El aislamiento puede ser creativo
Joke J. Hermsen
Doctora en Filosof¨ªa, holandesa y especialista en la vida y obra de las fil¨®sofas Hannah Arendt y Lou Andreas-Salom¨¦. Autora de 'Melancol¨ªa' (Siruela)
"La soledad expresa la 'gloria de estar solo', porque despliega nuevas posibilidades de conectar con nosotros mismos y con los dem¨¢s"
Y entonces, de repente, iniciamos un largo retiro. Cerramos a nuestra espalda la puerta que da a la calle y acarreamos las bolsas de la compra escaleras arriba, llenamos la nevera de comida y nos quedamos en casa muchas semanas seguidas, separados de nuestros amigos, compa?eros y familiares. No fue un retiro elegido voluntariamente por nosotros, como unas largas vacaciones de meditaci¨®n en alg¨²n complejo "zen" de lujo. Nos limitamos a obedecer la firme exigencia de nuestros Gobiernos, que intentaban mantener la pandemia bajo control.
Me recuerdo en mi balc¨®n de ?msterdam, mirando un cielo de un azul hiriente sobre las casas. Nunca hab¨ªa sentido un contraste tan agudo entre esta primavera vital y floreciente y otra serie m¨¢s de tr¨¢gicas estad¨ªsticas presentadas en los informativos. All¨ª est¨¢bamos, en pleno estallido de flamante vida, rodeados por el anuncio de tantas muertes. Nos quedamos dentro y esperamos, pregunt¨¢ndonos a veces qu¨¦ era lo que est¨¢bamos esperando: ?el final del confinamiento? ?La siguiente crisis? ?O tal vez la oportunidad de cambiar?
Mientras esper¨¢bamos, descubrimos una forma de soledad nueva y ambivalente. Por una parte, esta soledad se parece a un aislamiento forzoso impuesto por un poder invisible, el virus, que nos atemoriza y hace que nos sintamos inseguros en relaci¨®n con nuestra vida, porque no sabemos cu¨¢nto va a durar ni c¨®mo vencer sus peligros. Nos asusta, hace que nos preocupemos, nos impide dormir y, lo peor de todo, podr¨ªa convertir nuestra naturaleza melanc¨®lica en un estado depresivo cr¨®nico.
Porque somos seres melanc¨®licos que en alg¨²n momento de nuestra infancia tomamos conciencia del paso del tiempo y, con ello, de la p¨¦rdida y la transitoriedad. Esta conciencia pesa sobre nuestros hombros, y con los a?os ahonda nuestra melancol¨ªa. Si nos acechan demasiados miedos e inseguridades, nuestra melancol¨ªa suele volverse tan negra como la "hiel" griega que le da nombre: melan-chole, profunda y abatida. Sin embargo, por fortuna, tambi¨¦n sabemos c¨®mo sobrellevar e "iluminar" esa melancol¨ªa con la m¨²sica, por ejemplo, o con relatos, o con una expresi¨®n de amor. En otras palabras, tenemos que hacerla "creativa" a fin de traducirla en "tristeza con una sonrisa", como dijo Calvino, y no en depresi¨®n.
Sin embargo, estos ¨²ltimos meses nos hemos enfrentado a p¨¦rdidas enormes y escenarios terror¨ªficos. Ha sido extremadamente dif¨ªcil encontrar alguna esperanza. Por lo tanto, existe el peligro de que gran parte de la poblaci¨®n se deprima, lo cual es un problema de salud muy grave, sobre todo si se combina con la soledad, como han demostrado famosos investigadores como Trudy Dehue, de Holanda, y Stephen Houghton, de Estados Unidos. En consecuencia, no tenemos m¨¢s remedio que seguir buscando nuevas fuentes de esperanza e inspiraci¨®n.
La buena noticia es que en el aislamiento mismo, o en lo que solemos llamar soledad, hay algo de esperanza. La soledad es un estado en el que uno puede centrar su atenci¨®n en el di¨¢logo interior, como explicaba Hannah Arendt en La vida del esp¨ªritu (1973). Incluso cuando estamos "solos con nosotros mismos", somos seres dial¨¦cticos porque podemos hablar solos, podemos pensar y reflexionar sobre nuestras propias acciones. Somos "dos en uno", o, en palabras de Arendt, "todo pensamiento, estrictamente hablando, es elaborado en soledad y es un di¨¢logo entre yo y yo mismo". Si somos capaces de concentrarnos en este di¨¢logo interior, no solo descubriremos las posibilidades de este fruct¨ªfero aspecto de la soledad para nosotros mismos, sino que encontraremos tambi¨¦n nuevas conexiones con los dem¨¢s: "Este di¨¢logo de dos en uno no pierde contacto con el mundo de mis semejantes porque ellos est¨¢n representados en el yo con el que mantengo el di¨¢logo del pensamiento".
Si el aislamiento expresa el dolor y el miedo a estar (obligado a estar) solo, la soledad expresa la "gloria de estar solo", precisamente porque despliega nuevas posibilidades de conectar con nosotros mismos y con los dem¨¢s. En consecuencia, el reto que se nos plantea es convertir nuestro aislamiento en una soledad participada. ?C¨®mo? Pensando, so?ando, leyendo, escribiendo y presentando nuestros pensamientos a los dem¨¢s como yo les estoy presentando los m¨ªos. Este intercambio es lo ¨²nico que puede proporcionar un contrapeso suficiente a nuestra melancol¨ªa y evitar que caigamos en la depresi¨®n. En todo el mundo compartimos los mismos miedos y las mismas amenazas, pero tambi¨¦n la misma esperanza: ser capaces de volver a empezar despu¨¦s del coronavirus, y comportarnos y actuar de una manera mucho m¨¢s responsable y solidaria.
Cr¨¦ditos
Edici¨®n y Coordinaci¨®n: Joseba Elola, Carmen P¨¦rez-Lanzac, Braulio Garc¨ªa Ja¨¦n, Carla Mascia, Andrea Aguilar, Pablo de Llano, Jorge Morla, ?ngeles Lucas, Pablo Le¨®n, Jes¨²s Albor¨¦s.
Direcci¨®n de arte: Fernando Hern¨¢ndez
Ilustraciones: Sr. Garc¨ªa
Fotograf¨ªa: Carmen Guri y Almudena Mart¨ªn
Desarrollo: Jacinto Corral
Frontend: Alejandro Gallardo
Traducciones: News Clips y Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia