Liz Cheney, la republicana m¨¢s odiada por Trump
La congresista por Wyoming resiste las presiones y culpa al expresidente por el asalto al Capitolio
Liz Cheney est¨¢ dispuesta a inmolarse. Puede perder su esca?o, pero no sus principios. Es una cuesti¨®n de honor. La congresista se ha convertido en la m¨¢s fiera opositora del expresidente Donald Trump dentro de las filas republicanas. La comisi¨®n del Congreso de Estados Unidos que investiga el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, de la que es vicepresidenta, ha realzado su figura. Es la conservadora m¨¢s admirada por los dem¨®cratas y m¨¢s odiada por los republicanos.
La mayor de las dos hijas de Dick Cheney, poderoso vicepresidente con George W. Bush, ha dejado algunas frases para la historia en la comisi¨®n. ¡°A mis colegas republicanos que defienden lo indefendible: llegar¨¢ un d¨ªa en que Donald Trump no est¨¦, pero vuestra deshonra permanecer¨¢¡±, espet¨® a los congresistas de su partido en la primera sesi¨®n de la comisi¨®n.
Liz Cheney, de 55 a?os, lleva la pol¨ªtica en la sangre. Hizo su primera campa?a electoral con 12 a?os, cuando acompa?aba a su padre, que en 1978 fue elegido para la C¨¢mara de Representantes por Wyoming. Ocup¨® diversos puestos en el Departamento de Estado mientras su progenitor era vicepresidente, compiti¨® por el Senado sin ¨¦xito en 2013 y desde 2017 es congresista por Wyoming, como lo fue su padre.
Est¨¢ habituada a llevar la contraria. Tras pasar por un instituto de un suburbio acomodado del Estado de Virginia, a las afueras de Washington, donde fue capitana de las animadoras, estudi¨® en el Colorado College, una universidad progresista donde defend¨ªa f¨¦rreamente sus convicciones.
Conservadora de pura cepa, Cheney es antiabortista, proarmas, defiende los combustibles f¨®siles, las bajadas de impuestos, el gasto en armamento y una pol¨ªtica exterior dura. Su oposici¨®n al matrimonio homosexual la enfrent¨® p¨²blicamente con su hermana lesbiana, Mary. Est¨¢ a la derecha de su padre, que no era un moderado.
Pese a todo, se ha convertido en una proscrita en su partido. Su enfrentamiento con el expresidente le va a costar con toda probabilidad su esca?o por Wyoming, el Estado menos poblado y m¨¢s trumpista del pa¨ªs. Ni siquiera puede dar m¨ªtines de campa?a para las primarias de agosto por temor a incidentes. Est¨¢ 30 puntos por debajo de Harriet Hageman, la elegida por Trump para quitarle el puesto.
Cheney es muy consciente de ello, pero est¨¢ dispuesta a dar la batalla hasta el final por dejar claro lo que pas¨® el 6 de enero de 2021. Ese d¨ªa recibi¨® una llamada de su padre advirti¨¦ndola de que Donald Trump hab¨ªa llamado a deshacerse de ¡°los congresistas d¨¦biles¡±, los ¡°Liz Cheney del mundo¡±, en la arenga que estaba dando a las masas antes del asalto al Capitolio.
Aunque ella hab¨ªa votado m¨¢s del 90% de las veces de acuerdo con los postulados de Trump, hab¨ªan tenido ya algunos roces en pol¨ªtica exterior y en la gesti¨®n de la pandemia. Siendo su padre vulnerable, ella animaba enf¨¢ticamente a llevar mascarilla. Pero lo que sacaba de quicio a Trump es que Cheney reconoc¨ªa la victoria de Joe Biden en las presidenciales y trataba de convencer a sus compa?eros de partido de que respetasen el resultado.
Iba a defender su postura en la sesi¨®n del 6 de enero. M¨¢s o menos a la vez que ella hablaba con su padre, el congresista dem¨®crata Jamie Raskin recibi¨® un mensaje con una foto de algunos de los insurrectos que hab¨ªan entrado en el edificio ondeando una bandera confederada. A la primera que se la ense?¨® fue a Cheney, seg¨²n cuenta en su libro Unthinkable (Impensable): ¡°Mira, Liz, parece que tenemos gente nueva al mando¡±, le dijo. Poco despu¨¦s, Cheney escuch¨® a una multitud golpear las puertas de la C¨¢mara y un disparo. Busc¨® refugio.
Raskin ha calificado en p¨²blico a Cheney de patriota y ha criticado que haya sido ¡°difamada y castigada¡± por su partido por defender la Constituci¨®n y acusar a Trump. ¡°No es que Liz Cheney le est¨¦ haciendo pasar un mal trago a su partido, es su partido el que le est¨¢ haciendo la vida imposible a ella¡±, se?ala a EL PA?S.
Cheney fue una de los 10 congresistas republicanos que votaron a favor del impeachment o censura pol¨ªtica de Trump. Su partido la despoj¨® del puesto de l¨ªder de la minor¨ªa republicana en la C¨¢mara de Representantes. Empez¨® a recibir amenazas y a ser acosada en las redes. Otros de los que alzaron inicialmente la voz contra Trump se fueron retractando de sus palabras.
La congresista defiende que lo ocurrido el 6 de enero fue una ¡°amenaza mortal¡± y lo que viven ahora los republicanos es una ¡°prueba moral¡±. Sus correligionarios, afirma, est¨¢n suspendiendo el examen. Algunos republicanos se refieren despectivamente a la comisi¨®n sobre el asalto al Capitolio como el reality show de Liz Cheney.
Hero¨ªna, patriota, traidora o desleal, seg¨²n a quien se le pregunte, Cheney no deja indiferente. Se especul¨® con sus ambiciones presidenciales, pero en el actual Partido Republicano su margen de maniobra es escaso, vista la influencia que a¨²n conserva Trump.
Tal vez tenga una nueva oportunidad en el futuro. Si no, su servicio a la democracia ser¨¢ recordado por sus frases en la comisi¨®n del 6 de enero: ¡°Debemos recordar lo que est¨¢ en juego. Hombres y mujeres valientes han luchado y muerto por nuestra naci¨®n. Debemos honrarlos manteniendo la santidad del traspaso pac¨ªfico de poderes y asegurarnos de que lo que ocurri¨® el 6 de enero no vuelva a suceder¡±.
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