de centros de cr¨ªa, que depende ¨ªntegramente de las administraciones del Estado y de las autonom¨ªas, principalmente de la Junta de Andaluc¨ªa.
Actualmente, se espera la aprobaci¨®n de un cuarto Life, llamado Lynx Connect y programado para el periodo 2020-2025. Su objetivo ser¨¢ rebajar a¨²n m¨¢s el riesgo del felino para que pase de especie en peligro a vulnerable.
El hombre que amaba a los buitres
"Manu, el de los buitres". As¨ª conocen a Manuel Aguilera, un enamorado de estas rapaces que ha defendido su existencia durante m¨¢s de 50 a?os en Santa Cilia de Ponzano (Huesca). Aguilera gestiona la fundaci¨®n Fondo Amigos del Buitre, dedicada a la protecci¨®n y supervivencia del ave, en especial del quebrantahuesos. D¨ªa tras d¨ªa los alimenta, vigila e incluso charla con ellos. Aguilera ha conseguido que ya nadie tema a los buitres. Una labor pedag¨®gica que ha revitalizado la econom¨ªa e impulsado el turismo ornitol¨®gico de la zona.
La historia de Manuel forma parte de Pienso, Luego Act¨²o, la plataforma de Yoigo que da voz a personas que est¨¢n cambiando el mundo a mejor y que ha colaborado en la divulgaci¨®n de su tarea, lo que ha repercutido en el n¨²mero de visitas para observar a estas rapaces: entre 4.000 y 5.000 personas se interesan cada a?o por su proyecto.
Una saga de linces
Fotograf¨ªas de los felinos que est¨¢n repoblando Espa?a
Fotograf¨ªas: PROGRAMA DE CR?A DEL LINCE IB?RICO
La fallecida Saliega est¨¢ considera la madre de las madres y un ejemplar clave en la recuperaci¨®n de la especie.
En 2002, la hembra fue extra¨ªda de la exigua poblaci¨®n de Sierra Morena y aterriz¨® en el Zoobot¨¢nico de Jerez de la
Frontera. All¨ª lleg¨® herida y pesando menos de 800 gramos. Tres a?os despu¨¦s, se convertir¨ªa en la matriarca de una
larga estirpe al dar a luz a Brezo, Brisa y Brecina.
Fotograf¨ªas: PROGRAMA DE CR?A DEL LINCE IB?RICO
As¨ª fueron fotografiados Brezo, Brecina y Brisa en una de las im¨¢genes m¨¢s ic¨®nicas de la cr¨ªa del felino. La camada,
la primera en cautividad, va ligada sentimentalmente al programa de conservaci¨®n. Brecina muri¨® en la adolescencia, en el
periodo de peleas de la especie. Brezo falleci¨® a causa de una enfermedad renal. Y Brisa, felizmente, dio a luz a dos cachorros
que se han soltado en el campo.
Fotograf¨ªas: PROGRAMA DE CR?A DEL LINCE IB?RICO
A sus 16 a?os, Adelfa, una de las hembras m¨¢s longevas y elegantes del programa, encara su duod¨¦cima temporada de reproducci¨®n.
Hace escasos d¨ªas comenz¨® la c¨®pula con Fran, un macho de 18 a?os extra¨ªdo de la vida silvestre y a¨²n sin descendencia, un perfil
id¨®neo para la mezcla gen¨¦tica. Juntos conforman la pareja m¨¢s antigua del programa.
Fotograf¨ªas: PROGRAMA DE CR?A DEL LINCE IB?RICO
La hembra Fauna no cuidaba bien de Positivo, uno de sus cachorros. A la vista de los hechos,
el equipo de El Acebuche decidi¨® insertarlo en otra familia. La elegida fue la camada de Gitanilla y Dam¨¢n. Desde entonces, sus hijos
Pa¨ª?o, Playa y Palmera cuentan con un nuevo hermano.
Fotograf¨ªas: PROGRAMA DE CR?A DEL LINCE IB?RICO
Hijo de Camarina y Cuco, el macho Hamma es otro de los ejemplares reproductores de El Acebuche y uno de los numerosos
nietos de la abuela Saliega.
Fotograf¨ªas: PROGRAMA DE CR?A DEL LINCE IB?RICO
Parte de los hijos de Brisa y nietos de Saliega jugueteando en uno de los cercados de acondicionamiento del centro.
En la actualidad, la mayor parte de esta camada ha sido liberada en la naturaleza, donde se reproducir¨¢n y establecer¨¢n nuevos territorios.
Fotograf¨ªas: PROGRAMA DE CR?A DEL LINCE IB?RICO
A todos los linces del mismo a?o nacidos en cautividad se les nombra con la misma letra del abecedario. Hifa naci¨® en 2011, el a?o de la h,
y tambi¨¦n pertenece a la saga Saliega. En este caso, es una de las hijas que su madre tuvo con el macho F¨¦lix.
La salvaci¨®n definitiva
?Cu¨¢ndo dejar¨¢ de correr peligro la especie? En 2040. ?Y cu¨¢ntos linces ser¨¢n necesarios para salvaguardar su futuro? 3.000 ejemplares en total con 750 hembras reproductoras. Son las dos cifras que, teniendo en cuenta factores biol¨®gicos y legales, los conservacionistas perseguir¨¢n en los pr¨®ximos a?os. De alcanzarlas, la especie recibir¨¢ la calificaci¨®n de Estado de Conservaci¨®n Favorable, otorgada por la Directiva H¨¢bitats del Ministerio de Transici¨®n Ecol¨®gica, que asegura su viabilidad a largo plazo.
Para lograrlo, lo prioritario es, seg¨²n P¨¦rez de Ayala, conectar las poblaciones mediante corredores naturales y consolidar otras que hagan de puente entre las existentes. Y aunque en los ¨²ltimos tres lustros el ¨¢rea por la que campa el lince ha pasado de 125 a 3.064 km2, los terrenos no dan para m¨¢s. "Al ritmo que vamos, en dos a?os habr¨ªa que crear cuatro poblaciones nuevas y dentro de seis, otras cuatro", retoma Francisco Villaespesa. "Madrid y Castilla y Le¨®n tienen que subirse al carro. Luego habr¨¢ que empezar con Valencia, Catalu?a, Arag¨®n...".
Todos los actores implicados reclaman una estrategia ib¨¦rica de conservaci¨®n que, m¨¢s all¨¢ de gobiernos, garantice la financiaci¨®n del programa en Espa?a y Portugal y aborde temas como la elaboraci¨®n de un censo de conejos y la citada conectividad entre territorios. Y que proponga soluciones a las dos causas mayoritarias de muerte del animal, los atropellos y el furtivismo, que han dejado 146 y 37 bajas respectivamente desde 2011. "Estamos a medio camino", considera P¨¦rez de Ayala. "No podemos perder fuelle ahora".
Con todos estos retos por delante, los que han hecho posible el retorno del lince no descansar¨¢n. Seguir¨¢n cuidando del felino m¨¢s gr¨¢cil, el m¨¢s querido y salvaje de nuestro campo. "Con los recursos y concienciaci¨®n que tenemos en Europa no nos pod¨ªamos permitir que se extinguiese un animal as¨ª", resuelve P¨¦rez de Ayala. "Hasta ahora lo hemos logrado. Es una historia que merece ser contada".