Por qu¨¦ Sam Altman quiere escanear dos mil millones de ojos
El director ejecutivo de Open AI proyecta crear la mayor base de datos biom¨¦tricos del mundo con otra de sus empresas, registrada en Islas Caim¨¢n
Sam Altman, el ejecutivo detr¨¢s de ChatGPT, ha escaneado el iris de m¨¢s de dos millones de personas con una esfera met¨¢lica para demostrar que son humanos. El proceso es sencillo: hay que instalar una aplicaci¨®n en el m¨®vil y recibir un c¨®digo QR. Despu¨¦s, dejar que una esfera met¨¢lica te mire con su ojo y genere una ¡°prueba de personalidad¡±. Entonces la prueba se asocia al c¨®digo QR y la aplicaci¨®n se transforma en un pasaporte l...
Sam Altman, el ejecutivo detr¨¢s de ChatGPT, ha escaneado el iris de m¨¢s de dos millones de personas con una esfera met¨¢lica para demostrar que son humanos. El proceso es sencillo: hay que instalar una aplicaci¨®n en el m¨®vil y recibir un c¨®digo QR. Despu¨¦s, dejar que una esfera met¨¢lica te mire con su ojo y genere una ¡°prueba de personalidad¡±. Entonces la prueba se asocia al c¨®digo QR y la aplicaci¨®n se transforma en un pasaporte llamado World ID, que es tambi¨¦n el monedero de una criptodivisa llamada Worldcoin. En Espa?a, hay esferas en 14 centros comerciales para hacerlo. Por qu¨¦ querr¨ªa nadie someterse a eso, esa es la cuesti¨®n.
La respuesta es dinero. Antes del lanzamiento el pasado 24 de julio, Altman subcontrat¨® cientos de ¡°operadores¡± externos que cobran por ojo escaneado en pa¨ªses del Sur Global. En Indonesia ofrecieron camisetas, Airpods y vales por 25 Worldcoins que valoraron en 55 d¨®lares (hoy valen la mitad). Tambi¨¦n organizaron talleres de criptomoneda en institutos para escanear a docenas de estudiantes, muchos menores de edad. El ¡°dinero¡± a¨²n no es canjeable y Worldcoin se desentiende de los operadores arrestados o agredidos por ofrecer incentivos falsos o por los persistentes fallos t¨¦cnicos. Kenia ha prohibido los registros porque sus agencias de protecci¨®n de datos, seguridad y servicios financieros dudan de la autenticidad y legalidad de esas actividades. Tambi¨¦n hay escepticismo acerca del consentimiento de los usuarios, dado que los t¨¦rminos de cesi¨®n de datos no han sido traducidos al idioma local.
Altman asegura que pasaporte y monedero ser¨¢n imprescindibles cuando la inteligencia artificial general haya superado a la nuestra y los humanos desempleados necesitemos recibir una renta universal. ¡°Es improbable que la paguemos nosotros¡±, aclar¨® recientemente su m¨¢nager europeo, Ricardo Macieira, ¡°pero queremos ser la infraestructura que permita a gobiernos y entidades hacerlo¡±. La empresa se llama Tools for Humanity (Herramientas para la humanidad). Worldcoin opera desde una fundaci¨®n registrada en las islas Caim¨¢n, un para¨ªso fiscal. Este diario ha intentado recabar la versi¨®n de Tools for Humanity por varios canales, sin obtener respuesta.
El relato filantr¨®pico es un lugar com¨²n del capitalismo, pero para Sofie Henriksen, antrop¨®loga especializada en la intersecci¨®n de la acci¨®n humanitaria y los gigantes tecnol¨®gicos, esta ¨²ltima encarnaci¨®n es especial. ¡°Las tecnol¨®gicas son las primeras en usar abiertamente sus proyectos filantr¨®picos para testar nuevas tecnolog¨ªas, expandir su cuota de usuarios o extraer datos personales para entrenar algoritmos ¡ªexplica por correo¡ª. Todas compiten por recaudar la mayor cantidad de datos posible¡±. Las tecnol¨®gicas que descienden sobre pa¨ªses en desarrollo con servicios, aplicaciones e infraestructuras implementadas sin su consentimiento tienen su propio g¨¦nero acad¨¦mico: colonialismo digital.
