¡°Muchas medidas de flexibilidad en la empresa no cuestan necesariamente dinero¡±
El director de Eurofound, Juan Men¨¦ndez-Vald¨¦s, advierte de que el teletrabajo puede ayudar a conciliar la vida laboral y familiar pero es un arma de doble filo
Juan Men¨¦ndez-Vald¨¦s (Lugo, 56 a?os) dirige desde hace 10 a?os Eurofound, la fundaci¨®n de la Uni¨®n Europea dedicada a la mejora de las condiciones de vida y de trabajo, con sede en Dubl¨ªn. Experto en el mercado laboral espa?ol ¨Dpas¨® en Espa?a por los servicios p¨²blicos de empleo y por la patronal CEOE¨D, est¨¢ a punto de hacer las maletas de vuelta, pues en diciembre acaba su mandato. Men¨¦ndez-Vald¨¦s asegura que le gusta el t¨¦rmino corresponsabilidad: ¡°Demuestra que todos tenemos una parte que poner, los individuos, tanto hombres com...
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Juan Men¨¦ndez-Vald¨¦s (Lugo, 56 a?os) dirige desde hace 10 a?os Eurofound, la fundaci¨®n de la Uni¨®n Europea dedicada a la mejora de las condiciones de vida y de trabajo, con sede en Dubl¨ªn. Experto en el mercado laboral espa?ol ¨Dpas¨® en Espa?a por los servicios p¨²blicos de empleo y por la patronal CEOE¨D, est¨¢ a punto de hacer las maletas de vuelta, pues en diciembre acaba su mandato. Men¨¦ndez-Vald¨¦s asegura que le gusta el t¨¦rmino corresponsabilidad: ¡°Demuestra que todos tenemos una parte que poner, los individuos, tanto hombres como mujeres, las familias, las empresas, los Gobiernos¡±.
Especial: El nuevo contrato social
Pregunta. ?C¨®mo est¨¢ Espa?a en t¨¦rminos de conciliaci¨®n respecto a otros pa¨ªses europeos?
Respuesta. En cuanto al n¨²mero de horas trabajadas o diferencia entre hombres y mujeres, estamos en la media. En las encuestas decimos que hacemos algo m¨¢s de trabajo dom¨¦stico. Es en la flexibilidad de horarios donde salimos particularmente mal: en Espa?a el 22% de los trabajadores declara que tiene flexibilidad, frente al 36% de la media europea o el 64% de los pa¨ªses n¨®rdicos. Salimos algo por encima cuando se pregunta con qu¨¦ facilidad podemos tomar un par de horas libres en el trabajo si surge alguna cuesti¨®n personal: el 68% considera que es f¨¢cil, frente a un 65% de la media europea. El teletrabajo es un arma de doble filo, aunque en general los que lo hacen declaran mejor conciliaci¨®n.
P. ?Qu¨¦ pa¨ªses lo est¨¢n haciendo bien?
R. En general los del norte de Europa. Tambi¨¦n hay muy buenos niveles de conciliaci¨®n en Austria o Alemania, pero lo que ocurre ah¨ª, en parte por tradici¨®n y en parte por su modelo de ayudas sociales, es que muchas mujeres interrumpen su vida laboral durante a?os cuando tienen hijos. En Holanda la mayor parte de la gente trabaja a tiempo parcial, y las mujeres en horarios m¨¢s cortos. En Suecia hay otro tipo de ayudas y servicios sociales que permiten una mayor tasa de empleo femenina. Pero en la medida en que lo hacen con menos horas y en otras condiciones, afecta a la trayectoria profesional, lo que acaba repercutiendo en la brecha salarial.
P. ?Qu¨¦ falta en Espa?a para avanzar?
R. Lo primero que falta es empleo. El desempleo es la principal fuente de desigualdad y de pobreza. Lo segundo que falta son sistemas de organizaci¨®n m¨¢s flexibles, la posibilidad de que los horarios de entrada y salida sean m¨¢s variables seg¨²n la situaci¨®n de cada persona. Esto es m¨¢s f¨¢cil en unos sectores y tama?os de empresa que en otros, pero es uno de los indicadores en los que se aprecian diferencias m¨¢s altas. Y en los horarios: en Espa?a, por los usos sociales, hay una interrupci¨®n muy larga para comer que alarga todo el d¨ªa.
