Emily Oster, la gur¨² promadre de la crianza
Pol¨¦mica experta en maternidad, es una de las 100 personas m¨¢s influyentes del mundo seg¨²n la revista ¡®Time¡¯
Cada vez que alguien tiene un hijo, es frecuente que se le diga: ¡°Sigue tu instinto¡±, ¡°no escuches a nadie¡±. Para todos aquellos que se sienten frustrados y perdidos con este enfoque (?y si mi instinto se equivoca?), est¨¢ Emily Oster. Esta economista de la Universidad de Brown de 42 a?os, experta en compactaci¨®n de datos, est¨¢ considerada en Estados Unidos la gur¨² en asuntos de maternidad, educaci¨®n y crianza de un subtipo muy espec¨ªfico de familias, las que suelen tener dos progenitores con estudios superiores, sueldos tirando a...
Cada vez que alguien tiene un hijo, es frecuente que se le diga: ¡°Sigue tu instinto¡±, ¡°no escuches a nadie¡±. Para todos aquellos que se sienten frustrados y perdidos con este enfoque (?y si mi instinto se equivoca?), est¨¢ Emily Oster. Esta economista de la Universidad de Brown de 42 a?os, experta en compactaci¨®n de datos, est¨¢ considerada en Estados Unidos la gur¨² en asuntos de maternidad, educaci¨®n y crianza de un subtipo muy espec¨ªfico de familias, las que suelen tener dos progenitores con estudios superiores, sueldos tirando a altos y cierta ansiedad inicial sobre c¨®mo compaginar carreras exitosas con el cuidado de personas peque?as e impredecibles.
La revista Time la ha escogido entre las 100 personas m¨¢s influyentes del a?o, junto a gente como Adele, Rafa Nadal o Volod¨ªmir Zelenski. El pensador Steven Pinker, otra persona que, como ella, tiene un pie en el mundo acad¨¦mico y otro en la vida p¨²blica, se ha encargado de escribir su elogio. ¡°Oster demuestra que ¡®datos¡¯, una palabra que da miedo, puede ser una fuerza humanizadora. Como dijo una madre: ella me hizo volver a sentir una adulta con un cerebro funcional, y no solo un ¨²tero andante¡±.
Hija de dos economistas de Yale (de ni?a, fue objeto de un estudio sobre lenguaje infantil a cargo de dos psic¨®logos, debido a su precocidad) y casada con otro economista, tambi¨¦n profesor en Brown, la acad¨¦mica no sent¨ªa ninguna inclinaci¨®n por el campo que ha acabado convirti¨¦ndola en una superestrella intelectual hasta que se qued¨® embarazada en 2011. Entonces, esc¨¦ptica ante el tipo de consejos m¨¦dicos que suelen recibir las mujeres en ese trance, demasiado gen¨¦ricos y sin explicaciones (¡°no comas pescado, no comas ciertos quesos, no duermas al lado de tu beb¨¦¡±), hizo lo que har¨ªa una experta en compactaci¨®n de datos: entr¨® en la base de datos de Pub Med y busc¨® estudios m¨¦dicos fiables, los contrast¨® y extrajo sus propias conclusiones, que en muchos casos contradec¨ªan los consejos de la OMS y de los colegios pedi¨¢tricos y obst¨¦tricos. Acab¨® public¨¢ndolos en una gu¨ªa que se titul¨® Expecting Better, con un subt¨ªtulo provocador: por qu¨¦ la sabidur¨ªa popular en torno al embarazo se equivoca y lo que de verdad necesitas saber.
Algunos de los aspectos m¨¢s pol¨¦micos del libro, que se ha convertido en una de las gu¨ªas m¨¢s populares del embarazo en Estados Unidos, giran en torno al consumo de alcohol en el embarazo (Oster concluye que una copa de vino al d¨ªa en el segundo y tercer trimestre no causan da?o al feto) y a los beneficios de la lactancia materna, que cree exagerados en la literatura m¨¦dica. Ambas ideas han sido refutadas por varios expertos, pero el libro convirti¨® a la economista en una celebridad. Despu¨¦s llegaron dos gu¨ªas m¨¢s: Educar sin mitos ni complicaciones (Zenith, 2019) y The Family Firm (Penguin Random House, 2020) y una exitosa newsletter.
?Qu¨¦ dir¨ªa que ha cambiado en la d¨¦cada que lleva en el ojo p¨²blico? ¡°Estos temas siempre ser¨¢n controvertidos y eso no ha cambiado. En el caso de la lactancia, en particular, s¨ª que he visto un giro en los ¨²ltimos a?os reconociendo que algunos de los beneficios m¨¢s citados est¨¢n exagerados. Y, m¨¢s que eso, veo un reconocimiento de la necesidad de priorizar la salud mental de los padres y de reconocer tambi¨¦n que alguna de la presi¨®n para amamantar puede ser perjudicial para esa salud mental¡±, responde Oster por correo electr¨®nico.
Si el trabajo de Oster es tan polarizante y se debate con tanta pasi¨®n en Estados Unidos, tambi¨¦n es porque genera cierta confusi¨®n ideol¨®gica, a pesar de estar parapetado tras un m¨¦todo cient¨ªfico. Por un lado, se la ve como alguien promadre (en lugar de probeb¨¦) y, por tanto, alguien que trabaja desde una ¨®ptica feminista, y por otro se critica que conciba la crianza como un juego de p¨¦rdidas y ganancias descaradamente capitalista, especialmente en su libro, que incluso aporta un m¨¦todo de gesti¨®n empresarial para tomar decisiones del tipo: ?dejamos al ni?o ir a dormir a casa de sus amigos o no?
¡°Creo que mi trabajo es promadre, o quiz¨¢ profamilia. Hay veces en las que creo que no se da ning¨²n peso a nadie m¨¢s en la familia. Si algo puede ser bueno para el beb¨¦, aunque tenga un coste infinito para los padres, se cree que se debe hacer. Creo que hay un valor real en reconocer la salud familiar como un todo. ?Es esta una idea feminista? Quiz¨¢. Tambi¨¦n es una idea pr¨¢ctica¡±.
Desde el inicio de la pandemia, la economista ha ocupado un lugar a¨²n m¨¢s pol¨¦mico por abogar por el retorno a la presencialidad en las escuelas, apoy¨¢ndose en datos que iba actualizando en sus redes y en su newsletter. Los sindicatos de profesores, partidarios de no volver a las aulas hasta que la seguridad estuviera garantizada, la pusieron en su punto de mira y la acusaron de trabajar para lobbistas de la educaci¨®n privada. ¡°Eso tuvo un coste personal para m¨ª¡±, dice, ¡°pero estoy orgullosa de mi equipo. Me parece claro que necesitamos a los ni?os en las escuelas o al menos hacer todo lo posible como sociedad para que eso suceda¡±.
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