Grandezas de Espa?a
Si Esperanza Aguirre acudiese a la tele a contar c¨®mo fue la historia de ese Goya familiar, estoy seguro de que no tendr¨¢ la valent¨ªa ni el arrojo de Roc¨ªo Carrasco
La noche del pasado mi¨¦rcoles coincidieron en la parrilla televisiva los candidatos a la presidencia de Madrid (dos de las candidatas llevaron el mismo look); Roc¨ªo Carrasco, que siguiendo su vuelo de Ave F¨¦nix apost¨® por el azul pavo real; mientras la reina ...
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La noche del pasado mi¨¦rcoles coincidieron en la parrilla televisiva los candidatos a la presidencia de Madrid (dos de las candidatas llevaron el mismo look); Roc¨ªo Carrasco, que siguiendo su vuelo de Ave F¨¦nix apost¨® por el azul pavo real; mientras la reina Isabel de Inglaterra, que cumpl¨ªa 95 a?os, y el fantasma de lady Di mariposeaban en un documental que analizaba c¨®mo se gest¨® su c¨¦lebre entrevista a la BBC contando sus a?os de matrimonio. Un atrac¨®n de mujeres singulares vinculadas al espect¨¢culo y al poder. O al poder del espect¨¢culo. Con el empacho, no pude conciliar el sue?o.
Dando vueltas en mi cama, pens¨¦ en la capacidad de las mujeres en volverse hero¨ªnas, m¨¢rtires y candidatas. Antes de analizar la entrevista en plat¨® a la hija de Roc¨ªo Jurado, me sugestion¨¦ en que ese testimonio de Diana de Gales hace 26 a?os se parece al que desgrana Roc¨ªo Carrasco en su docuserie: mujeres que intentan hacer o¨ªr el enga?o al que han sido sometidas y que el machismo consigue silenciar, ningunear o reducir al eterno titular: ¡°Est¨¢ medio loca¡±.
Roc¨ªo Carrasco consigui¨® hacerse con algo m¨¢s de credibilidad, sin salirse de la hoja de ruta de que lo que est¨¢ contando es para que todos podamos identificar el abuso psicol¨®gico y, de paso, c¨®mo no, desenmascarar a su exmarido. Y as¨ª Telecinco le arrebat¨® audiencia al debate de los pol¨ªticos. Que se sienten importantes y no se visten como si lo fueran. Ellos insisten en que no es relevante el aspecto pero tengo claro que es la estrategia torpe de restar importancia a algo que no dominas. Cuando vimos a la candidata de M¨¢s Madrid con el mismo color de americana que su n¨¦mesis, la presidenta de la Comunidad, discut¨ª que seguro que D¨ªaz Ayuso disfrut¨® esa coincidencia porque neutralizaba a su oponente. Moraleja, hay que llevar varios cambios a un debate. Como siempre ha defendido Bibiana Fern¨¢ndez: pon en la maleta m¨¢s de lo que necesites, porque lo vas a necesitar.
Mi momento favorito de la noche de ese mi¨¦rcoles fue cuando mis amigos, muy bien formados pero televisivamente dispersos, dejaron de cambiar canales en el mando. Fue decir Roc¨ªo Carrasco que su hija la hab¨ªa golpeado y le hab¨ªa dicho a su padre, por tel¨¦fono, ¡°ya est¨¢ hecho¡± y el mando qued¨® enterrado entre los cojines del sof¨¢. Y no volvimos al debate electoral, lo ¨²ltimo que vimos fue a Roc¨ªo Monasterio con un pin parental en la coleta y una chaqueta morada, el color de Unidas Podemos. ?Qu¨¦ poca cabeza!, pens¨¦. La verdad que el comunismo tiene el don de apropiarse de los colores que chiflan a sus enemigas. Cuando los chavistas se apoderaron del rojo, entonces en Caracas las se?oras elegantes se inventaron el color coral, para poder colar ese escarlata que te hace sentir m¨¢s din¨¢mica pero sin levantar sospechas pol¨ªticas.
Al d¨ªa siguiente, me despert¨¦ mejor pero con el gran chanchullo montado por unos Grandes de Espa?a. Las dos escopetas y un Goya del padre del marido de la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, cuyo hermano ha denunciado ahora que vendieron probablemente bajo cuerda y sin declarar a Hacienda ni a patrimonio art¨ªstico, ni nada, y eso parece exponer de nuevo las grandezas del Partido Popular cuando prefiere la libertad de chanchullismo o comunismo. Los Grandes de Espa?a declararon, eso s¨ª, las dos viejas escopetas. Pero si la expresidenta Aguirre acudiese a la tele a pegar un par de tiros y contar c¨®mo fue la historia de ese Goya familiar vendido en un momento de apuro, estoy seguro de que no tendr¨ªa la valent¨ªa ni el arrojo de Roc¨ªo Carrasco para destapar todo el cu?adismo feroz de la casa de los Ram¨ªrez de Haro. Ellos, los goyas los lavan en casa.