Estado de calamidad
Una porci¨®n del p¨²blico deducir¨¢ que pol¨ªticos y periodistas son parte de otro mundo y van a lo suyo
Nos hemos enredado un poco con las palabras de esta pandemia. Por ejemplo, el lenguaje p¨²blico (el que usan pol¨ªticos y periodistas, b¨¢sicamente) invent¨® el pico de la curva, un hallazgo geom¨¦trico hasta ahora impensable, a la altura de las esquinas del c¨ªrculo o los rincones de un bal¨®n; cre¨® la nueva normalidad, expresi¨®n que ha resultado mentirosa en sus dos t¨¦rminos; confundi¨® la distancia social con la distancia f¨ªsica; nos dio la matraca con una gran variedad de conjuntos de nombres colectivos que ya son en s¨ª mismos un conjunto: hay que pensar en ...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
Nos hemos enredado un poco con las palabras de esta pandemia. Por ejemplo, el lenguaje p¨²blico (el que usan pol¨ªticos y periodistas, b¨¢sicamente) invent¨® el pico de la curva, un hallazgo geom¨¦trico hasta ahora impensable, a la altura de las esquinas del c¨ªrculo o los rincones de un bal¨®n; cre¨® la nueva normalidad, expresi¨®n que ha resultado mentirosa en sus dos t¨¦rminos; confundi¨® la distancia social con la distancia f¨ªsica; nos dio la matraca con una gran variedad de conjuntos de nombres colectivos que ya son en s¨ª mismos un conjunto: hay que pensar en el conjunto de los espa?oles (o sea, en los espa?oles), se ha adoptado un conjunto de medidas (es decir, se han adoptado unas medidas), la decisi¨®n la tom¨® el conjunto del Gobierno (por tanto, el Gobierno), la sesi¨®n reuni¨® al conjunto de las comunidades aut¨®nomas (lo que vienen siendo propiamente las comunidades aut¨®nomas). Ministra hay que si no introduce ¡°el conjunto¡± no construye una frase. A todo eso se ha a?adido un uso incongruente del sustantivo ¡°confinamiento¡± y del verbo ¡°confinar¡±, siguiendo la estela que abri¨® el Gobierno catal¨¢n cuando el 13 de marzo se adelantaba a todos al pedir el ¡°confinamiento¡± de su territorio.
Este desatino se ha reproducido sin respeto alguno a la precisi¨®n de las palabras construida durante siglos por millones de hablantes. ¡°Confinar¡± significa ¡°recluir algo o a alguien dentro de l¨ªmites¡±. Por tanto, se aplica a objetos o personas, no a los l¨ªmites mismos. Se confina a los ciudadanos, no a las ciudades. Pero es igual, aqu¨ª se confina Cantalejo, se confina Murcia, se confina lo que haga falta.
Adem¨¢s, ¡°confinamiento¡± se viene aplicando tanto a la fase en la cual los espa?oles deb¨ªan quedarse en casa como a la medida que impide salir del municipio. As¨ª que, para distinguir esta ¨²ltima, nos empezaron a hablar de ¡°confinamiento perimetral¡±. Pues claro: todos los confinamientos son perimetrales; es decir, se basan en unos l¨ªmites (grandes o peque?os).
Miramos poco a Portugal, pese a que su idioma comparte con el castellano miles de palabras iguales o muy parecidas, hasta el punto de que con buena voluntad un espa?ol y un luso se pueden entender cada uno en su lengua. En Portugal no se decret¨® el ¡°estado de alarma¡±, de resonancia militar (¡°al arma¡±), sino el ¡°estado de calamidad¡±; palabra c¨¢lida que describe la situaci¨®n y que invita a la solidaridad y a la reflexi¨®n. El escal¨®n anterior fue el ¡°estado de contingencia¡± (en su significado de ¡°riesgo¡±); y el siguiente, en vigor ahora, es el ¡°estado de emergencia¡±, al que suceder¨ªa en su caso el ¡°estado de alerta¡±. Palabras hay. Y all¨ª no se han liado con los confinamientos perimetrales, sino que han ordenado el ¡°cerco¡± de algunos territorios.
Una parte de los ciudadanos se queda perpleja ante este impreciso lenguaje p¨²blico espa?ol; y se imaginar¨¢ tal vez opciones mejores: pico de la gr¨¢fica (que no de la curva), fase cuatro (y no ¡°nueva normalidad¡±), distancia f¨ªsica (y no social), aislamiento o cierre (y no ¡°confinamiento perimetral¡±). Otra porci¨®n del p¨²blico no se plantear¨¢ esos problemas, porque le preocupan m¨¢s otros asuntos, pero quiz¨¢s s¨ª perciba que se le habla en un registro ajeno a su vocabulario habitual, tan sencillo y preciso. Y ambos grupos deducir¨¢n que pol¨ªticos y periodistas (todos en el mismo saco, pues participamos del mismo lenguaje) conforman un mundo aparte, van a lo suyo.
Y esto es una calamidad que tambi¨¦n lleva camino de alcanzar el grado de emergencia.