Kristalina Georgieva, la economista que rompi¨® las fronteras de su mundo
Pese a ser la candidata elegida por la UE para dirigir el FMI, el gran escollo de la economista es su edad, que supera los criterios fijados por el organismo internacional
Cuando ten¨ªa 30 a?os, Kristalina Georgieva (Sof¨ªa, 1953) cre¨ªa saber al dedillo c¨®mo iba a ser toda su vida. Desde peque?a hab¨ªa visto c¨®mo en la Bulgaria comunista en la que se crio siempre se repet¨ªa el mismo patr¨®n. Y ella no ten¨ªa por qu¨¦ ser la excepci¨®n. Hab¨ªa logrado una plaza como profesora de Econom¨ªa en el entonces instituto universitario de Karl Marx. Y en ese edificio de corte sovi¨¦tico de la capital b¨²lgara imaginaba que impartir¨ªa clases hasta su jubilaci¨®n a los 55 a?os. El desmoronamiento del bloque comunista rompi¨® la frontera de ese peque?o mundo. Y lejos de haberse retirado, a punto de cumplir los 65 a?os est¨¢ dispuesta a tomar las riendas de una de las instituciones econ¨®micas m¨¢s poderosas del mundo: el Fondo Monetario Internacional (FMI). Su camino no ha hecho m¨¢s que empezar y est¨¢ lleno de obst¨¢culos, empezando por su edad, que supera los criterios fijados en el proceso de selecci¨®n. Y el cambio en los estatutos no est¨¢ garantizado.
Georgieva no es ajena a las instituciones que nacieron hace 75 a?os en Bretton Woods. Tras salir de Sof¨ªa, esta economista subi¨® escalafones en el Banco Mundial y alcanz¨® su vicepresidencia en 2008. Solo dos a?os despu¨¦s, fue requerida por el Gobierno b¨²lgaro para ocupar la cartera de Desarrollo de la Comisi¨®n Europea. Su pa¨ªs, que acababa de entrar en la UE hac¨ªa apenas tres a?os, afrontaba su primera gran crisis de reputaci¨®n despu¨¦s de que la primera candidata a ese puesto, Rumiana Jeleva, tuviera que renunciar al cargo tras unas desastrosas audiencias en el Parlamento Europeo, que estaba dispuesto a suspenderla por su desconocimiento en la materia. Georgieva asegur¨® que acept¨® ese puesto en el Ejecutivo de Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso por sentimiento patri¨®tico ante el ruego que le hizo el primer ministro del pa¨ªs, Boiko Borisov.
El perfil de Georgieva creci¨® bajo el mandato de Jean-Claude Juncker, cuando asumi¨® la vicepresidencia encargada del presupuesto de la UE, considerada como una de las ¨¢reas m¨¢s poderosas del Ejecutivo comunitario al tener la llave de una caja de alrededor de 160.000 millones anuales. All¨ª precisamente tuvo como mano derecha a la actual ministra de Econom¨ªa espa?ola, Nadia Calvi?o, que lideraba la direcci¨®n general que gestionaba las finanzas comunitarias.
Sin embargo, el segundo mandato de Georgieva en la Comisi¨®n Europea no fue f¨¢cil. Seg¨²n fuentes comunitarias, la b¨²lgara era muy cr¨ªtica, sobre todo con el que hasta el pasado mes fue el secretario general del Ejecutivo comunitario, Martin Selmayr, entonces jefe de gabinete del presidente de la Comisi¨®n. Ambos chocaron por cuestiones como el plan Juncker, la gesti¨®n de los retos migratorios o el Brexit. Otras fuentes recuerdan la competencia de Georgieva, pero tambi¨¦n su car¨¢cter ¡°directo¡± y sin tapujos, a veces incluso duro. Tras ver frustrada su carrera para ser secretaria general de la ONU en 2016 e inc¨®moda en Bruselas, Georgieva decidi¨® regresar al Banco Mundial como consejera delegada.
Georgieva avis¨® en una entrevista a EL PA?S: ¡°Ahora tengo 65 a?os y no tengo ninguna intenci¨®n de retirarme, para pena de mi familia, que es lo que querr¨ªan. No hace falta decir que pas¨¦ por momentos muy duros, pero tengo mucha suerte porque soy una optimista¡±. Antes de entrar al Banco Mundial, la b¨²lgara practica yoga y meditaci¨®n. Los d¨ªas importantes, dice, busca algo que pueda elevar m¨¢s sus niveles adrenalina: entra en el coche y pone We will rock you, de Queen.
Conservadora y comprometida con la igualdad de g¨¦nero, Georgieva pudo haber tenido que hacer las maletas para volver a Bruselas el pasado mes de junio al sonar insistentemente para un alto cargo, como alta representante para Pol¨ªtica Exterior o incluso presidenta del Consejo Europeo. Sus opciones estuvieron ah¨ª durante la noche en la que se decid¨ªa la renovaci¨®n de toda la c¨²pula europea y en la que fueron saltando nombres a golpe de receso. En lugar de volver a Europa, Georgieva solo tendr¨ªa que cruzar la calle para ir a su nuevo puesto de trabajo.
En su candidatura ha pesado su experiencia en organizaciones internacionales, la igualdad de g¨¦nero para las dos principales instituciones (el Banco Mundial est¨¢ presidido por David Malpass) y proceder del Este de Europa, que se qued¨® sin ning¨²n alto cargo en la renovaci¨®n de los principales cargos de la UE. Ahora sus opciones dependen de que el Consejo del FMI acepte cambiar sus estatutos, que impiden que el director gerente del organismo tenga m¨¢s de 65 a?os. Por eso motivo, varios pa¨ªses se resist¨ªan a su candidatura al considerar que la UE se la juega en un momento en el que los pa¨ªses emergentes quieren romper el monopolio europeo en ese organismo. Estas fuentes recuerdan que el gobernador del Banco de Israel, Stanley Fischer, con una amplia trayectoria internacional, fue rechazado de plano por el FMI por tener 67 a?os. Nadie descarta que, si eso ocurre, la UE pueda tener una carta en la manga y presentar otro nombre, aunque eso no evitar¨ªa correr el riesgo de perder esa parcela de poder que ha tenido Europa desde 1946.
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