Cuando Hefner, ¡°la banda peque?a m¨¢s grande de Gran Breta?a¡±, forj¨® su leyenda: ¡°Si nos reuni¨¦ramos, te gustar¨ªamos menos¡±
Se cumplen 25 a?os del disco ¡®The Fidelity Wars¡¯, la cr¨®nica de ruptura y desamor que consolid¨® a Darren Hayman como una de las voces m¨¢s especiales del ¡®indie¡¯ rock. El cantante estrena nuevo proyecto, ¡®New Starts¡¯
Su actividad dur¨® seis a?os, publicaron cuatro ¨¢lbumes muy celebrados ¨Cpor el pu?ado de personas que los escuch¨®¨C y se disolvieron de manera anticlim¨¢tica, sin anuncio oficial y con el cantante simplemente comentando en una entrevista, de pasada, que no planeaban actuar m¨¢s veces. La banda Hefner surgi¨® en medio de la resaca del britpop, con un l¨ªder, Darren Hayman (53 a?os, Brentwood, Essex, Reino Unido), m¨¢s parecido a un nerd que al cabeza de cartel de ning¨²n festival, y una m¨²sica de pedigr¨ª complejo de establecer, entre el gusto por la melod¨ªa y la composici¨®n delicada, accesos ruidistas propios del rock alternativo estadounidense y unas letras de desgarrado estilo confesional con un pie en el folk. Sonaban como muchos grupos (Violent Femmes, Belle & Sebastian, Pavement¡) y como ninguno al mismo tiempo.
Publicado el 12 de julio de 1999, su segundo disco, The Fidelity Wars, que cumple 25 a?os, fue la base de su consolidaci¨®n como fen¨®meno de culto casi privado, que les vali¨® la reputaci¨®n de ¡°banda peque?a m¨¢s grande de Gran Breta?a¡±, como algunos medios y aficionados se empezaron a referir a ellos. Descubiertos al p¨²blico mayoritario por el popular presentador de radio John Peel, Hefner estuvieron lejos de alcanzar cualquier tipo de ¨¦xito masivo, pero s¨ª encontraron un lugar privilegiado entre la prensa especializada y en las estanter¨ªas de los aficionados que llegaron a escucharlos y a comprar sus discos, atra¨ªdos bien por sus relatos decadentes de relaciones frustradas o bien por sus portadas con aire de tebeo antiguo. En The Fidelity Wars, el cantante y compositor Darren Hayman fij¨® el perfil que le ha perseguido desde entonces, el de cronista experto en rupturas, desamor, dependencia e inseguridades end¨¦micas a la hora de rearmarse emocionalmente.
¡°Reconoce que su hundimiento [amoroso] se debe al odio neur¨®tico hacia s¨ª mismo y a su paranoia, no a las mujeres. La vulnerabilidad y el autodesprecio que hacen tan asombroso The Fidelity Wars son tambi¨¦n lo que condena las relaciones de Haymen¡±, analizaba en 2002 el medio Pop Matters en una rese?a retrospectiva. El disco se presentaba como un recorrido del autor por su particular ciclo personal de desesperanza, nihilismo, nostalgia y renacimiento
sentimental, con la incertidumbre por si la rueda gira fatalmente de nuevo. Sus dos himnos, The Hymn For The Cigarettes y The Hymn For The Alcohol, versan sobre relaciones sin futuro con ecos de relaciones pasadas, en Fat Kelly¡¯s Teeth explora su culpa, argumentos y justificaciones para ser infiel, en I Took Her Love For Granted (Di su amor por sentado) disecciona su falta de implicaci¨®n en un romance a toro pasado, cuando es irremediable e irrecuperable, mientras en la ambigua I Love Only You se reconcilia con la autenticidad del amor experimentado, pero desde el terror por no poder superarlo y querer a nadie igual.
El periodista musical Darryl Sterdan, de Tinnitist, dice a ICON que, pese a haber rese?ado m¨¢s de 25.000 ¨¢lbumes a lo largo de toda su carrera, recuerda especialmente la sorpresa que le supuso escuchar en su d¨ªa The Fidelity Wars, que califica de ¡°inteligente, agudo, intrigante e idiosincr¨¢tico¡±. ¡°La primera y m¨¢s importante raz¨®n es la composici¨®n de las canciones¡±, explica. ¡°Hayman era (y presumiblemente sigue siendo) un talentoso compositor. Escribir canciones es un arte m¨¢gico, se necesita ingenio y sabidur¨ªa, intelecto y emoci¨®n, ser accesible pero misterioso, ser intr¨¦pido y estar preparado para ahondar en los pensamientos, miedos, amores, p¨¦rdidas y arrepentimientos m¨¢s profundos, oscuros y personales, para crear historias que tengan una resonancia universal. ?l lo ha conseguido repetidamente. Y el tema inconfundible de la angustia rom¨¢ntica hizo que el ¨¢lbum pareciera algo unificado y centrado, m¨¢s que un pu?ado de canciones al azar¡±.
