El drama que persigue a Estefan¨ªa de M¨®naco
La princesa de la mirada triste se mantiene alejada del foco medi¨¢tico y del glamur del Principado. La muerte de su madre y su papel en el accidente le han marcado para siempre
En 1982, la muerte de Grace Kelly en un accidente de tr¨¢fico conmocion¨® a medio mundo y llen¨® portadas con titulares que indicaban que su hija menor Estefan¨ªa era quien conduc¨ªa el coche. Un drama que la familia principesca de M¨®naco todav¨ªa recuerda y del que sigue siendo v¨ªctima la hija menor de la exactriz, cuya vida qued¨® marcada para siempre.
El 13 de septiembre de 1982, Grace Kelly dej¨® su residencia de Roc Agel...
En 1982, la muerte de Grace Kelly en un accidente de tr¨¢fico conmocion¨® a medio mundo y llen¨® portadas con titulares que indicaban que su hija menor Estefan¨ªa era quien conduc¨ªa el coche. Un drama que la familia principesca de M¨®naco todav¨ªa recuerda y del que sigue siendo v¨ªctima la hija menor de la exactriz, cuya vida qued¨® marcada para siempre.
El 13 de septiembre de 1982, Grace Kelly dej¨® su residencia de Roc Agel para llevar a su hija Estefan¨ªa a un trabajo como becaria. Esperaba unirse al taller de moda de la casa de Dior. Aquel d¨ªa, el ch¨®fer de la primera dama del principado se hab¨ªa ofrecido para conducir el coche, un Rover de 11 a?os de antig¨¹edad, pero la princesa insisti¨® en hacerlo ella misma. Grace era una buena conductora, prudente, que conoc¨ªa sobradamente aquella carretera llena de curvas.
Madre e hija se montaron en un Rover 3500. La primera en el asiento del conductor y la segunda como copiloto mientras que la parte trasera del veh¨ªculo estaba llena de ropa. Esta escapada se convirti¨® en un drama. Poco antes de las 10 de la ma?ana en el departamento 37 que conecta M¨®naco con La Turbie, el coche se sali¨® de la carretera e inici¨® una ca¨ªda de 40 metros hasta estrellarse contra el estacionamiento de una villa.
En el libro Rainier and Grace: An Intimate Portrait, de Jeffrey Robinson, se recoge el testimonio de la princesa Carolina con las palabras que le dijo su hermana poco despu¨¦s del accidente. ¡°Estefan¨ªa me cont¨®: ¡®Mam¨¢ me dec¨ªa todo el rato que no pod¨ªa frenar, que los frenos no funcionaban¡¯. Me explic¨® que mi madre estaba en un estado de p¨¢nico. As¨ª que Estefan¨ªa tir¨® del freno de mano, pero el coche no se detuvo¡±.
Inconsciente y v¨ªctima de una hemorragia cerebral, Grace Kelly fue operada antes de morir a la edad de 52 a?os en el Hospital Princess Grace, el 14 de septiembre de 1982. Estefan¨ªa, de 17 a?os, result¨® herida con fractura cervical y multitud de secuelas psicol¨®gicas ya que qued¨® traumatizada por la tr¨¢gica muerte de su madre. Las noticias de que ella conduc¨ªa aquel coche surgieron porque para lograr salir del veh¨ªculo tuvo que hacerlo por la puerta delantera izquierda.
Sesto Lequio, testigo del accidente, fue uno de los que apunt¨® a la hija de la princesa como conductora del veh¨ªculo. No fue hasta 2014 que se estableci¨® la verdad. En su libro llamado Grace, la princesa desarraigada, el periodista Bertrand Tessier investig¨® el fatal accidente de Grace Kelly. Al ponerse en contacto con el excapit¨¢n y comandante de la compa?¨ªa de Menton, Roger Bencze y tras examinar detenidamente las fotos del accidente, el autor concluy¨® que Estefan¨ªa de M¨®naco solo pod¨ªa salir por la puerta del conductor ya que el lado derecho, y por lo tanto el pasajero, del Rover qued¨® aplastado en el suelo. ¡°No solo vio morir a su madre, sino que fue acusada de su muerte¡±, lament¨® Bertrand Tessier en una entrevista con Paris Match.
Nunca se dio a conocer el informe pericial. Tampoco en el comunicado que el servicio de prensa del Principado se mencion¨® que en el hospital municipal Grace de M¨®naco no dispon¨ªan de equipos suficientemente dotados para afrontar una lesi¨®n cerebral como la que sufri¨® la princesa. Por eso la trasladaron con urgencia a una cl¨ªnica privada en el centro de Montecarlo, en la avenida m¨¢s comercial de la ciudad, el bulevar Moulins. Un esc¨¢ner mostr¨® la terrible realidad: ya era in¨²til proceder a una intervenci¨®n quir¨²rgica. La princesa fallec¨ªa la noche siguiente despu¨¦s de haber sido mantenida artificialmente con vida durante unas horas. El profesor Chatelain, jefe del servicio de cirug¨ªa del Centro Hospitalario Princesa Grace consult¨® con su colega, el neurocirujano profesor Jean Duplay, jefe del mismo servicio pero en el hospital de Niza. Demasiado tarde. Confirm¨® que no era posible ya operar. De haberla llevado all¨ª, a 50 kil¨®metros del lugar del suceso, es probable que la princesa hubiera salvado su vida.
En 1956, Rainiero III de M¨®naco se cas¨® con la actriz estadounidense en la catedral del Principado. Fue una boda en la que, aunque faltaron representantes de las casas reales, asisti¨® lo m¨¢s granado del panorama hollywoodiense. Con la llegada de Grace Kelly a la casa Grimaldi se inaugur¨® una de las ¨¦pocas m¨¢s doradas de M¨®naco.
En la actualidad, Estefan¨ªa lleva una existencia tranquila, vive en un ¨¢tico en el Principado con su hija Camille Marie. Es com¨²n verla paseando vestida con un estilo desenfadado o haciendo la compra en el supermercado. Preside varias asociaciones y entidades sociales y culturales y est¨¢ centrada en su labor al frente de la fundaci¨®n que cre¨® en 2004, Fights Aids Monaco, para ayudar a enfermos de VIH. Organiza galas ben¨¦ficas, conciertos y subastas para obtener fondos para la causa. Tambi¨¦n vive entregada a su pasi¨®n por los animales. En sus ratos libres cuida de algunos elefantes que rescat¨® del zoo y acogi¨® en una finca de los Grimaldi en la monta?a. Ha cambiado el glamur del famoso Baile de la Rosa, en el que Carolina reina cada a?o, por el Festival Internacional de Circo de Montecarlo; los vestidos de alta costura y los accesorios de lujo por la ropa deportiva y los pantalones vaqueros.
La poco convencional princesa Estefan¨ªa escogi¨® voluntariamente hace a?os alejarse de la vida p¨²blica. ¡°No me adapto al rol de princesa, a tener que ir con un vestido maravilloso, a ese lado glamuroso de la monarqu¨ªa. Eso no es para m¨ª. Yo soy una mujer como cualquier otra, lo ¨²nico que hago es aprovechar mi notoriedad para cambiar las cosas, para ayudar. Pero no para que las cosas que hago me den notoriedad. En absoluto¡±, confes¨® en una entrevista con la revista Vanity Fair en 2015. Tambi¨¦n protest¨® por su apodo de princesa rebelde: ¡°?Basta ya! Se han quedado anclados en los a?os ochenta. ?Por favor! Ya no soy esa persona¡±.