Por Faustino S¨¢ez
En uno de los partidos m¨¢s controvertidos de la historia del baloncesto internacional, Estados Unidos perdi¨® en 1972 el primer encuentro de su historia en las competiciones ol¨ªmpicas, terminando con una racha, desde 1936, de 63 victorias consecutivas y 7 medallas de oro. La URSS cambi¨® la historia y Sergei Belov, el mejor del torneo, se convirti¨® en leyenda tras un final con intriga y pol¨¦mica.
Estados Unidos fue todo el partido a remolque de la URSS, pero logr¨® ajustar el marcador hasta el 49-48 con un lanzamiento en suspensi¨®n de Jim Forbes a falta de 40 segundos. Los sovi¨¦ticos agotaron la posesi¨®n hasta los 10 segundos pero McMillen tapon¨® el intento de canasta de Belov. Collins se lanz¨® entonces hacia la canasta rival y su intento de bandeja fue cortado con una falta a tres segundos para el final del partido. Fueron los tres segundos m¨¢s largos de la historia del baloncesto. Collins anot¨® los dos tiros libres poniendo uno arriba a su equipo (49-50) a falta de los 3 segundos finales, pero durante su segundo lanzamiento son¨® la bocina de la mesa. A partir de ah¨ª, el caos.
Los sovi¨¦ticos sacaron de fondo y fallaron el lanzamiento desatando la celebraci¨®n estadounidense. Pero uno de los colegiados hab¨ªa hecho sonar el silbato deteniendo la jugada, con un segundo por jugar, tras escuchar una bocina y ver alboroto en la mesa de anotadores. Los sovi¨¦ticos argumentaron que hab¨ªan solicitado tiempo muerto antes de los tiros libres de Collins. En un movimiento sin precedentes en la historia del baloncesto, R. William Jones, Secretario General de la FIBA, baj¨® del palco de autoridades hacia la mesa de anotaci¨®n y orden¨® que se colocase de nuevo el reloj a tres segundos y se repitiese desde ese punto. En la reanudaci¨®n, Belov se convirti¨® en el h¨¦roe con la canasta que vali¨® el oro ol¨ªmpico (51-50).
Tras ganar tres europeos seguidos en los a?os 70, Yugoslavia puso en valor un nuevo baloncesto m¨¢s r¨¢pido y t¨¦cnico, alejado del f¨ªsico que promulgaban los pa¨ªses del Este y la escuela estadounidense. Yugoslavia lleg¨® a la final en Mosc¨² con un dominio abrumador. Tras la renuncia de EE UU por motivos pol¨ªticos, su ¨²nico oponente posible era la URSS, a la que se enfrentaron en primera ronda. Ganaron los yugoslavos en la pr¨®rroga con 24 puntos de Dalipagic y otros tantos de Kikanovic.
Se esperaba un nuevo enfrentamiento con la URSS en la final, pero de la mano de un incre¨ªble Meneghin, Italia derrot¨® 87-85 a los rusos y se present¨® en el duelo por el oro. Venci¨® Yugoslavia por 86-77 con 22 puntos de Kikanovic, 20 de Delibasic y 18 de Dalipagic.
Los ?ngeles fue el escenario de la primera gran gesta del baloncesto espa?ol, la que le dio la medalla de plata en aquellos Juegos Ol¨ªmpicos. La generaci¨®n de Epi, Fernando Mart¨ªn, Corbal¨¢n, Romay, Jim¨¦nez, Sibilio... tumb¨® a la inabordable Yugoslavia en semifinales (74-61) y se present¨® en la final poniendo un pie en la luna. El 10 de agosto de 1984, en el F¨®rum de Inglewood, los chicos de D¨ªaz Miguel cayeron frente a la superpotencia estadounidense dirigida por Bobby Knigth y formada por jugadores que en los a?os siguientes se convertir¨ªan en grandes estrellas de la NBA: Michael Jordan, Patrick Ewing, Chris Mullin, Alvin Robertson y Sam Perkins, entre otros, pero la gesta ya estaba lograda.
Estados Unidos sufri¨® la segunda afrenta de su curr¨ªculo en Se¨²l. El poder¨ªo de los gigantes sovi¨¦ticos y el talento desbordante de una generaci¨®n yugoslava irrepetible alteraron la jerarqu¨ªa de la canasta en un choque de potencias. La URSS de Sabonis, Marciulionis, Homicius, Belostenny y Tikhonenko derrot¨® en semifinales a los norteamericanos (82-76), aboc¨¢ndoles a la medalla de bronce. En la final se present¨® la pujante Yugoslavia. Ser¨ªan campeones del mundo en 1990 y de Europa en 1989 y 1991, pero ya en 1988 presum¨ªan de mantener la hegemon¨ªa en el baloncesto mundial. El talento de Petrovic, Kukoc, Paspalj, Radja, Divac, Savic, Perasovic, Djorjevic o Danilovic unido a la veteran¨ªa de Cutura y Obradovic anunciaba el comienzo de un poder hegem¨®nico. Pero primero se toparon con las torres sovi¨¦tica (76-63 en la final) y despu¨¦s la guerra les borr¨® del mapa.
Michael Jordan, Larry Bird, Magic Johnson, Patrick Ewing, Karl Malone, David Robinson, Scottie Pippen, Chris Mullin, John Stockton, Clyde Drexler, Charles Barkley y Christian Laettner (¨²nico universitario, dos veces campe¨®n con Duke y jugador del a?o en aquel 1992) formaron el mejor elenco de la historia del baloncesto. Durante 15 d¨ªas asombraron al mundo con florituras filigranas y malabares. Sus rivales se rend¨ªan a la magia hipn¨®tica de un equipo de leyenda que incorpor¨® el baloncesto a las bellas artes. Bailando camino del oro, ganaron sus partidos por una diferencia media de 44 puntos y con un promedio de 117 puntos a favor.
Espa?a cerr¨® los Juegos con una actuaci¨®n memorable. Dirigidos por A¨ªto Garc¨ªa Reneses y liderados una vez m¨¢s por Pau Gasol, los espa?oles fueron capaces de llevar al l¨ªmite al segundo mejor equipo de la historia, tras el Dream Team de Barcelona 1992. El resultado final (118-107) reflej¨® la altura de un duelo de quilates. Los 22 puntos de Rudy Fern¨¢ndez, los 21 de Pau y la vertiginosa direcci¨®n de Ricky, hicieron necesaria la aparici¨®n estelar de Kobe Bryant para que las megaestrellas estadounidenses de la NBA atajaran la rebeli¨®n espa?ola. 24 a?os antes, en Los ?ngeles, un equipo no profesional dej¨® a Espa?a a 31 puntos de diferencia (96-65). En Pek¨ªn la distancia se redujo de forma notable en el marcador y, sobre todo, en la pista. El sue?o estuvo a unos pasos.