Sterdan, que en una ocasi¨®n compar¨® el estilo de Hayman con ¡°un joven Ray Davies [el l¨ªder de The Kinks] interpretando el cancionero de Jonathan Richman¡±, no cree que las inquietudes amorosas sean necesariamente el tema por excelencia del m¨²sico, aunque parezca ser el m¨¢s asociable a su figura. ¡°Breaking God¡¯s Heart [el debut de Hefner, de 1998], en consonancia con su t¨ªtulo, ten¨ªa m¨¢s canciones sobre la fe y la religi¨®n, mientras que We Love The City [el tercero, de 2000] parec¨ªa ser un poco m¨¢s sociopol¨ªtico y geogr¨¢ficamente espec¨ªfico. Supongo que Hayman tend¨ªa a adentrarse en este tipo de madrigueras tem¨¢ticas cuando escrib¨ªa¡±, observa. Tras un cuarto disco, Dead Media (2001), donde ganaban presencia los sintetizadores, el cantante form¨® con el bajista de Hefner, John Morrison, un breve nuevo proyecto de car¨¢cter m¨¢s electr¨®nico, The French. En una entrevista en 2005, despu¨¦s de una pausa de m¨¢s de dos a?os de Hefner solo interrumpida por un concierto homenaje a John Peel (fallecido en 2004), el cantante confirm¨® que el grupo ya no segu¨ªa en activo y que The French tampoco lo har¨ªa: Morrison no deseaba dar m¨¢s conciertos.
Tambi¨¦n dijo que el guitarrista Jack Hayter hab¨ªa propuesto que Hefner se reuniese cuando muriera Margaret Thatcher ¨Cla canci¨®n The Day That Thatcher Dies (El d¨ªa en que Thatcher muera), del tercer ¨¢lbum, es posiblemente la m¨¢s popular del grupo: ¡°Thatcher es una p¨¢gina oscura que nos sugiere tantos sentimientos como los que podamos expresar en una canci¨®n de amor¡±, explic¨® el cantante en una entrevista, si bien en el se?alado 2013, a?o de deceso de la exdirigente conservadora, no se produjo esa vuelta a los escenarios. Cinco a?os antes, el cantante ya lo hab¨ªa aventurado en otra entrevista: ¡°No somos el tipo de banda que se re¨²ne. Hefner te gustar¨ªamos menos si lo hici¨¦ramos, cr¨¦eme¡±. Y dejaba tambi¨¦n otra perla para clarificar su escaso inter¨¦s en las concesiones populares y en estar en olor de multitudes: ¡°Girar es una mierda, solo lo disfrutan los idiotas y los bater¨ªas. Me gusta tocar en directo, pero las giras son miserables y te chupan la vida¡±.
M¨¢s canciones de rupturas
La discogr¨¢fica independiente brit¨¢nica Fika Recordings utiliza los desbarajustes sentimentales de Darren Hayman como, directamente, reclamo c¨®mico para promocionar su nuevo proyecto. ¡°More Break-Up Songs (M¨¢s canciones de rupturas) es una colecci¨®n de 12 canciones sobre rupturas porque Darren ha roto con alguien. Otra vez¡±, se lee en su nota de prensa. El aludido aporta tambi¨¦n su punto de vista al texto: ¡°Soy un asco, pero no es culpa de nadie. Me entristece mucho, pero tengo que trabajar estas cosas en canciones y siempre hay algo que aprender. Intento hacer canciones sobre rupturas que puedan ser entendidas por las dos partes. No me interesan las canciones desagradables¡±.
Se trata del primer ¨¢lbum de la nueva banda de Hayman, New Starts, ¡°que evoca los extremos m¨¢s pop de la new wave y del rock m¨¢s guitarrero¡±, con influencias declaradas de The Cars, The Breeders, Bay City Rollers, The Velvet Underground y ZZ Top. El cantante y guitarrista ha explicado que echaba de menos tener una banda y crear algo colectivamente, m¨¢s all¨¢ de lo que pudieran ofrecer unos m¨²sicos de apoyo: en los adelantos del ¨¢lbum, que se publica el 16 de agosto, llama la atenci¨®n el choque entre el exl¨ªder de Hefner y la guitarrista Joely Smith, vinculada al noise pop, que da a las composiciones del primero un aire m¨¢s urgente y el¨¦ctrico. Seg¨²n el artista, More Break-Up Songs ser¨¢ ¡°el disco que gran parte del p¨²blico quer¨ªa que hiciera desde hace mucho tiempo¡±.
Extraordinariamente prol¨ªfico, desde el fin de Hefner y The French, Darren Hayman ha publicado 22 ¨¢lbumes de estudio en solitario y tambi¨¦n es un destacado pintor en acuarela, que vende originales a precios razonables por internet y est¨¢ actualmente completando un desaf¨ªo basado en representar cada una de las 272 estaciones de metro de Londres. Con o sin rupturas de por medio, salta a la vista que no tiene graves dificultades para mantener la mente ocupada y que sus procesos compositivos, como ¨¦l sugiere, parecen parte de un mecanismo engrasado para metabolizar y procesar los vaivenes personales. Su constancia indica que, al menos desde el lado creativo, le funciona, en parad¨®jica sinton¨ªa con lo que cantaba en el estribillo de I Love Only You, la ¨²ltima canci¨®n de The Fidelity Wars: ¡°Who gave you the right / To bruise my little heart? / You tore it right apart / I was saving it for art¡± (?Qui¨¦n te dio derecho a magullar mi corazoncito? Lo destrozaste, lo estaba reservando para el arte).
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