El segundo verano del ¡®britpop¡¯
El retorno de Blur con ¡®The Ballad of Darren¡¯ coincide con el auge de bandas brit¨¢nicas de los noventa, como Pulp, Suede o los eternamente enemigos hermanos Gallagher
Hay movimientos musicales que pertenecen al verano, como hay otros que se asocian m¨¢s con el invierno o el oto?o. El grunge o el pospunk indudablemente pertenecen a esta ¨²ltima categor¨ªa. El britpop, en cambio, es absolutamente estival. Como la psicodelia o la rave. As¨ª ha sido, en el caso de esta subcultura pop, desde agosto de 1995, cuando, en un perfectamente orquestado movimiento por parte de la industria musical brit¨¢nica con la aquiescencia de la prensa, Blur y Oasis lanzaron de forma simult¨¢nea los sencillos de adelanto de los ¨¢lbumes que iban a confirmar su reinado en la escena, tras el enorme ¨¦xito que un a?o antes hab¨ªan cosechado Parklife (Blur) y Definitely Maybe (Oasis). La batalla la gan¨® Blur. Su sencillo ¡®Country House¡¯ fue n¨²mero uno, dejando al ¡®Roll With It¡¯ de los Gallagher en segundo puesto. Pero, llegado el oto?o, Oasis arrasaban con todo gracias a ¡®Wonderwall¡¯ y la seguridad en su potencial para dominar el planeta que transmit¨ªa Noel Gallagher, mientras Blur se sum¨ªan en una terrible crisis de identidad, una resaca de las malas que dur¨® un par de a?os. La guerra del britpop la gan¨® Oasis, pero todas las que vinieron despu¨¦s cayeron del lado de Damon Albarn, con o sin Blur.
Este 2023 estamos viviendo una suerte de segundo verano del brit?pop. Sobre todo, gracias al retorno de la banda de Albarn, Alex James, Dave Rowntree y Graham Coxon, que ha creado enormes expectativas y un ruido ensordecedor, al menos entre esa facci¨®n del p¨²blico ¨¢vida de noticias de retornos de combos de su juventud que justifiquen la inversi¨®n no solo en entradas para festivales, sino en canguros que cuiden de los ni?os esa noche. Tras anunciar shows en Wembley y en el Primavera Sound, los de Albarn armaron tal vez la mayor gira europea que han acometido en sus 30 a?os de historia. Y en medio de esta gira han lanzado su nuevo disco, el primero desde 2015, cuando, coincidiendo entonces con su primer retorno tras su breve reuni¨®n para celebrar los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres 2012, sali¨® a la venta The Magic Whip. Si aquel ¨¢lbum se complet¨® a pesar de Graham Coxon, su guitarrista, la sensaci¨®n que transmite este nuevo The Ballad of Darren es que est¨¢ confeccionado para ¨¦l.
¡®The Narcissist¡¯, lanzado apropiadamente justo antes de la gira, es una joya casi de orfebrer¨ªa
El primer adelanto, ¡®The Narcissist¡¯, lanzado apropiadamente justo antes de la gira con el fin de que no hubiera ning¨²n tema en los bises que el p¨²blico no pudiera corear, es una joya casi de orfebrer¨ªa. Conscientes de que su rango mel¨®dico es cada vez menor, Blur se conforman con una sencilla pero certera tonada de voz y la arropan con unos alambicados arreglos, lo que redunda en una obra maestra de la optimizaci¨®n de recursos. El segundo adelanto, corte con el que han estado abriendo casi todos los conciertos de esta gira, ha sido ¡®St. Charles Square¡¯, m¨¢s ¨¢spero, igualmente algo falto de punch mel¨®dico, pero tambi¨¦n satisfactorio en el resultado final. Donde ¡®The Narcissist¡¯ se ancla en la inteligencia, este corte lo hace en el buen gusto, sonando a trasunto de Devo y Wire. Exacto, suena a Elastica. El resto del largo transita por la melancol¨ªa y la rendici¨®n sin ambages ante el paso del tiempo. Casi todo remite al ¨²ltimo largo de Albarn en solitario, The Nearer the Fountain, More Pure the Stream Flows, algo que suena bien si te lo explican, pero puede llegar a cansar bastante cuando lo escuchas. La excepci¨®n la marca ¡®Barbaric¡¯, un tema casi m¨¢gico que podr¨ªa estar en cualquier disco de la banda, y es esta una banda que ha hecho casi cualquier cosa durante su historia.
