El problema del ¡°negro m¨¢gico¡±, el t¨®pico racista disfrazado de alegato que el cine a¨²n no ha superado
La pel¨ªcula ¡®La sociedad americana de negros m¨¢gicos¡¯, recientemente estrenada en Espa?a en plataformas digitales, parodia el desafortunado t¨®pico narrativo al que puso nombre el cineasta Spike Lee
Hace 25 a?os lleg¨® a los cines La milla verde (1999), una de las m¨¢s aplaudidas adaptaciones cinematogr¨¢ficas de Stephen King y, en principio, un amable alegato contra los prejuicios raciales en forma de cuento fant¨¢stico. Situada en los a?os treinta, narraba la historia de un condenado a muerte de piel negra (interpretado por Michael Clarke Duncan) acusado de atroces cr¨ªmenes que no hab¨ªa cometido, que resultaba ser, por el contrario, un hombre de buen coraz¨®n capaz de realizar milagros. Por ejemplo, en un momento dado, el personaje agarraba de los test¨ªculos al funcionario de prisiones protagonista (Tom Hanks) y le sanaba as¨ª, de un toque, una infecci¨®n urinaria. Un cuarto de siglo despu¨¦s, la escena ha sido reciclada como chiste en otra pel¨ªcula, la comedia La sociedad americana de negros m¨¢gicos, donde se recrea en clave par¨®dica, como parte de un cursillo destinado a personas negras que deseen agradar a los blancos, ser validados por ellos y prevenir conflictos de odio.
Estrenada a principios de a?o en EE UU, la pel¨ªcula acaba de llegar a Espa?a a trav¨¦s de plataformas de alquiler digital como Filmin, Rakuten TV o Apple TV+. Aunque su concepto de una sociedad afroamericana dedicada a la pr¨¢ctica de la magia y la formaci¨®n de nuevos alumnos en la sombra puede sonar a versi¨®n blaxploitation de Harry Potter o X-Men, el largometraje dirigido y escrito por el humorista Kobi Libii satiriza un tropo argumental al que puso nombre en 2001 el cineasta Spike Lee: el ¡°negro m¨¢gico¡± (en ingl¨¦s, magical negro), personajes negros que existen en la ficci¨®n ¨²nica y exclusivamente para ayudar a mejorar la vida de un blanco. Estos personajes ¨Cque a veces, aunque no siempre, poseen atributos sobrenaturales¨C apenas cuentan con desarrollo ni biograf¨ªa y viven por y para que una figura cauc¨¢sica se sienta realizada.
En La sociedad americana de negros m¨¢gicos, los miembros del grupo secreto disponen de medidores de infelicidad para saber cu¨¢ndo alguien blanco necesita de su intervenci¨®n y se les ense?a a transmitir una imagen inofensiva que evite violentar a los interlocutores. El conflicto del personaje principal, al que da vida Justice Smith, est¨¢ en la naturaleza de los ¡°negros m¨¢gicos¡±: como los clich¨¦s infraescritos que son, deben inhibir todas sus motivaciones, deseos e inquietudes y mantenerse siempre en un segundo plano supeditados al blanco en cuesti¨®n, aunque implique renunciar a sus propias metas.
Cuando el t¨¦rmino se populariz¨®, adem¨¢s de La milla verde, acababa de estrenarse La leyenda de Bagger Vance (2000), una producci¨®n ambientada en la ¨¦poca de la Gran Depresi¨®n donde Matt Damon interpretaba a un exjugador de golf alcoh¨®lico que intentaba volver a competir. La gesta la llevaba a cabo gracias a la aparici¨®n repentina de un misterioso hombre fantasmag¨®rico, Will Smith, el Bagger Vance del t¨ªtulo. ¡°Los negros est¨¢n siendo linchados aqu¨ª y all¨¢, ?y [el personaje de Bagger Vance] est¨¢ m¨¢s preocupado en mejorar el swing de Matt Damon! Me tengo que sentar, me cabreo solo de pensarlo¡±, declaraba Spike Lee en una charla en la universidad de Yale, donde tambi¨¦n denunci¨® que la industria del audiovisual solo pensaba en ¡°tener a personas negras en pantalla sin preocuparse por las im¨¢genes [que transmiten]¡±. ¡°Siguen haciendo lo mismo de siempre, reciclar al buen salvaje y al esclavo feliz¡±.
