Paloma vuela sola

El matrimonio de Paloma Cuevas y Enrique Ponce no sobrevivi¨® al encierro. Le ha pasado lo que a otras parejas: llevaban a?os sin convivir juntos m¨¢s de cuatro d¨ªas seguidos y de repente se tuvieron que torear, a diario, tres meses. Una faena. Paloma y Enrique, se hab¨ªan convertido en una pareja objeto, un icono que llevaban de fiesta en fiesta para ayudarnos a creer en la ilusi¨®n del matrimonio. Ahora que va a haber menos fiestas de tron¨ªo, para qu¨¦ seguir to...

El matrimonio de Paloma Cuevas y Enrique Ponce no sobrevivi¨® al encierro. Le ha pasado lo que a otras parejas: llevaban a?os sin convivir juntos m¨¢s de cuatro d¨ªas seguidos y de repente se tuvieron que torear, a diario, tres meses. Una faena. Paloma y Enrique, se hab¨ªan convertido en una pareja objeto, un icono que llevaban de fiesta en fiesta para ayudarnos a creer en la ilusi¨®n del matrimonio. Ahora que va a haber menos fiestas de tron¨ªo, para qu¨¦ seguir toreando si ya no hay d¨®nde hacerlo.

Adem¨¢s, debemos cavilar un poquito en lo que debe ser un torero confinado. En el redil. ?Madre m¨ªa, Paloma, te entiendo tanto! A toro pasado, es f¨¢cil hablar. Pero imagina que a Ponce le proh¨ªban salir durante semanas a hacer un tanteo o una capea o lo que fuera por miedo a un contagio casual. No debe resultar f¨¢cil. Pero hay que coger el toro por los cuernos y tomar este divorcio como un cambio de tercio. Una oportunidad de reinvenci¨®n, Paloma: puedes volar alto y sola. T¨², la adalid de la elegancia andaluza de traje largo, puedes dar la puntilla a todos esos vestidos con cola, revenderlos y echar un capote a alguna organizaci¨®n solidaria.

Voy a entrar al trapo. Paloma y Enrique han recorrido un pase¨ªllo muy estiloso juntos. Cuando se conocieron, en 1992, ese a?o en que todos cre¨ªmos que vivir¨ªamos como reyes y ser¨ªamos amigos para siempre, se vest¨ªan como j¨®venes algo pijos en plan ¡°rescate de los valores de siempre¡± recombinado con estampados atrevidos con efecto desigual. Aunque con frecuencia se se?ale el estilo Cuevas como pel¨ªn cursi, yo encuentro su evoluci¨®n una de las grandes gestas estil¨ªsticas de las ¨²ltimas temporadas. Cuando hab¨ªa que lidiar con el color nude, ah¨ª estaba ella defendi¨¦ndolo con u?as y dientes. Cuando el imperio de la pamela XL se tambale¨®, tras el divorcio de la Infanta Elena, ah¨ª estuvo Paloma como una jabata para preservarlo. Gan¨® orejas y rabo. En la boda de Laura Vecino, donde estuve, ten¨ªas que contorsionarte como Linda Blair en El Exorcista para conseguir contacto visual con ella porque el tama?o de su pamela hac¨ªa impracticable cualquier ver¨®nica. Y cuando decidi¨® que nunca m¨¢s llevar¨ªa pantalones ni vestidos midi sino que todo ser¨ªa un traje largo tras otro, la entend¨ª porque har¨ªa de eso su traje de luces.

No me preocupan tanto ellos como lo que vaya a pasar con sus armarios. ?Volver¨¢ a ser Paloma aquella muchacha hija de apoderado pero liberada de la esclavitud de estar siempre entre las m¨¢s elegantes y silenciosas? Y, Enrique, ?sabr¨¢ disfrutar de tener un armario m¨¢s vistoso?

Bel¨¦n Esteban y Paloma Cuevas son contempor¨¢neas y compa?eras en el altar medi¨¢tico. Ambas iniciaron su andadura en los a?os noventa. Ambas son madres de hijos de toreros. Ambas saben qu¨¦ es Cartier y Pronovias y lo que significan. Esteban se pag¨® su Cartier a plazos pero Pronovias no quiso vestirla en su boda. A Cuevas, en cambio, le han llevado todo a casa. Pero ambas han hecho mucho por la integraci¨®n de las grandes marcas en el armario de muchas mujeres espa?olas. Bel¨¦n ha anunciado esta semana su libro de cocina luciendo una blusa que pone Cha Nel, as¨ª separado, en su pechera. Divide y vencer¨¢s. Un poquito de picard¨ªa iconoclasta ante la ortodoxa elegancia sin sal de Paloma. Pero las revistas las necesitan a ambas. Una exitosa receta editorial podr¨ªan ser unas conversaciones ¨ªntimas entre ellas en forma de libro o de exclusiva con foto de portada sentadas delante de un buen armario o de un buen toro. ?Ol¨¦!