La muerte del magnate de la prensa Robert Maxwell sigue siendo una inc¨®gnita 30 a?os despu¨¦s
Un nuevo libro indaga en la vida del empresario, que fue hallado sin vida en Canarias y es el padre de Ghislaine Maxwell, encarcelada por gestionar la red de menores del ped¨®filo Jeffrey Epstein
A Robert Maxwell se le conoc¨ªa por un alias, Capit¨¢n Bob. Tambi¨¦n se le tem¨ªa por el poder que utilizaba a su antojo desde su condici¨®n de magnate de la prensa internacional, fundador, presidente y director ejecutivo de Maxwell Communications Corporation y propietario y presidente de Mirror Group Newspapers. En noviembre de 1991, cuando ten¨ªa 68 a?os, decidi¨® tomarse unas vacaciones en las islas Canarias precisamente cuando su imperio medi¨¢tico estaba...
A Robert Maxwell se le conoc¨ªa por un alias, Capit¨¢n Bob. Tambi¨¦n se le tem¨ªa por el poder que utilizaba a su antojo desde su condici¨®n de magnate de la prensa internacional, fundador, presidente y director ejecutivo de Maxwell Communications Corporation y propietario y presidente de Mirror Group Newspapers. En noviembre de 1991, cuando ten¨ªa 68 a?os, decidi¨® tomarse unas vacaciones en las islas Canarias precisamente cuando su imperio medi¨¢tico estaba inmerso en un hurac¨¢n de esc¨¢ndalos. Sus acciones ca¨ªan en picado, medios brit¨¢nicos como la BBC y The Independent le acusaban de pr¨¢cticas delictivas en la bolsa y con sus lectores. Cuando muri¨® estaba a punto de destaparse el trasvase ilegal de los fondos de pensiones de sus empresas por valor de 373 millones de euros.Y a estos hechos se sum¨® un libro, La opci¨®n Sans¨®n, de Seymour M. Hersh reconocido periodista de The New York Times, en el que se proporcionaban pruebas de que Maxwell, de origen checoslovaco y jud¨ªo, era un esp¨ªa del Mossad. Maxwell se querell¨® contra el periodista y neg¨® las acusaciones de espionaje, pero tuvo que reconocer su implicaci¨®n en el tr¨¢fico de armas.
El d¨ªa 5 de noviembre de 1991 su cad¨¢ver apareci¨® desnudo flotando en el oc¨¦ano Atl¨¢ntico a 32 kil¨®metros de Las Palmas. Su cuerpo hab¨ªa estado en el agua alrededor de 12 horas. No hab¨ªa muchas dudas sobre su identidad porque su aspecto le hac¨ªa inconfundible: 1,90 de altura, 140 kilos de peso y una cicatriz al lado de su ojo derecho. Se desataron las preguntas: ?qui¨¦n se quedar¨ªa con su imperio?; ?qu¨¦ hab¨ªa sucedido realmente?; ?se hab¨ªa suicidado o algui¨¦n le empuj¨® al mar?
Casi 30 a?os despu¨¦s el misterio contin¨²a y su historia sigue siendo lo suficientemente atractiva como para ser objeto de una nueva biograf¨ªa, Fall: The Mystery of Robert Maxwell, que saldr¨¢ a la venta el 4 de febrero y que la prensa brit¨¢nica ha ido diseccionando en los ¨²ltimos d¨ªas, azuzada por el morbo de que el magnate era, adem¨¢s, padre de Ghislaine Maxwell, la madame acusada de gestionar la red de menores del ped¨®filo Jeffrey Epstein que se suicid¨® en la c¨¢rcel en julio de 2019.
La muerte de Robert Maxwell desencaden¨® un tsunami en Reino Unido. Las condolencias oficiales de l¨ªderes mundiales comenzaron a llegar pocas horas despu¨¦s. Desde el entonces presidente George H. W. Bush, al canciller alem¨¢n Helmut Kohl o el presidente de Rusia, Mikhail Gorbachov y, como no, la ex primera ministra brit¨¢nica Margaret Thatcher o el mismo John Major, entonces al frente del Gobierno brit¨¢nico, todos alabaron su figura, su papel y sus logros. Mientras, los trabajadores de su grupo, como tambi¨¦n se public¨® entonces, coincid¨ªan en otra visi¨®n que no tard¨® en imponerse: ¡°Es una buena noticia, todo el mundo est¨¢ muy contento¡±, declar¨® una fuente pr¨®xima a ellos. Solo un mes despu¨¦s, los titulares hablaban del colapso de su imperio, de sus mentiras, y los mismos que recorrieron plat¨®s lanz¨¢ndole flores, los volvieron a visitar llam¨¢ndole ¡°cerdo y desgracia¡±.
