Aplicaci¨®n desaplicada
En vez de ¡®app¡¯, con una ¡®p¡¯ que sobra, se podr¨ªa escribir ¡°ap¡±, pero eso ser¨ªa una extra?a formaci¨®n
Nuestra acomplejada veneraci¨®n por el ingl¨¦s ha llegado a tal punto que hasta adoptamos sus abreviaturas. Sucede con el signo ampersand (&), que significa ¡°y¡±. Se invent¨® en la Roma del siglo I antes de Cristo, y en lat¨ªn ten¨ªa sentido para abreviar con un solo trazo una palabra muy frecuente que constaba de dos: et. Se lo qued¨® luego el ingl¨¦s para resumir las tres letras de su conjunci¨®n and. Y nosotros lo copiamos ahora en nombres comerciales como ¡°Vittorio & Lucchino¡±, ¡°Dur¨¢n & Dur¨¢n, abogados¡± o ¡°P¨¦rez & Ruiz, supermercados¡±, pero realmente carece de sentido ...
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Nuestra acomplejada veneraci¨®n por el ingl¨¦s ha llegado a tal punto que hasta adoptamos sus abreviaturas. Sucede con el signo ampersand (&), que significa ¡°y¡±. Se invent¨® en la Roma del siglo I antes de Cristo, y en lat¨ªn ten¨ªa sentido para abreviar con un solo trazo una palabra muy frecuente que constaba de dos: et. Se lo qued¨® luego el ingl¨¦s para resumir las tres letras de su conjunci¨®n and. Y nosotros lo copiamos ahora en nombres comerciales como ¡°Vittorio & Lucchino¡±, ¡°Dur¨¢n & Dur¨¢n, abogados¡± o ¡°P¨¦rez & Ruiz, supermercados¡±, pero realmente carece de sentido abreviar lo que ya es de por s¨ª muy breve: ¡°y¡±.
Nuestro l¨¦xico cotidiano est¨¢ lleno de acortamientos: ¡°foto¡±, ¡°zoo¡±, ¡°saxo¡±¡ Los formamos con el principio de una palabra (¡°moto¡±, ¡°bici¡±, ¡°Nico¡±, ¡°Asun¡±) o con su final (¡°bot¡±, ¡°bus¡±, ¡°Nando¡±, ¡°Tina¡±).
Pero qu¨¦ raro lo que sucede con la secular palabra ¡°aplicaci¨®n¡±, tan usada hoy en inform¨¢tica (¡°desc¨¢rgate nuestra aplicaci¨®n¡±): al llegar a su reducci¨®n gr¨¢fica cambiamos de idioma y adoptamos la graf¨ªa inglesa app (de application), que al formar el plural crea una especie de interjecci¨®n sorprendente: ¡°apps¡±.
Ante el vocablo ¡°aplicaci¨®n¡±, formar el acortamiento con la segunda parte de la palabra no contribuir¨ªa a entender de qu¨¦ se habla: ¡°Voy a ver una ci¨®n muy interesante¡± podr¨ªa referirse a una actuaci¨®n, una curaci¨®n o una habitaci¨®n. As¨ª que deber¨ªamos elegir el principio. Su primera s¨ªlaba es una ¡°a¡±, lo que tampoco ayudar¨ªa mucho porque miles de vocablos empiezan con esa letra. Por tanto, como en la mayor¨ªa de los acortamientos, nos hacen falta dos s¨ªlabas; y en este caso podr¨ªamos decir, ¡°apli¡±; con su correspondiente plural ¡°aplis¡±.
La palabra application se ampli¨® en ingl¨¦s al prop¨®sito de distinguir entre el lenguaje inform¨¢tico codificado que hace funcionar un programa y el programa en s¨ª que utilizar¨¢ el usuario. Y cualquier persona alfabetizada traduce sin dificultad el t¨¦rmino: ¡°aplicaci¨®n¡±, si bien el amplio significado en aquella lengua no siempre coincide con el espa?ol, pues en ingl¨¦s tambi¨¦n quiere decir ¡°solicitud¡±, por ejemplo. Pero esa habilidad de algunas personas alfabetizadas llega hasta ah¨ª; porque algo las paraliza cuando necesitan el abreviamiento, y lo reproducen sin traducir: app.
EL PA?S empez¨® a usar la abreviaci¨®n ¡°aplis¡± en su vanguardista suplemento impreso Ciberpa¨ªs (1988-2010), y la mantuvo durante a?os; pero la ola anglocentrista va acabando con ella. ?ltimamente se ve por doquier la graf¨ªa inglesa ¡°app¡±, y su alternativa en castellano (y en catal¨¢n) se desvanece pese a figurar en el Libro de estilo.
Sin embargo, la opci¨®n ¡°app¡± parece un tanto incongruente en espa?ol, pues a?ade una p innecesaria para nosotros. Se podr¨ªa haber escrito ¡°ap¡±, s¨ª, pero tomar una letra de la primera s¨ªlaba y una de la segunda constituir¨ªa una dis¨ªmil formaci¨®n respecto a otros acortamientos. Porque si rechazamos ¡°apli¡± y elegimos ¡°ap¡±, habremos de decir tambi¨¦n ¡°voy a llevar a mi hija al col¡±, ¡°queda cerca del metr¡± o ¡°se estrena una pel en el cin¡±. Y en el caso de escoger ¡°app¡±, la l¨®gica duplicativa nos conducir¨ªa a ¡°llevar a los ni?os al coll¡±, ¡°viajar siempre en metrr¡± y disfrutar por fin de ¡°una pell en el cinn¡±.