El nuevo anonimato en redes sociales: menos egos, m¨¢s diversi¨®n
El ¨¦xito de las cuentas an¨®nimas anuncia un retorno a los or¨ªgenes de internet, aquella conversaci¨®n algo asilvestrada en la que nadie vend¨ªa nada
¡°Pero Ursulaaa¡¡±, fue el grito de guerra de Mr. Handsome, la cuenta de Twitter de un tal @pdrsnche que ha sido la bit¨¢cora m¨¢s celebrada de la cumbre de la OTAN. Ha conseguido m¨¢s atenci¨®n que las diatribas tuiteras de los soberbios e indignados. La gente ya no quiere enfadarse.
La cuenta en cuesti¨®n (Sr. Guapo, en espa?ol) documentaba c¨®mo ca¨ªan todos, rendidos, ante los irresistibles encantos del presidente del Gobierno espa?ol, Pedro S¨¢nchez. No solo...
¡°Pero Ursulaaa¡¡±, fue el grito de guerra de Mr. Handsome, la cuenta de Twitter de un tal @pdrsnche que ha sido la bit¨¢cora m¨¢s celebrada de la cumbre de la OTAN. Ha conseguido m¨¢s atenci¨®n que las diatribas tuiteras de los soberbios e indignados. La gente ya no quiere enfadarse.
La cuenta en cuesti¨®n (Sr. Guapo, en espa?ol) documentaba c¨®mo ca¨ªan todos, rendidos, ante los irresistibles encantos del presidente del Gobierno espa?ol, Pedro S¨¢nchez. No solo Ursula von der Leyen; tambi¨¦n Sanna Marin, la primera ministra de Finlandia; las nietas de Joe Biden, Emmanuel Macron, Justin Trudeau¡ El tuitero documentaba las ca¨ªdas de ojos, las manitas, los abrazos m¨¢s largos de lo aconsejado por el protocolo y los repasos de los que era objeto toda la larga anatom¨ªa de S¨¢nchez. Una pr¨¢ctica donde constataba adem¨¢s ¡°consenso generacional¡±.
?Qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s de Mr. Handsome? No lo sabemos ni falta que nos hace. Hasta hace poco tambi¨¦n ignor¨¢bamos qui¨¦n estaba detr¨¢s de @?MALACARA o de @ModelosconCiatica. Los rincones frescos y divertidos de internet son ahora an¨®nimos o, al menos, de identidad ambigua. All¨ª nadie quiere demostrar nada. No hay desbordamientos de testosterona digital, egos que defender o marca personal que cuidar.
El ¨¦xito de las cuentas discretas anuncia la vuelta de unas redes sociales m¨¢s entregadas a la diversi¨®n que al negocio. Entre sus encantos est¨¢ recuperar aquella sensaci¨®n, perdida hace m¨¢s de una d¨¦cada, de que nadie est¨¢ intentando vendernos nada. Ni siquiera intentan venderse a s¨ª mismos. ?Qu¨¦ tranquilidad! El ¨²nico destino es la risa.
Una parte de la generaci¨®n que se subi¨® a internet para crear su marca personal est¨¢ descubriendo las bondades del anonimato. Hartos de trabajar la coherencia de su identidad online, avergonzados de ciertos comportamientos necesarios para atrapar la atenci¨®n en la jungla de internet y resistentes a dejarse vigilar por los algoritmos, se repliegan a peque?os espacios donde abrazan identidades nuevas para hacer lo que quieren, sea o no conveniente para su huella digital, sea o no del gusto del algoritmo.
¡°Muchos han empezado a tener problemas de famosos sin serlo¡±, cuenta Antonio Ortiz, analista tecnol¨®gico en Error500, que tambi¨¦n se?ala el impacto psicol¨®gico y los problemas de reputaci¨®n que traen unas redes sociales cada vez m¨¢s polarizadas. ¡°Hay un retroceso en la exposici¨®n p¨²blica, una vuelta a la naturalidad, una mayor conciencia de control y una identidad m¨¢s difusa. La creaci¨®n de una especie de alter ego para equivocarnos y meter la pata¡±, opina en conversaci¨®n telef¨®nica.
Lo ambiguo y lo an¨®nimo fueron dados por muertos en la primera d¨¦cada del siglo XXI. El a?o 2010 marca el principio y el fin. El fin de la inocencia y el inicio de la cultura de la presentaci¨®n en internet ¡ªnarcisista y marketiniana¡ª, y tambi¨¦n de la genuflexi¨®n ante el algoritmo, ese gran desconocido que nos oblig¨® a pr¨¢cticas de visualizaci¨®n y autoetiquetado para ganarnos su favor. ¡°En internet somos lo que otros desean ver¡±, conclu¨ªa el estudio Presentation Culture in the Digital Age: Online Identity Representation on Social Media, presentado en 2021 en el Congreso de Ling¨¹istas de Indonesia.
