Todo lo que siempre quiso saber sobre la disfunci¨®n er¨¦ctil y nunca se atrevi¨® a preguntar
Expertos del congreso ¡®El mito de la erecci¨®n masculina¡¯, del Sal¨®n Er¨®tico de Barcelona, responden a preguntas sobre un trastorno que afecta a millones de hombres. Y casi todo son buenas noticias
En El mito de la erecci¨®n masculina, un congreso online organizado hace pocos d¨ªas por el Sal¨®n Er¨®tico de Barcelona, y que fue un ¨¦xito de convocatoria nada sorprendente, se trat¨® en profundidad un tema que a¨²n hoy es motivo de verg¨¹enza para millones de hombres: la disfunci¨®n er¨¦ctil. Dos de sus participantes se sentaron a responder preguntas de ICON sobre el asunto (tranquilo: en la gran mayor¨ªa de casos se trata de algo reversible). ¡°No es algo que suela hablarse y muchos van desesperado...
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En El mito de la erecci¨®n masculina, un congreso online organizado hace pocos d¨ªas por el Sal¨®n Er¨®tico de Barcelona, y que fue un ¨¦xito de convocatoria nada sorprendente, se trat¨® en profundidad un tema que a¨²n hoy es motivo de verg¨¹enza para millones de hombres: la disfunci¨®n er¨¦ctil. Dos de sus participantes se sentaron a responder preguntas de ICON sobre el asunto (tranquilo: en la gran mayor¨ªa de casos se trata de algo reversible). ¡°No es algo que suela hablarse y muchos van desesperados encontrando lugares y soluciones pocos fiables en internet. Junto a la eyaculaci¨®n precoz es lo que m¨¢s me encuentro en mi consulta¡±, afirma Montse Iserte, psic¨®loga, terapeuta sexual y directora pedag¨®gica del propio Sal¨®n.
¡°Nuestra educaci¨®n sexual se basa en el cine, las series y el porno. Mucha gente, pese a tratarse de una ficci¨®n, confunde una pel¨ªcula pornogr¨¢fica con un documental sobre la vida real. Si en los colegios se hablara m¨¢s sobre c¨®mo funciona la sexualidad, qu¨¦ es normal y qu¨¦ no y si hubiera libertad para exponer preguntas y dudas, probablemente, nos quedar¨ªamos sin trabajo¡±, bromea el psic¨®logo y sex¨®logo especializado en dificultades sexuales masculinas Aleix Comas, director de Arvum Psicolog¨ªa. Ante la infinidad de interrogantes que hay sobre ello, hemos recurrido a ambos expertos para que nos saquen de dudas.
?Tener un gatillazo deber¨ªa ser motivo de alarma?
No. ¡°Lo normal es que cualquier hombre, a lo largo de su vida, vaya a encontrarse con varias situaciones en las que no va a obtener una erecci¨®n¡±, dice Iserte. En efecto, un mal d¨ªa lo puede tener hasta Rocco Siffredi. La disfunci¨®n er¨¦ctil, como tal, es la incapacidad para conseguir y mantener una erecci¨®n r¨ªgida el tiempo suficiente como para considerar satisfactoria una relaci¨®n sexual. Si el problema es persistente, si ocurre entre el 75 y el 100% de las veces, es cuando verdaderamente habr¨ªa que pedir ayuda.
?Depende la erecci¨®n solo de m¨ª?
¡°Se trata de un reflejo involuntario que no depende de nosotros. Para que suceda deben darse tres condicionantes: tener el cuerpo en buen estado, que haya alg¨²n estimulo que sexualmente nos parezca interesante y, ante todo, prestar atenci¨®n a ese estimulo. Es esencial que los hombres sepan que no tendr¨¢n erecciones bajo cualquier circunstancia. Muchos tienden a pensar que el cuerpo siempre debe estar a tope y funcionar a la perfecci¨®n. Y no es as¨ª. Por ejemplo, si est¨¢s deprimido, agobiado, con dolores o muerto de sue?o va a ser complicado¡±, cuenta Comas.
