M¨¢s viajes oficiales en solitario que el presidente y una actitud normal: Jill Biden cumple 70 a?os
La primera dama de EE UU celebra su aniversario con una agotadora agenda doble: centrada en su carrera de profesora y visitando todo el pa¨ªs para poner en valor las causas que defiende
Jill Biden es acci¨®n y reacci¨®n. Su biograf¨ªa est¨¢ plagada de an¨¦cdotas que dan cuenta de un car¨¢cter casi rebelde. En 2003, por ejemplo, un grupo de l¨ªderes del Partido Dem¨®crata estaba en su casa intentando convencer a su marido, Joe, de entrar en la carrera presidencial para competir contra ...
Jill Biden es acci¨®n y reacci¨®n. Su biograf¨ªa est¨¢ plagada de an¨¦cdotas que dan cuenta de un car¨¢cter casi rebelde. En 2003, por ejemplo, un grupo de l¨ªderes del Partido Dem¨®crata estaba en su casa intentando convencer a su marido, Joe, de entrar en la carrera presidencial para competir contra George W. Bush. Jill se encontraba en la piscina cuando, seg¨²n relata en su biograf¨ªa Where the Light Enters (2019), su temperamento ¡°se apoder¨®¡± de ella. Cogi¨® un rotulador, escribi¨® en su est¨®mago ¡°NO¡±, y entr¨® en bikini a la reuni¨®n. El entonces senador no se present¨® a los comicios, pero s¨ª lo hizo en 2020. Una de las im¨¢genes que dej¨® la campa?a la protagoniz¨® la hoy primera dama, cuando salt¨® para proteger a su esposo de una manifestante que irrumpi¨® en un escenario. ¡°Puedes sacar a la chica de Filadelfia...¡±, pero no a Filadelfia de la chica, dijo ella despu¨¦s, en alusi¨®n al talante fuerte que caracteriza a los oriundos de la ciudad donde creci¨®.
La primera dama de Estados Unidos cumple este mi¨¦rcoles 70 a?os. Los celebra m¨¢s activa que de costumbre, desempe?ando dos trabajos: uno no remunerado y otro como profesora de ingl¨¦s en un centro de formaci¨®n profesional en Virginia. Es la primera mujer de un presidente de Estados Unidos que contin¨²a con su carrera profesional mientras reside en la Casa Blanca. Saca horas para responder los mensajes de sus alumnos sobre los ex¨¢menes finales, apoyar emocionalmente a los que le temen a la inyecci¨®n en los centros de vacunaci¨®n y reunirse con l¨ªderes sindicales, entre otras actividades de su extenuante agenda.
Es tradici¨®n que las mujeres en su posici¨®n ¡ªhasta ahora no ha habido un ¡°primer hombre¡±¡ª escojan una iniciativa propia para trabajar durante la Administraci¨®n. Jill Biden escogi¨® tres: educaci¨®n, investigaci¨®n del c¨¢ncer y familias de militares. Una de las iniciativas que m¨¢s promueve la ¡°doctora B¡±, como la llaman sus alumnos por su doctorado en Educaci¨®n, es la creaci¨®n de colegios comunitarios gratuitos. Durante sus m¨¢s de 40 a?os como docente, ocho los compagin¨® con ejercer de segunda dama durante el Gobierno de Barack Obama, por lo que llega con ventaja para entenderse con Washington. Adem¨¢s, combina ese car¨¢cter aguerrido de Filadelfia con un trato amable y cercano. Una de las formas recurrentes para describirla, a modo de halago, es ¡°normal¡±.
En los primeros 100 d¨ªas en la Casa Blanca, seg¨²n un registro de la CNN, la primera dama realiz¨® m¨¢s viajes en solitario por el pa¨ªs que el propio presidente, quien suele presentarse como ¡°el marido de Jill¡±. Una de las pocas cosas a la que no ha dedicado tiempo es a contratar un decorador de interiores para la residencia presidencial. No es prioritario. En marzo decidi¨® ahorrarle trabajo tambi¨¦n a su jefe de comunicaciones al eliminar la tradici¨®n de dar a conocer las marcas de ropa que lleva, salvo excepciones. En su equipo tiene a siete funcionarios a tiempo completo, m¨¢s que ninguna otra primera dama. Ellos, a diferencia de la Administraci¨®n de Trump, trabajan de manera estrecha con los funcionarios del ala oeste, donde se encuentra el Despacho Oval.
En su primera etapa de la vida, Jill Biden (Nueva Jersey, 1951) podr¨ªa haber sido el cl¨¢sico personaje de serie estadounidense. Una cheerleader (animadora) de cabellos rubios y ojos claros que fumaba a escondidas de sus padres y que una vez se meti¨® en problemas por irrumpir en mitad de la noche en la piscina de un club exclusivo para darse un ba?o. Fue una de las organizadoras del baile de graduaci¨®n de su instituto y a los 18 a?os se cas¨® con el entonces jugador de f¨²tbol americano Bill Stevenson. Cinco a?os despu¨¦s, se divorciaron. La serie dar¨ªa un vuelco dram¨¢tico y sorpresivo con la aparici¨®n, meses despu¨¦s de la ruptura, de Joe Biden.
El entonces senador de primer a?o y viudo de 32 a?os con dos hijos estaba en el aeropuerto de Wilmington cuando vio un anuncio en el que aparec¨ªa Jill. Le coment¨® a su hermano que ese era el tipo de mujer con la que le gustar¨ªa salir y, casualmente, este la conoc¨ªa y le dio su n¨²mero. Cuando la llam¨®, ella sab¨ªa qui¨¦n estaba al otro lado del tel¨¦fono. Su exmarido hab¨ªa hecho campa?a por Biden y ten¨ªa la mesa de la cocina cubierta de folletos del dem¨®crata, seg¨²n ha contado la actual primera dama. Incluso hab¨ªa ido a la celebraci¨®n de la victoria electoral de Biden en 1972, donde no lo conoci¨® a ¨¦l, pero s¨ª a su esposa.
El dem¨®crata, que hab¨ªa perdido a su mujer y su hija en un tr¨¢gico accidente automovil¨ªstico, sinti¨® que Jill ¡°le devolvi¨® la vida¡±, como narr¨® en sus memorias Promises to Keep. Solo necesit¨® dos a?os y cinco propuestas de matrimonio para que ella aceptara casarse. La idea del matrimonio hab¨ªa surgido en primer lugar de sus peque?os hijos, Beau y Hunter, de siete y seis a?os respectivamente. Jill explica en su biograf¨ªa que se negaba por temor a que la relaci¨®n no perdurara y eso afectara a los ni?os, que ya hab¨ªan perdido a una madre.
En 2015, en el funeral de Beau, quien muri¨® v¨ªctima de un tumor cerebral, Hunter le dedic¨® unas palabras a Jill, despejando sus primeros temores: ¡°Mam¨¢, sanaste todos nuestros corazones una vez. Nos completaste a los tres. Nos diste a Ashley [su hija con Joe], el mejor regalo imaginable. Le diste a Beau tu fuerza, tu firmeza, y le diste un amor que solo una madre pod¨ªa dar (...) Es tu fuerza y es tu firmeza lo que mantiene unida a esta familia. Y s¨¦ que nos completar¨¢s de nuevo¡±. Durante la campa?a presidencial, Joe Biden sol¨ªa referirse a la necesidad de sanar el pa¨ªs. El dem¨®crata sab¨ªa que si llegaba a la Casa Blanca trabajar¨ªa por ello acompa?ado de quien san¨® a su familia.