Muy pronto las alegres y asilvestradas interacciones de los primeros a?os de las redes sociales mutaron en producidas publicaciones hijas de estrategias de marketing que, por si fuera poco, ven¨ªan acompa?adas de un manual de correcci¨®n pol¨ªtica. Si hay un sitio donde hemos perdido enormes cuotas de libertad y frescura en solo una d¨¦cada, ese sitio se llama internet.
Pero algo se mueve en la periferia. La aplicaci¨®n Discord ha conseguido m¨¢s de 150 millones de usuarios en 2022 con su pol¨ªtica de no pedir identificaci¨®n a sus usuarios y permitir interactuar con seud¨®nimos y avatares. Triunfan las cuentas de Instagram de autor¨ªa desconocida y, contra todo pron¨®stico, los datos avanzan la vuelta inesperada de Tumblr.
Tumblr era aquella red de microblogging. Muy moderna en 2010. Caduca y est¨¢tica en 2022. The New Yorker la llama ¡°la Atl¨¢ntida de las redes sociales¡±. En su pecado original ¡ªdise?o discreto y f¨¢cil de olvidar con pocos cambios desde hace una d¨¦cada¡ª radica justamente lo que fascina a los m¨¢s j¨®venes. Jeff D¡¯Onofrio, director ejecutivo de Tumblr, ha informado en un comunicado que el 48% de los usuarios activos y el 61% de los nuevos pertenecen a la generaci¨®n Z. ¡°Ese es el mismo grupo demogr¨¢fico que Facebook e Instagram est¨¢n preocupados por perder¡±, remata con retranca el periodista de The New Yorker. Sus ingresos han crecido un 55% desde julio de 2021.
La resurrecci¨®n de Tumblr ilustra muy bien la nostalgia por una internet tranquila, divertida y libre. No se le dice a la gente c¨®mo comportarse (con excepci¨®n de la prohibici¨®n de la pornograf¨ªa), tampoco se obliga a los usuarios a limitar sus contenidos para optimizarlos: nada de textos breves y v¨ªdeos breves, ni se penaliza su visibilidad por no usar el formato de turno impuesto por el algoritmo. ?Ay, los reels de Instagram!
Tumblr fue una de las pocas esquinas de internet que no obedecieron la orden de ¡°Muerte al blog¡± y siempre ha permitido la publicaci¨®n de textos largos. Todo ese dise?o boomer seduce a los usuarios menores de 24 a?os: el feed de Tumbr no mezcla las publicaciones de acuerdo con los mandamientos de un algoritmo, funciona como una corriente cronol¨®gica de contenidos sin fecha y firmados con seud¨®nimos. Es un oasis en medio de la b¨²squeda fren¨¦tica de exposici¨®n que domina otras redes sociales. Es la periferia de internet, y ese es precisamente su encanto. Nadie est¨¢ en Tumblr para demostrar nada. Mucho menos para ser una marca.
Quien intente darse de alta en Chill Pill, una app que promete ¡°un mundo de amigos futuros y mejores d¨ªas¡±, no llegar¨¢ muy lejos si es mayor de 24 a?os. Chill Pill es el sitio donde la generaci¨®n Z va a hablar de su salud mental. Abri¨® en el verano de 2021 con la ambici¨®n de crear una comunidad segura y c¨¢lida donde adolescentes y j¨®venes pudieran contar sus problemas y apoyarse mutuamente en los malos tiempos.
Sus reglas son severas: solo pueden compartirse experiencias propias y no se permite dar consejos ni opiniones a otros miembros. Se puede interactuar asistiendo a grupos de apoyo o publicando reflexiones de forma an¨®nima en una especie de diario donde nadie puede emitir juicio alguno. Chill Pill tiene 500 miembros activos que ya han pasado m¨¢s de 7.000 minutos en sus grupos de apoyo, seg¨²n las cifras de la compa?¨ªa.
Incluso en Instagram la cultura cl¨¢sica del influencer que vive de dar la cara retrocede ante la potencia de miles de cuentas nicho creadas por autores an¨®nimos que se hacen llamar @only_mask o @memesfilosofia, y que solo revelan su identidad para firmar contratos comerciales donde incluyen, por supuesto, una cl¨¢usula de anonimato porque no quieren perder la libertad que les da seguir siendo un enigma.
Ser¨ªa curioso que el anonimato, que tanta violencia y polarizaci¨®n ha generado en internet, fuera el camino m¨¢s corto para recuperar algo de sosiego. Descansar de nuestra marca personal da mucha paz. Ya no hay que ganar todas las discusiones ni decir la ¨²ltima palabra. ?Por fin! Aqu¨ª hemos venido a jugar.
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