El refugio que puede acabar con el desabastecimiento de agua del Estado de M¨¦xico cosechando lluvia
El arquitecto Javier S¨¢nchez dise?¨® su vivienda en Valle de M¨¦xico con un sistema que recoge, filtra y almacena todo el agua que se necesita a lo largo del a?o
El agua ha empezado a caer pasadas las tres de la tarde y golpea el suelo con fuerza. El arquitecto Javier S¨¢nchez (Ciudad de M¨¦xico, 51 a?os) se ha refugiado en el interior de su casa, donde ha recibido a su equipo de trabajo. Hacia el este, deber¨ªa verse el Nevado de Toluca, el cuarto volc¨¢n m¨¢s alto de M¨¦xico, pero las nubes lo cubren todo. Es temporada de lluvias en esta parte del hemisferio. S¨¢nchez ha dise?ado esta casa en la monta?a para aprovechar ese agua que cae de forma natural en una zona que sufre un ...
El agua ha empezado a caer pasadas las tres de la tarde y golpea el suelo con fuerza. El arquitecto Javier S¨¢nchez (Ciudad de M¨¦xico, 51 a?os) se ha refugiado en el interior de su casa, donde ha recibido a su equipo de trabajo. Hacia el este, deber¨ªa verse el Nevado de Toluca, el cuarto volc¨¢n m¨¢s alto de M¨¦xico, pero las nubes lo cubren todo. Es temporada de lluvias en esta parte del hemisferio. S¨¢nchez ha dise?ado esta casa en la monta?a para aprovechar ese agua que cae de forma natural en una zona que sufre un desabastecimiento cr¨®nico. Las precipitaciones se recuperan gracias a un sistema que recoge, filtra y almacena. El agua que beben, el agua que sale de los grifos, el agua de los ba?os es la que la misma casa ha cosechado.
La vivienda es parte de un desarrollo inmobiliario de 200 hect¨¢reas donde se construir¨¢n 80 casas. Para llegar desde el acceso del complejo hasta la casa de S¨¢nchez hay que subir unos 250 metros a trav¨¦s de caminos de tierra. En los alrededores se ven pastizales, pinos, encinas y frutales. Y aunque all¨ª tienen sus chalets actores y chefs reconocido estos apenas se divisan. La mitad del territorio ha sido convertido en reserva natural y en el resto solo se puede construir el 6% y hasta los cinco metros y medio de altura.
El complejo, ubicado en la cuenca del Valle de M¨¦xico, a casi tres horas de la capital, pretende recuperar un ecosistema agotado por a?os de agricultura y ganader¨ªa. Tiene unas 13 reservas que colectan lluvia y proveen el 30% del agua que utiliza cada una de las casas. Pero S¨¢nchez ha dise?ado la suya para que capte toda la que necesita.
Hecha de madera pintada de negro y de una piedra volc¨¢nica llamada recinto, la casa recuerda al pabell¨®n de Mies van der Rohe: un plano horizontal elevado debajo del cual el resto parece flotar. Las ventanas pueden abrirse hasta desaparecer y configurar diferentes espacios. El proyecto, inaugurado en 2020, fue dise?ado por S¨¢nchez en colaboraci¨®n con el arquitecto estadounidense Robert Hutchison. La casa pretende ser un refugio, una caba?a en la monta?a, para S¨¢nchez, su esposa y sus dos hijas de 24 y 21 a?os. Cuenta, adem¨¢s, con un estudio independiente para recibir visitas o trabajar y un espacio dedicado al agua, como un ¡°templo¡± con termas, sauna y vapor.
En el interior del edificio principal hay una gran cocina, una peque?a sala de estar con una biblioteca, un comedor, dos habitaciones, un sal¨®n para ver la televisi¨®n y un ba?o. En el exterior, hay un huerto que en esta ¨¦poca da patatas, lechuga, hierbas arom¨¢ticas y diferentes frutas. Y hay, tambi¨¦n, dos terrazas. Aunque haga fr¨ªo la casa invita a estar fuera. La terraza por la que se accede a la casa est¨¢ organizada alrededor de una chimenea. La otra tiene una mesa en la que entran hasta 20 personas.
Desde ah¨ª se ve un peque?o lago artificial que guarda hasta un mill¨®n de litros de agua. Con las primeras lluvias de la temporada, el agua empieza a correr y se puede capturar. Dos canales principales conducen las precipitaciones por debajo del suelo hasta la alberca, donde se almacenan. El anillo alrededor de esta olla es una especie de humedal que ayuda a sedimentar la tierra que trae el agua y hace un trabajo de limpieza previa. Pr¨¢cticamente no requiere mantenimiento. Una parte de esa agua se utiliza para el consumo y otra parte importante se evapora. ¡°Un principio bonito del agua es que cuanta m¨¢s agua hay, m¨¢s humedad hay y m¨¢s lluvia hay¡±, comenta el arquitecto. En ¨¦poca de sequ¨ªa el nivel puede bajar un 30%.
A unos metros de all¨ª hay un cuarto de m¨¢quinas oculto bajo tierra que recibe agua directamente de la lluvia y la almacena en tres tanques. Luego se potabiliza y se guarda en otros dos contenedores. Desde all¨ª pasa a la casa y, tras ser usada ¨Csin productos qu¨ªmicos, como la lej¨ªa¨C, regresa: pasa por una planta de tratamiento, se filtra, se limpia, se le quita el mal olor y un poco el color, y se vuelve a usar en los ba?os y para el riego. Es decir, para que el sistema funcione, la casa tiene que estar habitada.
S¨¢nchez, que adem¨¢s de arquitecto es profesor, pens¨® el proyecto para que fuera did¨¢ctico. La casa, dice, ¡°es un laboratorio y una escuela¡±. Para ¨¦l, proyectos peque?os, ¡°casi como acupunturas¡±, pueden resolver los problemas de desabasto de agua de la Ciudad de M¨¦xico y otros municipios. El sistema de Cutzamala, que provee de agua a la capital, ha sufrido la sobreexplotaci¨®n de una urbe que contin¨²a expandi¨¦ndose. En abril, la jefa de Gobierno de la ciudad, Claudia Sheinbaum, anunci¨® que planeaba construir una nueva planta potabilizadora para suministrar a la capital desde otras fuentes de agua cercanas. En ese momento, el agua solo llenaba el 42,9% de la capacidad del conjunto de presas, 23 puntos menos que en el mismo mes del a?o anterior.
Esta vivienda ha sido un viraje en la carrera de S¨¢nchez, que hasta ahora hab¨ªa hecho, sobre todo, proyectos urbanos ¨Crecibi¨® el Le¨®n de Oro de la Bienal de Venecia por un proyecto de vivienda social¨C. Ese giro empez¨® hace unos cinco a?os, en parte, inspirado por sus hijas, que son activistas ¡°contra todo lo que est¨¢ mal¡±, cuenta el arquitecto. Toda la familia se hizo vegana. ?l empez¨® a correr ¨Ccomplet¨® la marat¨®n de Roma con sandalias como las que usa el pueblo tarahumara, aunque dise?adas por una marca estadounidense llamada Luna Sandals¨C y baj¨® 30 kilos. ¡°Yo sigo creyendo en la ciudad, por supuesto, pero pienso que hay que construirla con otra l¨®gica¡±, se?ala y apunta que un sistema as¨ª es replicable en las urbes.