John Jackson, reportero de The Mirror, acompa?¨® a la esposa del magnate, Betty, en su vuelo desde Inglaterra a Canarias. ¡°No hubo l¨¢grimas¡±, cuenta ahora, seg¨²n publica Daily Mail, y a?ade que ella le dijo: ¡°Nunca se matar¨ªa. No es un suicidio¡±. La misma opini¨®n sostuvo el capit¨¢n espa?ol que le rescat¨® del agua: ¡°He sacado muchos cuerpos del mar y puedo decirles con certeza que no se ahog¨®¡±. La primera autopsia concluy¨® que hab¨ªa muerto de una ataque cardiovascular. La segunda, realizada en Gran Breta?a, descubri¨® que los m¨²sculos del hombro izquierdo de Maxwell estaban desgarrados gravemente y que ten¨ªa hematomas en el lado izquierdo de su columna, lo que respaldaba la suposici¨®n de que se hab¨ªa ca¨ªdo de la embarcaci¨®n y se colg¨® de un costado todo el tiempo que pudo hasta que el dolor le oblig¨® a soltarse. Otros se apuntaron a la teor¨ªa de que un barco sigui¨® al del magnate de la prensa y en ¨¦l podr¨ªan navegar sus asesinos, y algunos incluso especularon con que ¨¦l mismo fingi¨® su muerte para desaparecer y que el cad¨¢ver no era el suyo.
Su mujer dud¨® en privado e insisti¨® en p¨²blico sobre una muerte accidental. Lo mismo apoyaron sus hijos, menos Ghislaine, la ni?a bonita de pap¨¢, que siempre ha mantenido que fue asesinado. Pero ninguna de las teor¨ªas logr¨® explicar por qu¨¦, por primera y ¨²nica vez, Maxwell eligi¨® navegar solo ¨Caparte de la tripulaci¨®n¨C en el lujoso yate que llevaba el nombre de su hija, Lady Ghislaine, ni por qu¨¦ cerr¨® desde el exterior las puertas de su cabina con una llave que nunca se encontr¨®. ?Accidente, asesinato, suicidio? Casi 30 a?os despu¨¦s se ha escrito mucho sobre su vida, su ¨¦xito y su descenso a los infiernos, pero nadie se atreve a dar por zanjada definitivamente la causa de su muerte.
La familia asesinada por los nazis que le persigui¨® siempre
Robert Maxwell naci¨® en Checoslovaquia y como tantos j¨®venes de la ¨¦poca solo se enter¨® de la suerte de su familia cuando termin¨® la Segunda Guerra Mundial. Su madre, dos de sus hermanas y uno de sus abuelos fueron detenidos y terminaron asesinados en las c¨¢maras de gas de Auschwitz. Otra hermana, de 19 a?os, fue arrestada en Budapest en 1944 y nunca se volvi¨® a saber de ella. Su padre se cree que fue asesinado de un tiro nada m¨¢s llegar al campo de exterminio. Robert adoraba a su madre que cre¨ªa que era "extraordinario", pero tem¨ªa a su padre que le pegaba con regularidad. Ese miedo y la verg¨¹enza por estar asustado dicen que no le abandon¨® nunca y que siempre estuvo presente en su vida.
Se instal¨® en Gran Breta?a, cambi¨® su nombre checo por el que despu¨¦s le hizo famoso y comenz¨® un imperio y una familia numerosa tras casarse con Betty Meynard, la hija de un empresario franc¨¦s protestante a quien hab¨ªa conocido en Par¨ªs. Pero las tragedias no se apartaron de su vida. Tuvo nueve hijos pero en 1957 muri¨® Karine, la primog¨¦nita, cuando ten¨ªa tres a?os a causa de una leucemia. Cuatro a?os despu¨¦s, en 1961, su hijo Michael sufri¨® un accidente de coche por el que estuvo en coma durante siete a?os y del que nunca se recuper¨®. Falleci¨® a los 21 a?os a causa de una meningitis.
Los sucesos convirtieron a Richard Maxwell en un padre severo y exigente a quien sus hijos tem¨ªan y con cambios de humor terribles que tambi¨¦n afectaron a su esposa que termin¨® por darle carta de libertad tras casi 50 a?os juntos. Ella siempre pens¨® que la visita que hicieron a la ciudad natal de ¨¦l en 1978, Solotvino, lo cambi¨® todo. Record¨® su angustia, sus culpas por no haber salvado a su familia y de alguna manera volc¨® sobre ella la p¨¦rdida de la ¨²nica mujer a la que am¨® de forma incondicional: su madre.