El pendulazo
Grandes empresarios de pronto se comportan como economistas keynesianos con esteroides
No lo reconocer¨ªan, por ejemplo, Jacques de Larosi¨¨re, Michel Camdessus, Anne Krueger, Horst K?hler, Rodrigo Rato, Strauss-Kahn o Christine Lagarde, antiguos directores gerentes del Fondo Monetario Internacional (FMI). El discurso de la actual dirigente del organismo multilateral, la b¨²lgara Kristalina Georgieva, es keynesiano neto (...
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No lo reconocer¨ªan, por ejemplo, Jacques de Larosi¨¨re, Michel Camdessus, Anne Krueger, Horst K?hler, Rodrigo Rato, Strauss-Kahn o Christine Lagarde, antiguos directores gerentes del Fondo Monetario Internacional (FMI). El discurso de la actual dirigente del organismo multilateral, la b¨²lgara Kristalina Georgieva, es keynesiano neto (¡°gasten, gasten tanto como puedan¡±) y compasivo (¡°las pol¨ªticas son para la gente, para mejorar sus vidas (¡). Esta es una instituci¨®n muy ¨¢gil y humana. Tiene un gran monedero de un bill¨®n de d¨®lares y tiene cerebro, pero tambi¨¦n coraz¨®n¡±).
Nada que ver con otros momentos yermos. La historia del FMI es, en buena parte, la historia del sufrimiento generado por sus recetas econ¨®micas de rigor mortis, y de sus diagn¨®sticos equivocados, aplicados unidireccionalmente en cualquier circunstancia a los ciudadanos de numerosos pa¨ªses muy distintos entre s¨ª. Por ejemplo, en medio de la Gran Recesi¨®n, Olivier Blanchard, economista jefe del Fondo, y Daniel Leigh presentaron un estudio titulado Errores en las previsiones de crecimiento y multiplicadores fiscales, cuya principal conclusi¨®n era que las pol¨ªticas de austeridad demandadas por la troika (FMI, Comisi¨®n Europea y Banco Central Europeo) subestimaron su impacto en el nivel de paro, en el consumo privado y en la inversi¨®n, y generaron un mayor grado de sacrificio y de ajuste a las poblaciones.
El ep¨ªtome de esto fue Grecia. Hace un lustro otro informe del FMI explicaba que con las pol¨ªticas impuestas al pa¨ªs heleno se esperaba una reducci¨®n acumulada del PIB del 5,5% en 2012 con respecto al a?o 2009, pero en realidad tal disminuci¨®n hab¨ªa llegado a ser del 17%; se cre¨ªa que el paro no superar¨ªa el 15% y se alz¨® hasta el 27%; etc¨¦tera. Tal grado de error, superior al 300% en el caso del PIB, afect¨® no solo a la macroeconom¨ªa sino a la vida de los griegos.
En aquellos momentos la pol¨ªtica del FMI estaba influida por el economista italiano de la Universidad de Harvard Alberto Alesina, recientemente fallecido, y su concepto de la ¡°austeridad expansiva¡± (todo gran ajuste fiscal que base sus objetivos en recortar el gasto y vaya acompa?ado de moderaci¨®n salarial tendr¨¢ finalmente car¨¢cter expansivo). En el mundo imaginario de los austericidas, la ¡°austeridad expansiva¡± siempre afecta ¡°al otro¡±. Cuando entraron con virulencia los efectos depresivos del coronavirus, como antes en la Gran Recesi¨®n, se produjo una desconexi¨®n total entre los que cre¨ªan en la econom¨ªa ortodoxa y lo que estaba sucediendo. Se deshicieron de sus directrices neocl¨¢sicas y neoliberales, y se comportaron como economistas keynesianos con esteroides. Tras haber rechazado durante d¨¦cadas la intervenci¨®n p¨²blica, los d¨¦ficits presupuestarios y la deuda p¨²blica as¨ª como las inyecciones de liquidez, de pronto ordenaron al Estado que se pusiera a intervenir por doquier (v¨¦ase la conferencia de empresarios organizada la pasada semana por la CEOE), y los d¨¦ficits p¨²blicos alcanzan niveles que hacen peque?os los de cualquier presupuesto que los viejos keynesianos hubieran podido aplicar en d¨¦cadas pasadas. El dinero fluy¨® como las cataratas del Ni¨¢gara.
Esos pol¨ªticos, economistas, empresarios¡ ?han reflexionado sobre la contorsi¨®n ideol¨®gica practicada para salvarse? El economista australiano Steve Keen (La econom¨ªa desenmascarada, Capit¨¢n Swing) menciona el caso de Ben Bernanke, antiguo presidente de la Reserva Federal y gran estudioso de la Gran Depresi¨®n de los a?os treinta del siglo pasado, quien argument¨® que no hab¨ªa necesidad de revisar la teor¨ªa econ¨®mica como resultado de la crisis y de la gesti¨®n de la crisis, y distingui¨® entre ¡°ciencia econ¨®mica¡±, ¡°ingenier¨ªa econ¨®mica¡± y ¡°gesti¨®n econ¨®mica¡± para permanecer donde estaba. ¡°La reciente crisis econ¨®mica¡±, escrib¨ªa, ¡°ha tenido que ver m¨¢s con un fallo en la ingenier¨ªa econ¨®mica y en la gesti¨®n econ¨®mica que en lo que yo he llamado ciencia econ¨®mica; las deficiencias en materia de ciencia econ¨®mica fueron en su mayor parte menos relevantes de cara a la crisis¡±.
As¨ª pues, establecido el pendulazo pr¨¢ctico, la experiencia indica que un d¨ªa volver¨¢n al otro extremo te¨®rico, el de que cada palo aguante su vela. Sin mover un m¨²sculo.