Leonor triunfa en Instagram con su estilo y es la primera en marcarse un TikTok. Juan Jos¨¦ es el abuelo youtuber, un coleccionista de nietos virtuales que reparte sabidur¨ªa y sentido del humor. Concha comparte su pasi¨®n, el estudio sobre un envejecimiento activo y diferente, a trav¨¦s de su web y su cuenta de Twitter. A pesar de que entre estas tres personas median 24 a?os, Leonor, Juan Jos¨¦ y Concha accedieron a la tecnolog¨ªa entrada ya la edad adulta. Pero llegaron para quedarse. En las redes sociales han descubierto, dicen, un espacio estimulante y lleno de posibilidades. Aqu¨ª hacen, b¨¢sicamente, lo que quieren cuando quieren, alejados de los estereotipos del paso del tiempo. Han hallado, adem¨¢s, una herramienta para conectar con personas y generaciones totalmente inesperadas. Estas son sus historias.
Leonor Olabarr¨ªa
59 a?os
Siempre quiero aprender m¨¢s. Para m¨ª eso es un s¨ªntoma de juventud
con_buena_facha
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Cuando se compr¨® su primer port¨¢til para empezar con un blog de moda, all¨¢ por 2012, Leonor Olabarr¨ªa, de 59 a?os, recuerda que recurri¨® a la ayuda de un amigo de su hijo adolescente. "Ten¨ªa la misma idea de internet que de alem¨¢n: ninguna", afirma. Ocho a?os despu¨¦s es una de las instagrammers de cierta edad m¨¢s exitosas en el campo de la moda. Bilba¨ªna, funcionaria de Justicia e influencer, si se quiere, Olabarr¨ªa entr¨® a la vida digital con entusiasmo, preguntando y aprendiendo de usuarias veintea?eras. Ahora su cuenta, @con_buena_facha, acumula miles de seguidores que aprecian su sentido est¨¦tico y su cercan¨ªa. "Se sorprenden cuando siempre les contesto", afirma.
"Bast¨® que la gente me dijera que no, que no ten¨ªa edad para hacer eso, que no dominaba las tecnolog¨ªas, que llegaba tarde", explica Olabarr¨ªa. "Tarde ser¨ªa si llegara ma?ana". Cuando sus publicaciones comenzaron a tener cierta repercusi¨®n ("mam¨¢, esto funciona", le advirti¨® su hijo), le pidi¨® a su hija que le llevara las redes sociales. Su reacci¨®n fue la de muchos chavales ante las incursiones digitales de sus progenitores: "Dijo que no, que no quer¨ªa por nada del mundo que yo estuviera en internet", r¨ªe.
![Leonor Olabarr¨ªa.](/especiales-branded/pienso-luego-actuo/2020/la-red-ya-no-tiene-edad/img/1588528517_338967_1588532222_sumario_normal.jpg)
Pero hoy es ella la que les dice a sus hijos d¨®nde encontrar un sonido en TikTok, red que est¨¢ causando furor y a la que tambi¨¦n se ha unido. "Mis amigas no tienen redes y me dicen que no haga el tonto. ?No hago ni una cuarta parte de lo que me gustar¨ªa!", exclama.
Generaciones como la de Olabarr¨ªa est¨¢n muy familiarizadas con un uso tecnol¨®gico b¨¢sico: WhatsApp, Facebook, Internet. Como la bilba¨ªna, alrededor del 85% de los espa?oles de entre 55 y 64 a?os entraron en la red al menos una vez en los ¨²ltimos tres meses, seg¨²n un informe del CSIC a partir de datos del INE de 2019. M¨¢s que la alfabetizaci¨®n digital de los m¨¢s mayores, es la incorporaci¨®n de estos ciudadanos a la vida online la que est¨¢ reduciendo la brecha entre ellos y los j¨®venes. En 2007 mediaban 78,6 puntos porcentuales entre el segmento m¨¢s conectado (16-24 a?os) y el menos (65-74 a?os). En 2019, tan solo 35,5. "Son personas cada vez m¨¢s formadas que hacen cosas con las que est¨¢n muy comprometidas", explica Mayte Sancho, psic¨®loga y experta en edad adulta. Un dominio de las redes sociales como el de Olabarr¨ªa, eso s¨ª, sigue siendo cosa infrecuente en su franja de edad.
![Leonor Olabarr¨ªa.](/especiales-branded/pienso-luego-actuo/2020/la-red-ya-no-tiene-edad/img/1588528517_338967_1588532949_sumario_normal.jpg)
Olabarr¨ªa hace moda sin pretenderlo. "S¨¦ distinguir lo que me gusta de lo que no, pero no soy profesional", explica. "Me gusta hablar con la gente. Muchos seguidores creen que no les voy a contestar, pero siempre lo hago y se sorprenden". Califica su aventura digital de "tabla de salvaci¨®n". Est¨¢ en contacto con instagrammers que aplauden lo que hace. "Yo siempre quiero aprender e investigar m¨¢s. Creo que eso es s¨ªntoma de juventud", termina.
