¡°Personas trabajadoras¡±
Antes de contravenir la gram¨¢tica conviene conocerla bien. No se deja manejar f¨¢cilmente.
La palabra ¡°trabajador¡± no significa lo mismo como sustantivo que como adjetivo. Es sustantivo en las locuciones ¡°los trabajadores de la empresa¡± o ¡°las trabajadoras de la sanidad¡±; y adjetivo cuando elogia a un sustantivo: ¡°Mi prima es una novelista trabajadora¡±, ¡°ficharemos un delantero trabajador¡±. Y eso permite afirmar que hay ¡°empresarios trabajadores¡±, por parad¨®jico que parezca.
Pero la obsesi¨®n por evitar el gen¨¦rico ¡°los trabajadores¡±, supuestamente discriminatorio, produce algunos enredos.
El ¨²ltimo ejemplo lo ha mostrado ...
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La palabra ¡°trabajador¡± no significa lo mismo como sustantivo que como adjetivo. Es sustantivo en las locuciones ¡°los trabajadores de la empresa¡± o ¡°las trabajadoras de la sanidad¡±; y adjetivo cuando elogia a un sustantivo: ¡°Mi prima es una novelista trabajadora¡±, ¡°ficharemos un delantero trabajador¡±. Y eso permite afirmar que hay ¡°empresarios trabajadores¡±, por parad¨®jico que parezca.
Pero la obsesi¨®n por evitar el gen¨¦rico ¡°los trabajadores¡±, supuestamente discriminatorio, produce algunos enredos.
El ¨²ltimo ejemplo lo ha mostrado el Real Decreto-ley de 29 de marzo, sobre la pandemia, que incluye 21 veces ese sintagma: ¡°Las personas trabajadoras que presten servicios¡±, ¡°Las personas trabajadoras que se encuentren de baja¡±, ¡°las personas trabajadoras contratadas¡±¡
Un an¨¢lisis puramente gramatical nos dice que el decreto afecta s¨®lo a las personas trabajadoras, es decir, a las que se muestren aplicadas en sus tareas. Si el Estatuto de los Trabajadores se hubiera aprobado ahora, se llamar¨ªa Estatuto de las Personas Trabajadoras; y algunos empresarios se aprestar¨ªan felices a interpretar que tal f¨®rmula deja sin defensa ni garant¨ªas a perezosos, haraganes y otros distraidillos.
Quienes ya perciben entre su p¨²blico el cansancio producido con la duplicaci¨®n continua sustituyen ahora esas expresiones por una locuci¨®n donde colocan la palabra ¡°persona¡±. A veces funciona, pero en otras ocasiones puede alterarse el significado, como suceder¨ªa con ¡°los ejecutivos¡±, ¡°los parados¡± o ¡°los ahorradores¡±: ¡°contratar¨¢n personas ejecutivas¡±, ¡°es una persona parada¡±, ¡°se bajar¨¢n las comisiones a las personas ahorradoras¡±.
Una empresa puede tener distintos responsables, que ser¨¢n ¡°los responsables de la empresa¡±, pero convendr¨ªa que esos directivos no fueran las ¨²nicas ¡°personas responsables¡± ah¨ª dentro.
Antes de contravenir la gram¨¢tica conviene conocerla bien. Y un rasgo de su car¨¢cter consiste en no dejarse manipular f¨¢cilmente.
Adem¨¢s, algunos ejercicios de sustituci¨®n dejan rastros. Por ejemplo, ese decreto se delata como palimpsesto (aquellos manuscritos antiguos en los que se descubren escrituras anteriores). Se intuye ah¨ª que antes de ¡°las personas trabajadoras¡± se hab¨ªa escrito ¡°los trabajadores¡±, porque se cambiaron algunas palabras pero se mantuvieron las concordancias previas: ¡°Quedan exceptuados las personas trabajadoras que tengan su contrato suspendido¡±, ¡°tres personas trabajadoras de la propia empresa, elegidos conforme a lo recogido¡¡±.
El texto vigente del Estatuto de los Trabajadores muestra tambi¨¦n esa sobreescritura. Cita 404 veces ¡°los trabajadores¡± y 80 ¡°el trabajador¡±; pero las ¨²ltimas enmiendas le han a?adido 17 menciones de ¡°personas trabajadoras¡± y 4 de ¡°persona trabajadora¡±, sin que se hayan corregido las otras.
Y como sucede tantas veces, unas palabras reciben el oropel de la inclusividad, mientras que otras son arrojadas al rinc¨®n de las telara?as. As¨ª, el citado decreto transforma ¡°trabajadores¡± en ¡°personas trabajadoras¡±, pero habla luego de ¡°empleados p¨²blicos¡± en vez de ¡°personas empleadas p¨²blicas¡±. Del mismo modo se insiste en ¡°personas trabajadoras¡± pero no hay ni rastro de ¡°personas empresarias¡±.
Si se aplicaran aqu¨ª ciertas nuevas teor¨ªas sobre el lenguaje, habr¨ªa que denunciar la invisibilizaci¨®n como seres humanos de empresarios y funcionarios, quienes no s¨®lo se quedan sin el sustantivo ¡°personas¡± sino tambi¨¦n sin el adjetivo que los habr¨ªa elogiado por su dedicaci¨®n a la tarea.