Dickinson o Smith
A la vuelta del verano y de este pac¨ªfico entreacto se abrir¨¢n la multitud de cajones que quedan ahora cerrados
Cuando llega el verano, la mayor¨ªa de las revistas y diarios elaboran listas de lecturas aconsejadas. Se supone que las vacaciones y el ocio animan a la lectura, algo que est¨¢ por demostrar, pero que se mantiene como supuesto incontrovertible. Y en la mayor¨ªa de esas listas se incluye al menos un libro de poes¨ªa. En varias publicaciones anglosajonas se recomienda, por ejemplo, un libro que se llama Stressed, Unstressed: Classic Poems to Ease the Mind, una peque?a antolog¨ªa de poes¨ªas de autores diferente...
Cuando llega el verano, la mayor¨ªa de las revistas y diarios elaboran listas de lecturas aconsejadas. Se supone que las vacaciones y el ocio animan a la lectura, algo que est¨¢ por demostrar, pero que se mantiene como supuesto incontrovertible. Y en la mayor¨ªa de esas listas se incluye al menos un libro de poes¨ªa. En varias publicaciones anglosajonas se recomienda, por ejemplo, un libro que se llama Stressed, Unstressed: Classic Poems to Ease the Mind, una peque?a antolog¨ªa de poes¨ªas de autores diferentes que tienen la virtud, dicen, quiz¨¢ por el especial ritmo de respiraci¨®n que exige su lectura en voz alta, de calmar, tranquilizar a la persona que tiene el librito entre las manos.
Relaja mucho, por lo que se ve, el peque?o poema del brit¨¢nico John Betjeman titulado ¡®The Last Laughter¡¯ (La ¨²ltima risa). Suena as¨ª:
¡°I made hay while the sun shone,
My work sold.
Now, if the harvest is over
And the world cold,
Give me the bonus of laughter
As I lose hold¡±.
(¡°Aprovech¨¦ mientras pude / Mi trabajo se vendi¨®. / Ahora, si la cosecha ha terminado / y el mundo est¨¢ fr¨ªo, / dame la gratificaci¨®n de la risa / mientras pierdo el control¡±).
O esta peque?a maravilla de Emily Dickinson:
¡°Hope¡¯ is the thing with feathers
That perches in the soul
And sings the tune without the words
And never stops ¨C at all¡±.
(¡°La esperanza es esa cosa con plumas / que se posa en el alma, / que entona su melod¨ªa sin palabras / y canta sin parar¡±).
Son recomendaciones muy aconsejables antes de regresar al fr¨ªo, en todos los sentidos, que anuncia este invierno y a la incertidumbre que rodea no a Espa?a, sino a Europa y al mundo. Antes, por ejemplo, que recordar el viejo poema de la inglesa Stevie Smith, puro y magn¨ªfico humor negro:
¡°Nadie lo oy¨®, al muerto
Aunque a¨²n yac¨ªa lament¨¢ndose:
?Yo estaba mucho m¨¢s lejos de lo que pensaban!
?Y no saludaba! ?Me estaba ahogando!
Pobre hombre, le encantaba divertirse
Y ahora est¨¢ muerto,
Demasiado fr¨ªo para ¨¦l, tuvo un paro card¨ªaco
Dec¨ªan
Oh, no, no, no, siempre est¨¢ muy fr¨ªa
(segu¨ªa lament¨¢ndose el difunto)
Toda la vida estuve demasiado lejos
?Y no saludaba! ?Me estaba ahogando!¡±.
As¨ª que la recomendaci¨®n para los pr¨®ximos 30 d¨ªas en la mayor¨ªa de las listas de lecturas es olvidar a la ir¨®nica Smith y dejarse llevar por el maravilloso ¡®Hope¡¯.
¡°And sweetest in the gale is heard;
And sore must be the storm
That could abash the little bird
That kept so many warm.
I¡¯ve heard it in the chillest land,
And on the strangest sea;
Yet, never, in extremity,
It asked a crumb of me¡±.
(¡°M¨¢s dulce suena en el vendaval / y atroz deber¨¢ ser la tormenta / que pueda abatir a ese peque?o p¨¢jaro / que a tantos mantuvo abrigados. / Le he escuchado en la tierra m¨¢s fr¨ªa / y en el m¨¢s extra?o mar; / Y nunca, en la inclemencia, / me ha pedido una migaja a m¨ª¡±).
La peor lucha, dec¨ªa alguien que no est¨¢ muy de moda, Karl Marx, es la que no se hace, as¨ª que a la vuelta del verano y de este pac¨ªfico entreacto se abrir¨¢n la multitud de cajones que quedan ahora moment¨¢neamente cerrados. El m¨¢s inquietante es el econ¨®mico. Imposible calcular la curva de la inflaci¨®n sin saber c¨®mo evolucionar¨¢ la guerra en Ucrania, y cuanto antes se den cuenta los ciudadanos de que eso es as¨ª, por muy lejos que se sienta Espa?a del campo de batalla, mejor ser¨¢, porque lo ¨²nico que estar¨¢ en manos de esos ciudadanos es decidir qui¨¦n quieren que afronte esa situaci¨®n al frente del Gobierno, y no qui¨¦nes la podr¨¢n corregir. Qui¨¦n quieren que gestione los recursos que hay y no qui¨¦n ser¨¢ capaz de encontrar nuevos medios, porque no existen.
El hilo conductor con que arranquen en septiembre los distintos partidos y dirigentes pol¨ªticos ser¨¢ ya el mismo hasta las elecciones municipales y auton¨®micas del pr¨®ximo mes de mayo y, seguramente, hasta las generales. Unos dirigentes pol¨ªticos recordar¨¢n a Dickinson y otros a Smith. Los ciudadanos estar¨¢n ante la misma disyuntiva.
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