El c¨®mico Chris Rock, muchos a?os antes de su encontronazo con Smith en los Oscar, se burl¨® de la pel¨ªcula en su programa The Chris Rock Show (1997-2000) con el falso trailer Migger, The Magic Nigger, donde una persona negra iba resolviendo problemas de blancos mientras soltaba frases filos¨®ficas absurdas.
La periodista, escritora y divulgadora antirracista Luc¨ªa Mbom¨ªo cuenta a ICON que conoci¨® el tropo ¡°por Roxane Gay y su libro Mala feminista [2014, editado en Espa?a por Capit¨¢n Swing]¡±. ¡°No es algo reciente en absoluto. Si t¨² piensas en Lo que el viento se llev¨® [1939], hay un personaje que brilla, que es el de Scarlett O¡¯Hara, y luego est¨¢ esa mujer que la cuida, la apoya y la sostiene para que pueda brillar¡±, reflexiona. ¡°Al final tiene mucho que ver con el punto de vista, con qui¨¦nes cuentan historias, qui¨¦nes lo han podido hacer siempre y d¨®nde nos sit¨²an. En el caso de Espa?a, tambi¨¦n las personas protagonistas de una pel¨ªcula pueden llegar a ser negras, pero parece que necesitan un actor blanco, por si la gente blanca no est¨¢ acostumbrada a empatizar con historias protagonizadas por alguien a quien no se parecen¡±.
Una referencia que Mbom¨ªo trae a colaci¨®n, a prop¨®sito de historias negras enfocadas desde una mirada predominantemente blanca, es Green Book (2019), ganadora del Oscar a la Mejor Pel¨ªcula, donde el personaje de Mahershala Ali fue categorizado por parte de la cr¨ªtica como variante del ¡°negro m¨¢gico¡±. ¡°Es tremendo, muy bestia. En una pel¨ªcula donde hay un se?or negro que es un virtuoso pianista y que lleva a cabo la heroicidad de recorrer Estados Unidos [en la ¨¦poca de la segregaci¨®n] ayudado por una gu¨ªa para saber d¨®nde hospedarse, el protagonista es el ch¨®fer blanco al que ayuda a dejar de ser racista¡±, recuerda la escritora. El Oscar de Green Book dio que hablar precisamente por la reacci¨®n adversa de Spike Lee, que, al anunciarse el premio, abandon¨® su asiento. Otra pel¨ªcula de Lee, Infiltrado en el KKKlan, estaba nominada esa noche. ¡°Cada vez que alguien lleva en un coche a otra persona, pierdo¡±, brome¨® entonces, como dardo envenenado a la misma Academia que en el pasado ignor¨® su Haz lo que debas (1989) en favor de Paseando a Miss Daisy, otra pel¨ªcula de un hombre negro (en ese caso en el rol inverso, el de ch¨®fer) como muleta argumental para que una mujer blanca supere sus prejuicios.
La intenci¨®n no es lo que cuenta
En su art¨ªculo Racismo cinet¨¦tico: Redenci¨®n blanca y estereotipos negros en las pel¨ªculas de negros m¨¢gicos (2009), el soci¨®logo estadounidense Matthew Hughey se deten¨ªa a analizar la aparente contradicci¨®n entre el uso de un tropo racista como el del ¡°negro m¨¢gico¡± en determinadas pel¨ªculas y el mensaje pedag¨®gico contra el racismo que, al mismo tiempo, muchas de esas pel¨ªculas enunciaban. Hughey lo calificaba como ¡°una s¨ªntesis de manifestaciones de cooperaci¨®n racial e igualitarismo con expresiones latentes de normatividad blanca y estereotipos antinegros (...) [que] marginan la acci¨®n de los negros, potencian las formas normalizadas y hegem¨®nicas de lo blanco y glorifican a personajes negros poderosos siempre que se les coloque en posiciones de subordinaci¨®n racial¡±. Preguntado por ICON, el soci¨®logo alude a un refr¨¢n: ¡°El infierno est¨¢ empedrado de buenas intenciones¡±.