P. ?Qu¨¦ ha supuesto la pandemia?
R. Los indicadores de conciliaci¨®n, sobre todo en el pico de la pandemia, empeoraron en general. En Espa?a salimos peor en algunos indicadores: tanto hombres como mujeres se declaran mucho m¨¢s preocupados por su trabajo, est¨¢n mucho m¨¢s cansados despu¨¦s, no encuentran tiempo suficiente para dedicar a su familia, y es peor normalmente para las mujeres. Y en Espa?a hombres y mujeres declaran haber dedicado m¨¢s horas de trabajo dom¨¦stico y al cuidado de ni?os durante la pandemia. Tambi¨¦n ha habido un mayor impacto en riesgo de desempleo para la mujer.
P. ?C¨®mo ha sido la experiencia del teletrabajo?
R. Creo que la experiencia en toda Europa ha sido frustrante en muchos aspectos, pero por otro ha sido enormemente positiva. La mayor parte de la gente que se ha visto forzada a teletrabajar valora positivamente la experiencia y declara que quiere seguir haci¨¦ndolo varios d¨ªas a la semana. Pero trae problemas, porque la capacidad de concentrarte es distinta, hay interferencias con tu vida familiar, la frontera entre trabajo y vida privada se difumina. Tampoco tenemos las mejores condiciones, sobre todo en Espa?a y el sur de Europa, donde los pisos suelen ser peque?os. Los teletrabajadores declaran que concilian mejor, pero tambi¨¦n muchos m¨¢s problemas de estr¨¦s o por trabajar en su tiempo libre. Es una oportunidad, porque permite mucha m¨¢s flexibilidad, pero plantea retos complicados.
P. ?Qu¨¦ coste tienen las medidas de conciliaci¨®n que necesita Espa?a?
R. La buena noticia es que muchas de estas medidas ¨Dde flexibilidad laboral, de mayor autonom¨ªa¨D son un tema de organizaci¨®n del trabajo, que no cuesta necesariamente dinero. Hay otras que requieren inversiones, como los servicios de cuidado, pero los temas de organizaci¨®n se pueden negociar en cada convenio colectivo. Aqu¨ª entra la corresponsabilidad, es una cuesti¨®n buena en principio, un win-win, son pr¨¢cticas en las que ganan la empresa y el trabajador. El teletrabajo puede ser una de ellas; la flexibilidad laboral, otra.
P. ?Por qu¨¦ sigue la mujer asumiendo m¨¢s carga en el hogar, incluso en pa¨ªses m¨¢s avanzados?
R. Hay un patr¨®n en todo el mundo animal, probablemente tanto cultural como instintivo, de dar a las mujeres un rol de mayor atenci¨®n a los cuidados frente al rol cazador de los hombres. Eso se ve en el tipo de profesiones que eligen. Incluso en los pa¨ªses con mayor igualdad, como Suecia, las mujeres siguen siendo m¨¢s m¨¦dicas y los hombres m¨¢s ingenieros. Y como maternidad y paternidad son una cuesti¨®n social, lo que no es justo es hac¨¦rselo pagar solo a las mujeres. Tambi¨¦n el cuidado de los mayores es una carga social que recae m¨¢s en ellas. Es importante que si es un problema social, la sociedad se dote de servicios, ayudas y mecanismos compensatorios, de minimizaci¨®n de los da?os colaterales. Se trata de que las decisiones que se tomen no supongan una penalizaci¨®n a lo largo de toda la vida laboral y m¨¢s all¨¢, pues se extiende tambi¨¦n a la vida como pensionistas.
P. ?Puede ser el envejecimiento de la poblaci¨®n una oportunidad de creaci¨®n de empleo?
R. Espero que hayamos aprendido algo de lo que ha pasado en las residencias. Es un problema de Espa?a, y general, que los cuidadores son considerados trabajadores de poca cualificaci¨®n, de poco prestigio social, y con peores condiciones, empezando por el salario. Si quieres tener centros de cuidado necesitas a personas m¨¢s cualificadas, m¨¢s motivadas, y eso cuesta dinero. El cuidado de personas dependientes tras la pandemia va a seguir siendo un reto, y un ¨¢rea de potencial crecimiento econ¨®mico. La sociedad debe pensar qu¨¦ respuestas dar. Hay que hacer m¨¢s esfuerzos e inversiones, pero la cuesti¨®n est¨¢ en d¨®nde invertimos, de d¨®nde lo sacamos y de d¨®nde recortamos.