Johnny Depp, la ca¨ªda al abismo de un ¨ªdolo
Tras alcanzar la gloria en los a?os noventa y conformarse como uno de los actores m¨¢s aclamados por su exc¨¦ntrica personalidad, ahora se enfrenta a sus demonios tras perder un primer juicio que prueba su reputaci¨®n de violento
Johnny Depp es un ¡°maltratador de esposas¡±. As¨ª lo ha declarado la justicia del Reino Unido, que ha fallado en contra del actor estadounidense en la demanda de difamaci¨®n que present¨® contra el diario brit¨¢nico The Sun. En un art¨ªculo publicado en abril de 2018, el tabloide daba por cierto que el actor hab¨ªa golpeado a la que entonces era su esposa, Amber Heard y ahora un juez lo ha ratificado. Un veredicto que, aunque podr¨ªa sonar impactante, no deber¨ªa sorprender. Para empezar porque la acusaci¨®n de la actriz sobre las actitudes violentas del actor surgi¨® hace m¨¢s de cuatro a?os, despu¨¦s de que ella solicitara una orden de alejamiento por violencia dom¨¦stica tras anunciar su separaci¨®n despu¨¦s de solo 15 meses de matrimonio. Tampoco deber¨ªa ser una sorpresa, al menos en Hollywood, dada la cantidad de hombres enormemente famosos que han sido acusados de abusar de mujeres. La primera sorprendida, en cambio, parece haber sido la propia Amber Heard, quien se ha dejado ver estos d¨ªas celebrando la decisi¨®n judicial junto a unos amigos con un gran globo en forma de botella de champ¨¢n.
Aunque los abogados del actor no descartan recurrir la sentencia del juez del Alto Tribunal de Londres, Andrew Nicol ¡ª"la sentencia es tan defectuosa que ser¨ªa rid¨ªculo que el se?or Depp no apelara esta decisi¨®n", dijo uno de los letrados que representa al actor ¡ª, hay que tener en cuenta que, a estas alturas, la mayor parte del mundo ya ha visto las fotos del rostro magullado de Heard o el v¨ªdeo donde se ve al int¨¦rprete bebido y lanz¨¢ndole improperios a su entonces esposa. Tambi¨¦n las grabaciones en las que ella le insulta a ¨¦l y admite haberle arrojado ollas y sartenes. O las declaraciones de Winona Ryder, Pen¨¦lope Cruz y Vanesa Paradis defendiendo al actor. Incluso el comunicado conjunto que la expareja emiti¨® sobre que su relaci¨®n se hab¨ªa vuelto ¡°horriblemente t¨®xica¡±. Pero nada de esto podr¨ªa cambiar el hecho de que un juez haya considerado que The Sun ten¨ªa derecho a describirlo como un ¡°maltratador de esposas¡±.
No es solo el veredicto del juez lo que ha diezmado la reputaci¨®n de Depp. Desde hace un largo tiempo, su vida ha sido absurdamente exagerada. Muchos de sus fieles admiradores fechan el comienzo del declive de Johnny Depp en 2012, cuando se separ¨® de la actriz y cantante francesa Vanessa Paradis despu¨¦s de 14 a?os de relaci¨®n y dos hijos, Lily-Rose y Jack, de 19 y 16 a?os respectivamente. Con Paradis, Depp parec¨ªa haber encontrado esa estabilidad que facilitaba una sinergia entre las excentricidades de un reputado actor y el verdadero hombre de gran coraz¨®n que dejaba entrever en pantalla bajo peculiares personajes.
Y es que represent¨® una forma diferente de ser famoso. Incluso con algunas salidas de tono espor¨¢dicas e indumentarias estramb¨®ticas, Johnny Depp siempre ha sido muy querido por los espectadores. Se gan¨® una reputaci¨®n de estrella vers¨¢til desde sus primeros papeles protagonistas en pel¨ªculas como Eduardo Manostijeras (1990) de Tim Burton. Fue nominado tres veces al ?scar, entre ellas por su papel en Sweeney Todd: El barbero diab¨®lico de la calle Fleet (2007), pero nunca se llev¨® la preciada estatuilla. Despu¨¦s, consolid¨® su condici¨®n de inconformista de Hollywood con grandes ¨¦xitos de taquilla como Willy Wonka en Charlie y la f¨¢brica de chocolate o el famoso pirata Jack Sparrow de la saga Piratas del Caribe.
Sin embargo, de unos a?os para atr¨¢s el romance con la cr¨ªtica que el actor vivi¨® en los noventa, cuando Marlon Brando le declar¨® el mejor actor de su generaci¨®n, y sostenido hasta bien entrado el siglo se torci¨® no solo por sus fracasos en taquilla como le ocurri¨® con El Llanero solitario (2013), que se lo llev¨® a lo personal, o Mortdecai (2015), la comedia en la que comparte plano con Gwyneth Paltrow y que un diario rese?¨® como ¡°psic¨®ticamente antidivertida¡±.
Apartado de las mieles del ¨¦xito, sus idas y venidas con Amber Heard no han sido lo ¨²nico que han convertido a Johnny Depp en carne de tabloide. Tambi¨¦n su elevado tren de vida marcado por las adicciones y las disputas que ha protagonizado hasta hace bien poco con sus exrepresentantes. En 2017, el actor inici¨® acciones legales contra The Management Group, liderado por Joel y Robert Mandel, que se encargaron de sus asuntos durante 17 a?os. Depp les acus¨® de gastar millones sin su permiso y les reclamaba 25 millones de d¨®lares (22,8 millones de euros) en concepto de da?os. Ellos argumentaron que el ¨²nico responsable de sus problemas financieros era el propio artista que hab¨ªa gastado millones en caprichos locos: vino a raudales, casas de lujo, seguridad, aviones privados..., y le reclamaban m¨¢s de 500.000 euros por difamaci¨®n. Ese cap¨ªtulo se cerr¨® en julio de 2018 con un acuerdo un mes antes de la fecha fijada para el juicio y con ambas partes satisfechas.
Pero el empe?o por lavar su imagen para que el p¨²blico vuelva a quererle y la industria cinematogr¨¢fica siga contando con ¨¦l entre sus filas contin¨²a. A la espera de conocer si el actor recurrir¨¢ o no la sentencia en favor del brit¨¢nico The Sun, Depp prepara un segundo asalto que esta vez ser¨¢ en Estados Unidos y est¨¢ previsto para el pr¨®ximo a?o. Un tribunal del estado de Virginia atender¨¢ la denuncia del actor contra Amber Heard por describir presuntos abusos y amenazas de muerte en un art¨ªculo publicado en el peri¨®dico The Washington Post unos meses despu¨¦s de llegar a un acuerdo de divorcio. El nombre del int¨¦rprete nunca se menciona en el texto titulado Habl¨¦ en contra de la violencia sexual y me enfrent¨¦ a nuestro odio cultural. Esto tiene que cambiar, escrito en el apogeo del movimiento #MeToo, pero el protagonista de Piratas del Caribe decidi¨® emprender acciones legales contra su exesposa. Habr¨¢ que esperar para saber si la justicia brit¨¢nica y la estadounidense coinciden o no en el veredicto que pueda suponer la confirmaci¨®n de la ca¨ªda definitiva de un ¨ªdolo.
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