Conciliaci¨®n canina: los trabajadores se han acostumbrado a volver a la oficina. Sus perros, no
Despu¨¦s de meses compartiendo m¨¢s horas que nunca, los canes (y sus due?os) han aceptado el regreso al trabajo presencial. Hay quienes defienden soluciones como el trabajo h¨ªbrido o permitir a las mascotas su entrada en los despachos
La vuelta al trabajo presencial supuso para Nuria Alonso, administrativa madrile?a de 36 a?os, la adopci¨®n de nuevas rutinas. En lugar de levantarse a las siete y media de la ma?ana, adelant¨® el despertador a las seis. Alarg¨® el r¨¢pido paseo que daba a Sugus, un caniche aborregado y nervioso, y empez¨® a dar largas caminatas. Despu¨¦s normaliz¨® una complicada coreograf¨ªa destinada a enga?ar al perro: Alonso se encierra en su cuarto ante la atenta mirada del animal. Su madre se ...
La vuelta al trabajo presencial supuso para Nuria Alonso, administrativa madrile?a de 36 a?os, la adopci¨®n de nuevas rutinas. En lugar de levantarse a las siete y media de la ma?ana, adelant¨® el despertador a las seis. Alarg¨® el r¨¢pido paseo que daba a Sugus, un caniche aborregado y nervioso, y empez¨® a dar largas caminatas. Despu¨¦s normaliz¨® una complicada coreograf¨ªa destinada a enga?ar al perro: Alonso se encierra en su cuarto ante la atenta mirada del animal. Su madre se lo lleva entonces a otra habitaci¨®n. Ella aprovecha su ausencia para escapar a hurtadillas de su dormitorio, con cuidado de volver a cerrar la puerta, y se marcha de casa sin hacer ruido. ¡°As¨ª cree que sigo en mi cuarto y se queda m¨¢s tranquilo¡±, explica por tel¨¦fono. Es la ¨²nica forma, si no, se pasa el d¨ªa llorando y ladrando. ¡°Tengo miedo de que un d¨ªa me aparezca el Seprona en la puerta, que parece que lo estemos maltratando¡±, se lamenta Alonso. El de Sugus es un caso extremo, pero dista mucho de ser especial.
Se llama ansiedad por separaci¨®n (APS) y es un trastorno que afecta a los perros que no saben lidiar con la ausencia de sus due?os. Cuando el animal se queda solo en casa empieza a llorar o a ladrar. Algunos rompen muebles, otros orinan en la alfombra. Este trastorno suele afectar m¨¢s a los cachorros en sus primeros meses de vida, especialmente a aquellos de car¨¢cter inseguro. Es m¨¢s com¨²n en determinadas razas como labrador, border collie o pastor alem¨¢n. Pero la pandemia ha disparado la aparici¨®n de episodios de APS en canes de todas las razas y edades.
Sugus es ¡°un perro pand¨¦mico¡±, explica Alonso. Pas¨® sus primeros meses de vida en una casa en la que siempre hab¨ªa alguien. En Espa?a hay 2,3 millones de perros como ¨¦l. El confinamiento dispar¨® la poblaci¨®n canina en un 38%, seg¨²n la Asociaci¨®n Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compa?¨ªa. Hay una jaur¨ªa de dimensiones b¨ªblicas que ha crecido en hogares siempre llenos de gente, normalizando lo que era excepcional.
En casa de los Alonso se cumpl¨ªa a rajatabla el confinamiento. Solo se sal¨ªa a la calle para pasear al perro o para hacer una compra una vez por semana. Sugus era feliz. Muchos perros lo fueron entonces. Seg¨²n un estudio de Applied Animal Behavior Science, el 65% de los encuestados indicaron que sus perros redujeron la tensi¨®n durante la pandemia, que estaban contentos y jugaban m¨¢s.
Pero la situaci¨®n cambi¨®, tambi¨¦n para Sugus. Conforme sus due?as empezaron a recuperar la normalidad, ¨¦l se fue quedando solo m¨¢s y m¨¢s tiempo. En un primer momento, lo acept¨® con resignaci¨®n, pero cuando Alonso volvi¨® a un trabajo semipresencial, explot¨®. Empez¨® a ladrar y a llorar cada vez que se quedaba solo. Su due?a intent¨® solucionarlo con un bozal, dej¨¢ndolo en casas de familiares, con premios y golosinas¡ ¡°No pod¨ªa ni hacer la compra tranquila¡±, lamenta. Finalmente, acudi¨® a una entrenadora de perros.
Se llama Carmen Mart¨ªnez y cree que el caso de Sugus es paradigm¨¢tico. ¡°El teletrabajo ha sido un arma de doble filo¡±, explica en mensajes. ¡°En nuestra sociedad muchos perros pasan demasiadas horas solos en casa. Esta es una especie social que tiende a vivir en grupos, pasar tantas horas solo no cumple sus patrones de conducta naturales¡±, concede Mart¨ªnez. Pero el confinamiento y el teletrabajo hicieron que algunas personas se pasaran al extremo opuesto. ¡°Estuvieron muchas horas acompa?ados y cuando los tutores han reiniciado sus actividades, las familias han empezado a tener problemas¡±.