Adem¨¢s de Blur, sobre los escenarios este verano coinciden Liam Gallagher o Pulp. El primero ha paseado de nuevo por toda Europa, festival Mad Cool incluido, esa amenaza musicada a su hermano que son sus directos. Hay que reformar ya Oasis o seguir¨¢ ¨¦l solo asesinando lo poco que queda del legado de la banda. Mientras, al otro lado del Atl¨¢ntico, Noel giraba presentando su ¨²ltimo largo, Council Skies, otro disco con un par de sencillos de adelanto que anunciaban el retorno del mejor Noel y luego una decena m¨¢s de temas que dec¨ªan justo lo contrario.
Tambi¨¦n han vuelto a los escenarios, aunque lo cierto es que jam¨¢s han terminado totalmente de irse, Suede. La banda liderada por Brett Anderson actu¨® ya el a?o pasado en eventos como Tomavistas, en Madrid, y este verano se les ha visto en el Vida Festival y en el M¨²sica en Grande. En septiembre visitar¨¢n Murcia y Granada, siguiendo la gira de presentaci¨®n de su ¨²ltimo ¨¢lbum, el magn¨ªfico Autofiction, un disco cuyo ¨²nico problema es haberse editado en una ¨¦poca en la que ya casi no queda nadie preparado para enamorarse de temas nuevos de ninguna banda del britpop, ni siquiera de Suede.
Y ajenos a todo esto, a lo de Blur y a lo de Oasis, como ha sido norma desde 1995, Pulp, la banda de Shef?field liderada por Jarvis Cocker, el ¨²nico artista respetado por los que denostaron el britpop, volv¨ªa a los escenarios, tras un largo par¨®n y la muerte de su bajista, Steve Mackey, en marzo de este a?o. La gira brit¨¢nica de Pulp ha sido una verdadera catarsis. Emocionante, festiva, tr¨¢gica y reivindicativa, especialmente las fechas en su Sheffield natal, donde un bus decorado con motivos de homenaje a la banda y una frase sacada de su ¨¦xito ¡®Mis-Shapes¡¯, ¡°el futuro nos pertenece a ti y a m¨ª¡±, traslad¨® a algunos fans desde la estaci¨®n de tren hasta el lugar del concierto. No hay que olvidar que si el verano de 1995 fue de Oasis y Blur, la primavera de aquel a?o fue de Pulp, que el 22 de mayo lanzaron el gran himno de la d¨¦cada: ¡®Common People¡¯. Teniendo primaveras, qui¨¦n quiere veranos.
La segunda divisi¨®n del g¨¦nero sigue su lento resbalar por los carteles de los festivales hasta la irrelevancia absoluta
Y mientras todo esto suced¨ªa en grandes festivales, estadios y palacios de deportes, la segunda divisi¨®n del britpop hac¨ªa lo mismo que lleva haciendo desde 1995: actuar y actuar, cada vez en locales m¨¢s peque?os. Sleeper, The Bluetones o Shed Seven han seguido ese lento y silencioso descenso hasta la irrelevancia absoluta, ese resbalar por el cartel de los festivales hasta que tu nombre aparece en la ¨²ltima l¨ªnea en cuerpo seis light. Ese tocar muchas veces para la misma gente. Para ellos todos los veranos son del britpop.
Blur
Warner
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