Juan Jos¨¦ Ca?as
83 a?os
He encontrado un pozo sin fin de opiniones diferentes, edades diferentes y alegr¨ªa. Me divierto
atrapatuabuelo
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A sus 83 a?os, Juan Jos¨¦ Ca?as se enorgullece de atrapar nuevos nietos cada d¨ªa. Tiene 15 biol¨®gicos pero miles virtuales. Desde su canal de YouTube, Atrapatuabuelo, sube v¨ªdeos sobre su vida y aficiones, que son muchas: filatelia, aviaci¨®n, vinos, viajes... Casi siempre ayudado por su nieta Esther, youtuber de 22 a?os, Ca?as, residente en Torremolinos (M¨¢laga), se siente como pez en el agua sentado frente al ordenador. Lleva casi cuatro a?os con el canal y hoy le reconocen por la calle. El encierro le ha afectado algo menos. "Como llevo haci¨¦ndolo un tiempo me encuentro en mi salsa. No tengo problema", afirma.
La cosa comenz¨® hace unos cuatro a?os. Ca?as estaba de viaje por Vietnam con sus nietos y los amigos de estos desde Espa?a reclamaban que fuera el abuelo el que describiera el viaje. "'Que hable tu abuelo, que nos parece muy interesante c¨®mo cuenta las cosas', dec¨ªan", recuerda Ca?as. De la narraci¨®n sal¨ª¨® un v¨ªdeo. De los viajes siguientes (Venecia, Lisboa), otros tantos m¨¢s. El canal estaba en marcha.
![Juan Jos¨¦ Ca?as.](/especiales-branded/pienso-luego-actuo/2020/la-red-ya-no-tiene-edad/img/1588528517_338967_1588531628_sumario_normal.jpg)
"Las ideas surgen de la vida diaria, que es lo m¨¢s rico. O de conversaciones con los amigos, que alucinan un poco con lo que hago", explica. Sus v¨ªdeos oscilan entre el costumbrismo y el humor tierno, pero con el lenguaje y la est¨¦tica de Youtube, obra de la edici¨®n de su nieta Esther. En ellos se puede ver el momento en el que Ca?as acude a un sal¨®n de belleza, la charla con su nieta para desmentir los mitos del malware o el d¨ªa que se perdi¨® por seguir a un gato. O el que se tat¨²a la paloma de Picasso, recuerdo a su mujer fallecida. La miniatura del v¨ªdeo Descubr¨ª unas cuevas en C¨¢diz es un montaje de Ca?as como Indiana Jones. Cualquier v¨ªdeo te lo puede rematar con un "dame un lique" (que no un "laik", como ¨¦l dice).
"La gente mayor est¨¢ entendiendo que la tecnolog¨ªa les potencia: les acerca a sus nietos, les acerca entre ellos, les facilita hablar con personas diversas", expone Enrique Varela, presidente de Funteso, una fundaci¨®n que trabaja para que la tecnolog¨ªa sea accesible a todo el mundo. La asociaci¨®n organiza grupos de estudio con fabricantes para que orienten el dise?o y la funcionalidad de sus nuevos productos al usuario e imparte talleres para que personas con alguna discapacidad se familiaricen con ellos. "Si hay una buena pedagog¨ªa, si se explica bien, la gente se acerca y hace un uso maravilloso de ella".
Si las iniciativas de Funteso te han hecho pensar y t¨² tambi¨¦n quieres ayudar a esta causa para cambiar el mundo
Juan Jos¨¦ dice ser mayor pero no viejo. Vive con arreglo a lo que se le permite, dice. Le gusta comer bien. Tiene una gran colecci¨®n de sellos y unas cuantas botellas de vino. Planea continuar con su canal y seguir coleccionando nietos. "Considero que los mayores deber¨ªan abrirse a estos cauces y participar", argumenta. "Yo he encontrado una fuente de opiniones diferentes y una f¨®rmula para conectar con gente que no hubiera pensado".
El presidente de Funteso refrenda ese intercambio de conocimientos y medios que Ca?as ha experimentado con el p¨²blico joven. Varela habla de talleres organizados por su fundaci¨®n en el centro cultural Medialab Prado (Madrid) en los que torneros o fresadores, jubilados con oficios extra?os para los nativos digitales, les explican a estos mismos por qu¨¦, por ejemplo, "la columna griega que est¨¢n dibujando en Autocad tiene un punto de equilibrio determinado".
"Mi madre no enciende un ordenador, pero habla con Alexa todos los d¨ªas y le pide cosas. Y no es que ella sea menos inteligente que yo o que una persona de 15 a?os que ya naci¨® con el Facebook hecho. Es una cuesti¨®n del medio en el que crecemos", dice Varela. La tecnolog¨ªa tiene que ser f¨¢cil para todo el mundo, algo que requiere un dise?o personalizado y no estandarizado. "La industria ha decidido que la lavadora tiene que estar abajo y ser de carga frontal; prenda a prenda y de rodillas. Es un ejemplo", se?ala. "Pero no todos los usuarios son personas j¨®venes y sanas. La tecnolog¨ªa no es m¨¢s que una herramienta, por eso hay que adaptarla a la gente".