No fue el caso de Arancha Naranjo. Esta extreme?a de 38 a?os combina el teletrabajo con jornadas en la oficina. Lo hace siempre a la vera de Margot, una perrita mestiza de nueve a?os. En su trabajo, en la agencia de publicidad Bungalow25, permiten la entrada a perros. ¡°Margot no ha tenido nunca APS¡±, explica en conversaci¨®n telef¨®nica, ¡°pero al final trabajamos muchas horas y no me gusta que se quede tanto tiempo sola¡±.
Julio G¨¢lvez, director creativo asociado de la empresa, tambi¨¦n lo ve as¨ª. En parte porque ¨¦l tambi¨¦n tiene un perro, Yogui, que lleva muy mal quedarse en casa solo. Y en parte porque entiende que esto retiene a los trabajadores y les da mayor calidad de vida. ¡°Los perros son parte de la familia y la conciliaci¨®n tambi¨¦n les afecta a ellos¡±, asegura. Por las ma?anas, Yogui y Margot llegan a la oficina, se saludan, hacen una ronda de caricias y se tumban en sus camas. Mientras, a su alrededor, el cloquear de los teclados, el pitido de las notificaciones y las conversaciones a media voz crean un zumbido monocorde y familiar. Los perros aqu¨ª est¨¢n tan tranquilos. ¡°Ojal¨¢ m¨¢s empresas fueran as¨ª¡±, se?ala Naranjo. ¡°Mi perra es m¨¢s feliz y yo tambi¨¦n¡±, reconoce.
Algunas empresas tecnol¨®gicas, como Amazon, Google, Squarespace y Etsy, normalizaron la presencia de perros en las oficinas incluso antes de la pandemia. Otras han empezado a hacerlo en los ¨²ltimos meses como forma de retener a sus trabajadores. Pero siguen siendo pocas. Naranjo sabe que su caso es una excepci¨®n, pero cree que deber¨ªa ser la regla. Conciliar tambi¨¦n es esto, se?ala: ¡°Entiendo que un perro no es un beb¨¦, pero me he encontrado con mucha incomprensi¨®n en otros trabajos en los que el horario era extenso y no pod¨ªa llevarme a Margot¡±.
¡°Deber¨ªa ser m¨¢s habitual¡±, coincide Enric Rodr¨ªguez, et¨®logo y autor del libro Adiestra en positivo. ¡°Los perros, como animales de compa?¨ªa y en algunos casos incluso de asistencia, hacen una gran labor en nuestra sociedad. Ya va siendo hora de que la vayamos adaptando a la vida con ellos¡±.
Guarder¨ªas caninas
Otra opci¨®n, cada vez m¨¢s extendida, es dejar a los perros en guarder¨ªas caninas o contratar a un paseador para que entretenga al perro en ausencia de sus due?os. Desde Animal Soluci¨®n, una guarder¨ªa de mascotas madrile?a, confirman que ha habido un aumento de solicitudes desde la vuelta a la nueva normalidad. ¡°Guarder¨ªas han existido siempre, pero en los ¨²ltimos a?os el sector se ha profesionalizado¡±, se?ala su due?o, Luis Sousa, veterinario con m¨¢s de 30 a?os de experiencia. En su recinto tienen sitio para poco m¨¢s de una decena de perros y en los ¨²ltimos meses han colgado varias veces el cartel de completo.
Nuria Alonso se ha comprado una c¨¢mara digital que graba al perro en su ausencia y transmite en directo la imagen a su m¨®vil. ¡°Lo miro dos o tres veces a la hora¡±, explica, angustiada. La suya es una soluci¨®n com¨²n. Seg¨²n un estudio de PreciseSecurity las ventas de este tipo de dispositivos se han disparado. Llevan a?os creciendo a un ritmo del 18,4% y se prev¨¦ que para 2023 se lleguen a unas ventas anuales que superen los 300 millones de unidades.
Paseadores de perros, c¨¢maras, guarder¨ªas, ayuda familiar¡ Estas opciones son las m¨¢s usadas para atajar una APS, pero todas han fallado en el caso de Sugus. Alonso se confiesa frustrada y espera que la ayuda de la entrenadora pueda atajar el problema. Cientos de personas se encuentran en su misma situaci¨®n. El 26% de los hogares espa?oles cuenta con un perro, uno de los porcentajes m¨¢s altos de Europa. La pandemia acerc¨® m¨¢s que nunca a todos estos due?os con sus canes, pero la rutina los ha vuelto a separar. Ahora los trabajadores reclaman medidas de conciliaci¨®n. Muchos perros, como Sugus, tambi¨¦n protestan, a su manera.