Juguetes rotos
Hac¨ªa mucho que no me acordaba de Manuel Summers, que tan majo y tan buenos ratos nos hizo pasar
Manuel Summers, un genio, tiene una obra maestra del cine espa?ol que se llama Juguetes rotos (1966). Se puede ver en alguna plataforma. Es un documental que busca famosos de entonces que han sido olvidados y ni se sabe d¨®nde han terminado. La pel¨ªcula los encuentra, los entrevista, los muestra, y sobre todo muestra el pa¨ªs que los ha hecho posibles. Ya les advierto, si no la han visto, que es una pel¨ªcula triste. De ah¨ª venimos, un fresco de los a?os sesenta, que est¨¢ lej¨ªsimos, pero m¨¢...
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Manuel Summers, un genio, tiene una obra maestra del cine espa?ol que se llama Juguetes rotos (1966). Se puede ver en alguna plataforma. Es un documental que busca famosos de entonces que han sido olvidados y ni se sabe d¨®nde han terminado. La pel¨ªcula los encuentra, los entrevista, los muestra, y sobre todo muestra el pa¨ªs que los ha hecho posibles. Ya les advierto, si no la han visto, que es una pel¨ªcula triste. De ah¨ª venimos, un fresco de los a?os sesenta, que est¨¢ lej¨ªsimos, pero m¨¢s cerca de lo que creemos. Espa?a tiene un talento particular para crear monstruos, y para verlos.
La pel¨ªcula empieza en un hist¨®rico local de Barcelona, la Bodega Bohemia, la trastienda de una charcuter¨ªa convertida en cabaret casero donde se montaban espect¨¢culos a deshoras y actuaban artistas desconocidos, que no dejar¨ªan de serlo. Su alma era el Gran Gilbert, entonces ya viej¨ªsimo, encantado de exhibirse. Pero el hombre, muy pobre, que se alimentaba de caf¨¦ y fruta, manten¨ªa oculta una parte suya, ¨ªntima, su verdad. La voz en off de Summers le dice:
¡ªGilbert, nos gustar¨ªa hacer la pel¨ªcula con usted en su casa.
¡ªMi vida particular, interiormente, nadie la ha comprendido. Hay quien me hace millonario en mi Barcelona, ?me comprende? Y ese enigma yo no lo quiero desvelar, a nadie le importa nada, yo, qu¨¦, ni c¨®mo, ?me comprende?
No he visto las ¨²ltimas irrupciones en nuestras vidas de Roc¨ªo Carrasco y Miguel Bos¨¦. Bueno, me he asomado y he salido corriendo, con estas cosas me dan ataques de pudor, siento que no deber¨ªa estar mirando eso. Pero he vuelto a constatar, como todos, su capacidad para desbaratar las audiencias y las prioridades en la conversaci¨®n, hasta en la agenda pol¨ªtica. Est¨¢ claro que estos personajes nos interesan mucho. Estas sagas, estas desgracias, estas personas machacadas. No s¨¦ bien por qu¨¦. Pasa un poco en todos los pa¨ªses, claro, pero aqu¨ª es algo casi mesi¨¢nico, como si se apareciera alguien que es la verdad y la vida.
M¨¢s famosa a¨²n es La parada de los monstruos (1932), de Tod Browning, una de las m¨¢s turbadoras que uno pueda echarse a la cara. El t¨ªtulo original era Freaks, que patent¨® la palabra, hasta la nuestra, friqui o friki. Tardamos en importarla, es m¨¢s bien reciente, pero los friquis nos privan. Mira qu¨¦ pol¨ªticos, qu¨¦ futbolistas, que antes eran gente seria, que celebraba los goles solo a saltitos. Para lo que hablamos, adem¨¢s de referirse a una persona extravagante, nos vale hasta su tercera acepci¨®n: ¡°Persona que practica desmesurada y obsesivamente una afici¨®n¡±. Aqu¨ª la afici¨®n es figurar. El filme narra la historia de un circo de personas deformes y, con mucha maestr¨ªa, convierte en monstruos a las dos ¨²nicas normales, entre comillas, la bella y el forzudo, que son los malos. La tropa de seres raros la acepta a ella con un grito: ¡°?Uno de nosotros!¡±. Yo creo que aqu¨ª tambi¨¦n gozamos con la desgracia ajena al poder considerar por fin uno de nosotros a quien cre¨ªamos, o m¨¢s bien cre¨ªamos que se cre¨ªa, por encima de nosotros.
Volviendo a Summers ¡ªque merecer¨ªa un monumento por habernos descubierto a Chiquito de la Calzada¡ª recuerdo su pasi¨®n por los polos de lim¨®n y su entereza cuando sab¨ªa que se estaba muriendo. En una entrevista que me impresion¨®, dijo: ¡°Ahora me emociona lo mismo una puesta de sol que un huevo frito¡±. No tiene nada que ver, pero hac¨ªa mucho que no me acordaba de Manuel Summers, que me parec¨ªa tan majo y tan buenos ratos nos hizo pasar, y quer¨ªa recordarlo, para que no se nos olvide.