?Cu¨¢les son las principales causas de la disfunci¨®n er¨¦ctil?
Hay una serie de alteraciones f¨ªsicas u org¨¢nicas que contribuyen a padecer este trastorno: la diabetes, la hipertensi¨®n, la insuficiencia renal y el tabaquismo, as¨ª como el consumo de drogas o de seg¨²n qu¨¦ f¨¢rmacos (sobre todo, antidepresivos o antipsic¨®ticos). Sin embargo, como detalla Comas, ¡°la gran mayor¨ªa de dificultades con la erecci¨®n est¨¢n relacionadas con las preocupaciones e inseguridades que puede tener uno mismo. Tambi¨¦n influyen aquellas exigencias o h¨¢bitos que suelen ponerse en pr¨¢ctica en una relaci¨®n sexual; no porque nos apetezca, sino porque creemos que es lo m¨¢s adecuado, lo que toca o lo que tradicionalmente hemos visto. Y, asimismo, el estar m¨¢s pendientes de c¨®mo estamos haci¨¦ndolo que de hacerlo¡±. Seg¨²n Iserte, otro factor determinante es la excesiva autoobservaci¨®n: ¡°Para quien se lo tome bien en un momento puntual no pasa nada, pero todo cambia si la siguiente vez compruebas constantemente, de forma obsesiva, que has conseguido esa erecci¨®n para poder penetrar. En definitiva, no quedar mal ante tu pareja. Habitualmente esta autoobservaci¨®n genera ansiedad. Es tu cabeza la que la genera y la interpreta como un peligro. Y si algo est¨¢ demostrado es que delante de un peligro no se puede obtener ninguna erecci¨®n¡±.
?Hay que acudir al sex¨®logo o a un ur¨®logo?
¡°Si es la primera vez que ocurre, lo mejor es no darle importancia y ver c¨®mo se desarrolla¡±, explica Comas. ¡°Si se vuelve algo rutinario, recomiendo ir al sex¨®logo porque este problema, en un 75%, es por cuestiones psicol¨®gicas o atencionales; no por temas m¨¦dicos. Es decir, nuestro cuerpo funciona perfectamente, pero hay unos h¨¢bitos sexuales y preocupaciones que no son los que tocan. Por probabilidad acabaremos antes yendo al sex¨®logo que al ur¨®logo¡±. Dato importante: si el problema de erecci¨®n solo se produce estando en pareja, nunca al masturbarse, no hay nada biol¨®gico de trasfondo. Recurre antes a los sex¨®logos que a la medicaci¨®n.
?La terapia ayuda?
Sin duda. ¡°Lo primero que hacemos cuando llega alguien a nuestra consulta es comprobar que realmente tiene dificultades para conseguir una erecci¨®n, que sea lo habitual. Adem¨¢s, constatamos que no haya otras dificultades a?adidas como el estr¨¦s o la ansiedad. Y analizamos otras variables: c¨®mo es su d¨ªa a d¨ªa, si tiene pareja o no, qu¨¦ tipo de relaci¨®n mantiene con esa persona o cu¨¢l es su situaci¨®n laboral. En el caso de que s¨ª tenga pareja es muy positivo que tambi¨¦n venga a vernos, puesto que las expectativas de la otra parte son muy importantes para los miedos e inseguridades de uno mismo. Hay que tener en cuenta que muchas veces quienes est¨¢n con alguien que tiene problemas de erecci¨®n, piensan que ya no son atractivas para su pareja, que son las culpables o las responsables de la situaci¨®n. Tras hablar con ambos llevamos a cabo un tratamiento, una serie de ejercicios que buscan incentivar la novedad y modificar esos h¨¢bitos que tenemos enquistados¡±, narra Comas. Sin ir m¨¢s lejos, una de las primeras cosas que los sex¨®logos recomiendan es eliminar la penetraci¨®n de la ecuaci¨®n (de este modo no hay obligaci¨®n alguna de tener una erecci¨®n) y sustituir el coito por ¡°una serie de juegos sexuales que ayuden a reactivar el disfrute en pareja¡±. En tres o cuatro meses, seis a lo sumo, los resultados suelen dar frutos.
