De vuelta a la cocina
Doce d¨ªas despu¨¦s, cuando el aislamiento empieza a mostrar una cara m¨¢s cercana a la realidad, la vida del confinamiento recupera la cocina como territorio de reuni¨®n familiar, donde se cocina, se habla, se llora y tambi¨¦n se r¨ªe
Internet hierve a golpe de tutoriales de cocina. Aparecen sobre todo en el espacio m¨¢s ef¨ªmero, complicado de atender y dif¨ªcil de seguir, que son las historias de Instagram. Se agradece el esfuerzo de un sector que se esfuerza por aportar y mantenerse activo; nunca hab¨ªa visto un despliegue as¨ª. Nadie quiere quedarse al margen. En 12 d¨ªas veo m¨¢s tutoriales de tortilla de patatas de las que he probado en toda mi vida, incluyendo versiones bien chocantes. Cuando esto pase, podremos levantar un museo de los horrores culinarios y la tortilla ser¨ªa el centro de la muestra. Me gusta la decisi¨®n y el activismo del sector, aunque vaya a golpe de impulsos y muy a menudo de espaldas a las necesidades del p¨²blico. Lecciones para preparar curry, guisar pulardas, cocinar tofu, preparar mariscos o asar chuletones, exhibiciones de embutidos, conservas o botellas de vino de d¨ªa de fiesta mayor, a veces aireadas para la foto y vueltas a guardar, sin faltar quien remata sus platos con caviar, presentan la otra cara de un sector que, m¨¢s all¨¢ de la solidaridad y el ejemplo de ciudadan¨ªa de algunos cocineros, mantiene la mirada al ombligo como eje de la verdad universal. Algunas fotograf¨ªas tienen m¨¢s trabajo de producci¨®n que el anuncio de una agencia de publicidad.
Una de las paradojas de este nuevo tiempo al que nadie escapa es la recuperaci¨®n del protagonismo de la cocina para la vida familiar, precisamente cuando en tantas casas ha dejado de ser un lugar en el que se pueda convivir, a menudo sin espacio para una mesa y dos sillas. Hemos vuelto a descubrir la cocina, como ejercicio pr¨¢ctico y como espacio vital. Doce d¨ªas despu¨¦s, cuando el aislamiento empieza a mostrar una cara m¨¢s cercana a la realidad, cada d¨ªa m¨¢s parecida a lo que se nos viene que a lo dejado atr¨¢s, la vida del confinamiento recupera la cocina como territorio de reuni¨®n familiar, donde se cocina, se habla, se llora y tambi¨¦n se r¨ªe; siguen quedando motivos para re¨ªr.
Superada la obsesi¨®n compulsiva por el papel higi¨¦nico, la normalidad del supermercado concentra el inter¨¦s de los clientes en los precocinados. Son lo primero que se agota, demostrando que la sociedad real est¨¢ m¨¢s necesitada de nociones b¨¢sicas de cocina que de alardes. Los mensajes que recibo completan la realidad de unas generaciones que en buena medida crecieron a espaldas de la cocina. Preguntan como se fr¨ªe un pescado, los pasos para guisar una carne, claves para domesticar el horno o qu¨¦ demonios pueden hacer con un br¨¦col; tambi¨¦n quieren saber como se fr¨ªe un huevo, lo que empieza por diferenciar un huevo frito de otro cocido en la plancha.
Por eso me gustan las clases de cocina que ofrece Ferran Adri¨¤ en las redes, aunque hayan despertado bromas entre los especialistas y su s¨¦quito inmediato. M¨¢s que recetas, ofrece ideas de preparaciones sencillas que cualquiera puede hacer en casa, enlazando la referencia con una base de datos que propone un men¨² diario y permite seguir la preparaci¨®n paso a paso (elbullifoundation.com). Diez a?os despu¨¦s del cierre de El Bulli, Adri¨¤ vuelve a la cocina para mostrarse m¨¢s cercano que nunca, aunque tambi¨¦n se le escapa un sif¨®n para un postre (es popular, pero no cotiza como elemento cotidiano). Veo dos recetas, de salchichas con tomate y crema de puerros, proponiendo formas de superar la falta de alg¨²n producto, y me parece justo lo que se necesita ahora.
Para la mayor¨ªa, cocinar no solo es una novedad, tambi¨¦n es una necesidad cotidiana, b¨¢sica, sin lujos ni exhibiciones; puro ejercicio de supervivencia. La gente quiere lo contrario a lo que muchos est¨¢n dando. Cocina por necesidad, con la incertidumbre a?adida de no saber hasta cuando podr¨¢ hacerlo, y pide cosas para nada triviales: la forma de alargar los recursos y convertir los garbanzos, las lentejas, los frijoles, el arroz, el ma¨ªz, la papa o la pasta en el eje de unas docenas de platos de bajo coste y mucho rendimiento, ideas para aprovechar las sobras y construir una o dos comidas m¨¢s, aprender a sacar el m¨¢ximo rendimiento a las verduras, entender la plancha, manejar los ali?os. Est¨¢n en la pelea por la vida.