¡°En lugar de promover personajes negros fuertes que antes eran invisibles o marginales en el cine, o relaciones interraciales cooperativas m¨¢s all¨¢ de la l¨ªnea de color, estos personajes est¨¢n ¨ªntimamente entretejidos con concepciones esencialistas de la raza: de las visiones del ex¨®tico misticismo negro y la servidumbre satisfecha a los relatos de paternalismo blanco y moral mesi¨¢nica¡±, elabora Hughey. ¡°Cuando a los actores negros se les pone constantemente en la piel de ¨¢ngeles, esp¨ªritus, dioses y otras fuerzas sobrenaturales encarnadas, desplazan las realidades de la historia a narrativas m¨¢s amables para el espectador. Los distintos cineastas crean escenas de reconciliaci¨®n sin problemas ni complicaciones entre blancos y negros. Cuando las formaciones raciales, sociales y culturales no se mencionan ni se cuestionan, estas escenas de reconciliaci¨®n son m¨¢s eficaces. El atractivo de estas pel¨ªculas toca algo de la conciencia nacional: un anhelo de armon¨ªa interracial. Por otra parte, resuenan con una crisis racial en EE UU tan desagradable que debe ser sustituida por historias fant¨¢sticas de magia¡±.
El tropo del ¡°negro m¨¢gico¡± no es un fen¨®meno contempor¨¢neo, aunque el concepto s¨ª lo sea. En el cl¨¢sico literario Las aventuras de Huckleberry Finn (1884), Mark Twain tambi¨¦n formulaba una cr¨ªtica a la esclavitud y el racismo del sur de Estados Unidos, si bien usando de nuevo a un personaje m¨ªstico, inculto y bonach¨®n como el esclavo Jim al servicio de la transformaci¨®n del verdadero protagonista, Huckleberry. ¡°Hunde sus ra¨ªces en la ideolog¨ªa y el discurso del buen salvaje de la literatura europea del siglo XVII¡±, se retrotrae Matthew Hughey. ¡°A medida que el colonialismo europeo cobraba impulso, se dec¨ªa que los africanos y los pueblos ind¨ªgenas pose¨ªan las nobles cualidades de la armon¨ªa con la naturaleza, la generosidad, la sencillez infantil, la felicidad bajo coacci¨®n y una br¨²jula moral natural o innata. El contacto con el buen salvaje se foment¨® cuando los rom¨¢nticos del siglo XVIII propagaron la creencia de que la sociedad preindustrial se hab¨ªa alejado de sus ra¨ªces, perdiendo el contacto con los preceptos necesarios de la verdadera y primitiva condici¨®n humana de pasi¨®n, emoci¨®n e instinto moral. En EE UU, tanto los nativos como los afroamericanos segu¨ªan siendo vistos como poseedores de una especie de autenticidad natural, una relaci¨®n m¨¢s estrecha con aquellas cosas que se consideraban premodernas: la tierra, la espiritualidad, los animales y los fen¨®menos a¨²n inexplicados por la investigaci¨®n cient¨ªfica¡±.
Para la periodista Luc¨ªa Mbom¨ªo, el problema estriba principalmente en qui¨¦n establece esos marcos de representaci¨®n. ¡°A veces, puede haber una buena intenci¨®n, pero no siento que haya una reflexi¨®n sobre hacer las cosas de una manera o de otra. El ¡°negro m¨¢gico¡± no deja de ser una consecuencia de c¨®mo ve alguna gente el mundo¡±, opina. ¡°Yo soy superfan de Nollywood [la industria del cine de Nigeria, tercera m¨¢s grande del mundo tras Bollywood y Hollywood], porque rompe con un mont¨®n de paradigmas, pone en el centro no solo a ciertas personas, tambi¨¦n puntos de vista, cosmogon¨ªas, un l¨¦xico¡ Me gusta incluso en t¨¦rminos est¨¦ticos, como los saltos de eje, aunque se asocien a lo cutre. Poder contar tus propias historias desde tus propios par¨¢metros y m¨¢s all¨¢ de lo est¨¦tico a m¨ª me parece valiente, con resultados, muchas veces, bell¨ªsimos¡±.
Mbom¨ªo concluye su argumentaci¨®n con una an¨¦cdota: ¡°Recuerdo un festival de cine en un pa¨ªs del continente africano donde una persona que iba desde Madrid dijo que solo una pel¨ªcula de las que se presentaba pod¨ªa considerarse cine, lo dem¨¢s no. Algunas personas afro que est¨¢bamos all¨ª, aunque fu¨¦ramos afroeuropeas, sugerimos que se creara un premio del p¨²blico porque la pel¨ªcula a la que se premiaba no conectaba en absoluto con el p¨²blico local. Para esas personas que ven¨ªan de fuera, la est¨¦tica era esencial, pero para la gente de all¨ª era mucho m¨¢s importante reconocerse, ver que estaban ah¨ª, que estaban contando su mundo¡±. La (buena) representaci¨®n empieza a construirse desde la mirada.