?Y en el caso de que no se tenga pareja?
¡°Es algo m¨¢s complicado¡±, apostilla Iserte, ¡°pero les damos ejercicios espec¨ªficos, como nuevos patrones de masturbaci¨®n o respiraci¨®n, para que resuelvan estas dificultades. Del mismo modo, los juguetes son muy ¨²tiles porque si est¨¢s acostumbrado a masturbarte siempre de la misma forma tu cuerpo no responder¨¢ cuando est¨¦s con otra persona. La variaci¨®n es importante¡±.
?Tiene soluci¨®n?
Aqu¨ª est¨¢ la parte positiva: s¨ª. Son varios los estudios que indican que los tratamientos psicol¨®gicos para combatir la disfunci¨®n er¨¦ctil son eficaces en un 80%. Sin embargo, hay que ser consciente de que los milagros no existen a cierta edad. ¡°Hay que partir de la base de que cuanto m¨¢s mayor se sea, m¨¢s dif¨ªcil ser¨¢ mantener una erecci¨®n. El cuerpo de un hombre de 70 no funciona igual que el de uno de 20. Las expectativas de c¨®mo tiene que ser esta erecci¨®n son diferentes: a medida que pasan los a?os ni son tan potentes ni pueden mantenerse tanto tiempo. A su vez, hay personas que al superar la barrera de los 50 ya est¨¢n pensando que ha llegado su hora y desisten. Esto no es cierto, todav¨ªa les queda mucha vida ¨²til. Lo que s¨ª es verdad es que cuando se llega a esas edades se empiezan a buscar otros modos para gozar del sexo. Al final hemos relacionado la sexualidad solo con la penetraci¨®n, y va mucho m¨¢s all¨¢. Se puede disfrutar plenamente sin necesidad de una erecci¨®n o una penetraci¨®n¡±, puntualiza Iserte.
?Est¨¢ la penetraci¨®n sobrevalorada? ?Para ellos o para ellas?
El propio Sal¨®n Er¨®tico de Barcelona, con motivo del congreso, realiz¨® un estudio que aporta un dato muy interesante: a la pregunta de si una relaci¨®n sexual puede ser plenamente satisfactoria sin erecci¨®n, el 83% de las mujeres contest¨® s¨ª frente a solo el 50% de los hombres encuestados. Iserte arroja la clave de esto: ¡°El sexo que se nos ha vendido hasta ahora ha sido pensado solo para ellos. Si las mujeres pudi¨¦ramos escoger, para nada pasar¨ªamos por la penetraci¨®n. Se entiende que el resto, como los preliminares, es algo secundario. Eso es mentira. Al fin y al cabo, es sexo puro y duro. En ocasiones reclamamos la erecci¨®n del hombre porque si no, nos sentimos menos atractivas. La gran mayor¨ªa, para tener un orgasmo, necesitamos que nos estimulen el cl¨ªtoris, no la vagina. Esto es importante porque en terapia suelo encontrarme con hombres que me dicen que cuanto m¨¢s empujan y m¨¢s rudos son en la cama, m¨¢s gime su pareja. No, son buenas actrices. Aunque no se hable de ello, una penetraci¨®n larga nos parece aburrida. Caemos en el pecado de fingir un orgasmo para que os excit¨¦is y acab¨¦is antes. El tama?o tambi¨¦n es un mito: la vagina tiene su medida, y todo lo que sobrepase molesta porque empuja el cuello del ¨²tero. En realidad, tenemos la misma sensaci¨®n que cuando os dan una patada en los test¨ªculos. Es as¨ª de desagradable. El movimiento, sin duda, es m¨¢s importante que la penetraci¨®n en s¨ª¡±.
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