La rebeli¨®n de siete abuelas
![Las Lideresas de Villaverde.](/especiales-branded/pienso-luego-actuo/2020/la-red-ya-no-tiene-edad/img/1588528517_338967_1588530685_sumario_normal.jpg)
Amigas, combativas e inesperadas. Son las Lideresas de Villaverde (Madrid), un grupo de siete jubiladas madrile?as que decidieron rebelarse contra las etiquetas impuestas por la sociedad y defender, bien alto y claro, una madurez activa y un feminismo pragm¨¢tico, atrevido y con humor: "Nuestro objetivo es representar a las mujeres mayores para que se den cuenta de que una persona, por ser mayor, no tiene que quedarse en su casa, aburrida, esperando a que le llegue la muerte", reivindican. Ya sea desde Con mayor voz, el programa de radio que graban desde una emisora comunitaria, recitando su rap o impulsando iniciativas vecinales, la historia de las Lideresas encarna un ejemplo del activismo m¨¢s cercano: "La generosidad para hacer ciudadan¨ªa es fundamental. Esa es nuestra filosof¨ªa y nuestros principios", afirman.
La historia de estas mujeres forma parte de Pienso, Luego Act¨²o, la plataforma de Yoigo que da voz a personas que est¨¢n cambiando el mundo a mejor y que ha colaborado en la divulgaci¨®n de su tarea.
Concha Aparicio
67 a?os
Las redes son ventanas al mundo y es bueno mirar por ellas
concha_ea
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El caso de Concha Aparicio, enfermera jubilada de 67 a?os, es doblemente significativo. Tras trabajar gran parte de su vida laboral en la Concejal¨ªa de Salud de Alcal¨¢ de Henares (Madrid), Aparicio decidi¨® embarcarse en el estudio de las personas mayores y el envejecimiento, un campo que le fascinaba y en el que present¨® una tesis cum laude en 2013 de la que se enorgullece. Hoy comparte sus conocimientos en una web sobre envejecimiento activo y publica frecuentemente en su cuenta de Twitter. En este caso, teor¨ªa y acci¨®n coinciden y se retroalimentan.
"Quise transmitir lo fundamental de mi tesis doctoral, que es dar una imagen distinta de lo que supone la vejez, pero adaptando el formato a internet", explica. Admite que editar su web le lleva su tiempo. "?Esta semana qu¨¦ cuento? Hay cierta responsabilidad. Adem¨¢s, los destinatarios de mi p¨¢gina no son los principales usuarios de internet y las redes sociales. Esto es como una carrera de fondo, pero no tengo prisa", detalla.
![Concha Aparicio.](/especiales-branded/pienso-luego-actuo/2020/la-red-ya-no-tiene-edad/img/1588528517_338967_1588776490_sumario_normal.jpg)
Como el de Aparicio, estos acercamientos tras el fin de la vida laboral a las cosas que a uno siempre le han interesado conforman una aproximaci¨®n l¨®gica a lo que deber¨ªa ser la madurez. "Se forman grupos de aficiones compartidas. Es la esencia de lo que llamamos actividades con sentido", interviene la psic¨®loga Mayte Sancho. Tanto ella como Aparicio coinciden en que lo que no se puede hacer es ofrecer actividades por el mero hecho de moverse. La excursi¨®n por la excursi¨®n entra dentro de los estereotipos que Aparicio trata de alejar. "Hay que identificar qu¨¦ cosas tienen sentido para las personas, no para el grupo de mayores, porque es m¨¢s diverso que cualquier otro grupo de poblaci¨®n", a?ade Sancho.
"Estar en la red es una ventana a otras cosas y una motivaci¨®n diaria", retoma Concha. "A m¨ª me encanta. He conocido a personas que hubiera sido imposible si me hubiera quedado en casa haciendo punto, ese envejecimiento m¨¢s cl¨¢sico", r¨ªe.
![Captura de la p¨¢gina web de Concha Aparicio.](/especiales-branded/pienso-luego-actuo/2020/la-red-ya-no-tiene-edad/img/1588528517_338967_1588533960_sumario_normal.jpg)
Parad¨®jicamente, el n¨²mero de personas mayores que hace ganchillo disminuye. Las knitters son cada vez m¨¢s nietas que abuelas y las redes, con personas como Leonor, Juan Jos¨¦ o la propia Concha, un terreno m¨¢s variado. Ella misma termina citando al m¨¦dico brasile?o Alexandre Kalache, exdirector de la agenda de envejecimiento de la OMS y experto en longevidad que, ante el incremento de la esperanza de vida, sentenci¨®: "Si vivimos 30 a?os m¨¢s no nos los podemos pasar tejiendo".