Cielos, una agresi¨®n h¨ªbrida
Denunciar que Bielorrusia pisotea los derechos humanos y que luego Polonia se pase por el forro la Convenci¨®n de Ginebra, cazando inmigrantes por el bosque para echarlos del pa¨ªs, queda un poco raro
En un palacio de Palermo hay un fresco del Quattrocento muy impresionante, se llama El triunfo de la muerte. En ¨¦l aparece un siniestro esqueleto a caballo arramplando con todo. Nobles, burgueses, mendigos, sus flechas alcanzan a todos, no se libra nadie. Es una idea descorazonadora con un origen epid¨¦mico: la peste negra. Lleg¨® a Europa en 1347, con un barco genov¨¦s que ven¨ªa de Oriente, atrac...
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En un palacio de Palermo hay un fresco del Quattrocento muy impresionante, se llama El triunfo de la muerte. En ¨¦l aparece un siniestro esqueleto a caballo arramplando con todo. Nobles, burgueses, mendigos, sus flechas alcanzan a todos, no se libra nadie. Es una idea descorazonadora con un origen epid¨¦mico: la peste negra. Lleg¨® a Europa en 1347, con un barco genov¨¦s que ven¨ªa de Oriente, atrac¨® en el puerto de Mesina e import¨® una bacteria que hasta entonces era una rareza de las ratas mongolas. Hasta ese momento, el mundo ten¨ªa cierto sentido. Dante hab¨ªa colocado ordenadamente en el para¨ªso, el purgatorio o los c¨ªrculos del infierno a todo hijo de vecino, seg¨²n lo que hab¨ªa hecho o dicho. Pero la peste no se andaba con miramientos, no distingu¨ªa. Algo de esto nos ha pasado, tambi¨¦n cre¨ªamos tener todo bajo control. Ahora bien, hay cosas que no cambian. Entonces les echaron la culpa a los jud¨ªos, aunque tambi¨¦n les dio por autoflagelarse, para que Dios se apiadara de la humanidad. Hoy casi todos nuestros males son culpa de los inmigrantes, pero ya les pegamos los mamporros a ellos, que sale m¨¢s a cuenta. Nos asustan tanto que ya es la nueva arma mal¨¦fica contra Occidente. Miren la frontera entre Polonia y Bielorrusia, con una muchedumbre de temibles adultos y ni?os muertos de hambre y fr¨ªo. La Uni¨®n Europea se ha inventado un concepto encantador: no es pobre gente, eso obligar¨ªa a alguna reacci¨®n humana, no, forman parte de un plan y esto es una ¡°agresi¨®n h¨ªbrida¡±, y entonces estas personas ya no se sabe bien qu¨¦ son, una especie de torpedos humanos o extras de un reality geopol¨ªtico. Todos entendemos lo que quieren decir los dirigentes de la UE, y estas personas no est¨¢n ah¨ª porque s¨ª. Est¨¢n siendo utilizados y detr¨¢s hay un dise?o mezquino y deleznable, pero qu¨¦ esperaban de un dictador bielorruso bigotudo. Lo que uno espera luego de la UE es que no se ponga a la misma altura, invent¨¢ndose esos palabros, borrando los seres humanos del paisaje. Porque denunciar que Bielorrusia pisotea los derechos humanos y que luego Polonia se pase por el forro la Convenci¨®n de Ginebra, cazando inmigrantes por el bosque para echarlos del pa¨ªs, queda un poco raro.
Lo interesante es ver c¨®mo nos conocen estos Estados autoritarios y escasamente democr¨¢ticos, c¨®mo leen nuestras contradicciones, lo tontos que les debemos de parecer. Lo que nos asusta son los pobres, no queremos verlos ni sabemos qu¨¦ hacer con ellos. Pones unos inmigrantes a la puerta de un pa¨ªs europeo y todos los dem¨¢s empiezan a pasar de ¨¦l, es un problema suyo. A su vez, los energ¨²menos fascistoides de ese pa¨ªs y los dem¨¢s comienzan a sacar pecho. Todos los troles y agentes enemigos deben de tener un post-it en el ordenador con un esquema: gente asustada + inmigrantes + populismo = extrema derecha y democracia en crisis. Con esa simple f¨®rmula se pueden hacer maravillas. ?Se imaginan una reuni¨®n de los servicios secretos de los malos? ¡°?Lancemos 1.000 inmigrantes sirios en paraca¨ªdas en el centro de Madrid!¡±. Deben de pensar que est¨¢ chupado desestabilizarnos.
Modestamente, tengo una propuesta, tambi¨¦n h¨ªbrida: abrir una autoescuela en la frontera polaca. S¨ª, s¨ª, podr¨ªan coger a esos 4.000 iraqu¨ªes que est¨¢n en la frontera bielorrusa y darles un cursillo de camioneros, porque ?no hab¨ªamos quedado en que nos hacen falta 400.000, 100 veces m¨¢s? Es m¨¢s, casi estar¨ªamos deseando que hubiera efecto llamada. Aunque entonces dejar¨ªan de mand¨¢rnoslos, para fastidiar. C¨®mo nos marean.
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