Los datos biom¨¦tricos son especialmente delicados porque son inmutables; no podemos cambiar de iris como cambiamos de nombre o direcci¨®n. Ofrecen gran potencial para el abuso porque permiten identificar personas de forma remota sin su consentimiento y se pueden asociar a par¨¢metros discriminatorios, como demuestra el sistema autom¨¢tico de identificaci¨®n de uigures, implementado por Huawei para el Gobierno chino. Worldcoin tiene dos antecedentes, uno humanitario y otro gubernamental.
La captura de datos biom¨¦tricos se ha vuelto habitual en contextos migratorios, donde el escaneo de iris es condici¨®n para recibir ayuda humanitaria. En 2019, el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas se asoci¨® con Palantir para optimizar esas operaciones, que hoy afectan a 160 millones de personas en 120 pa¨ªses. Worldcoin hereda su ret¨®rica. ¡°En ambos casos, el escaneo de iris se presenta como una herramienta que garantizar¨¢ una distribuci¨®n justa de recursos, ya sea criptomonedas o ayuda y alimentos¡±, indica Henriksen. Los refugiados y las comunidades pobres donde Worldcoin ha recaudado el grueso de perfiles tienen poco margen de consentimiento y son vulnerables a la explotaci¨®n.
El otro caso es Aadhaar, la base de datos biom¨¦trica del Gobierno indio. La Administraci¨®n de Modi ha codificado el registro de las huellas digitales y el iris de 1.000 millones de ciudadanos indios como una herramienta de participaci¨®n ciudadana imprescindible para recibir pensiones gubernamentales, becas o programas de ayuda para combustible y alimentos. Sus cr¨ªticos lo denuncian como el sistema de vigilancia masiva de un Gobierno totalitario en v¨ªas de radicalizaci¨®n.
Son 160 pa¨ªses los que registran sistem¨¢ticamente datos biom¨¦tricos, pero una base de datos supranacional en manos de una empresa privada es mucho m¨¢s peligrosa. ¡°Hemos visto c¨®mo Naciones Unidas compart¨ªa su registro biom¨¦trico de refugiados rohiny¨¢s con el Gobierno de Myanmar sin su consentimiento. Una empresa privada que subcontrata servicios en otros pa¨ªses dificulta mucho la rendici¨®n de cuentas cuando hay violaciones de derechos¡±, argumenta Henriksen. Tools for Humanity ofrece su tecnolog¨ªa a cualquier organizaci¨®n o Gobierno que lo ayude a acelerar su expansi¨®n en Europa, Latinoam¨¦rica y ?frica. Worldcoin asegura que la privacidad est¨¢ garantizada porque el usuario no tiene que dar su nombre al hacer el registro y su iris se almacena como un c¨®digo num¨¦rico abstracto. ¡°Incluso si fuera cierto, y no tenemos forma de saberlo, la esfera puede acabar en malas manos¡±, explica Anna Bacciarelli, responsable de tecnolog¨ªa en Human Rights Watch.
Hay otro problema. El formulario de consentimiento que nadie lee dice que las esferas toman tambi¨¦n im¨¢genes en alta resoluci¨®n de la cara, los ojos y el cuerpo del usuario, adem¨¢s de registrar signos vitales como el ritmo cardiaco o la respiraci¨®n. Las autoridades de protecci¨®n de datos francesa y alemana ven indicios de infracci¨®n de la normativa de datos europea (GDPR) y han iniciado conjuntamente una investigaci¨®n.
Worldcoin se presenta como una infraestructura de c¨®digo abierto, descentralizada y transparente. De momento es privativa, centralizada y opaca. Ha recaudado 240 millones de d¨®lares de las firmas de capital riesgo m¨¢s notorias de Silicon Valley, como Andreessen Horowitz, Tiger Global, Khosla Ventures y Coinbase Ventures. ¡°La fuerte financiaci¨®n del proyecto se?ala la enorme oportunidad de negocio¡±, se?ala Ella Jakubowska, especialista en biometr¨ªa y derechos de la Asociaci¨®n Europea de los Derechos Digitales. Hay un mercado evidente para la identificaci¨®n de bots y usuarios sint¨¦ticos en las plataformas de servicios digitales. En ese sentido, Worldcoin parece el ant¨ªdoto al otro proyecto de Altman, la empresa de IA generativa OpenAI.
Pero su objetivo manifiesto es involucrarse en los procesos democr¨¢ticos y el acceso a la gesti¨®n de seguridad social, salario m¨ªnimo universal y becas de todo el mundo. Jakubowska lo encuentra siniestro. ¡°Hacer un c¨®digo de barras para cada habitante del planeta no tiene nada de humanitario. Worldcoin es la ant¨ªtesis de una comunidad¡±.
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