Robar el mundo o el ¡®resort¡¯ tur¨ªstico de Trump en Gaza
El arte recurre a la ficci¨®n para reflexionar sobre la realidad, pero el presidente de EE UU usa el relato para imponer sus delirios de grandeza
El presidente de Estados Unidos lo ha lanzado en sus redes y solo en Instagram ya suma m¨¢s de 54 millones de reproducciones. Es, de hecho, uno de los v¨ªdeos m¨¢s vistos de todos los que ha compartido Trump en su cuenta...
El presidente de Estados Unidos lo ha lanzado en sus redes y solo en Instagram ya suma m¨¢s de 54 millones de reproducciones. Es, de hecho, uno de los v¨ªdeos m¨¢s vistos de todos los que ha compartido Trump en su cuenta. Gaza convertida en un complejo tur¨ªstico con Donald Trump, con Benjam¨ªn Netanyahu y Elon Musk bebiendo c¨®cteles, ni?os gazat¨ªes recogiendo billetes en la playa, una colosal estatua de oro de Trump y hasta una nueva clase de centauros, mitad talibanes y mitad hur¨ªes. ?Pero qu¨¦ significa este delirio? Lo que significa es que Trump quiere imponer su relato del mundo sobre la realidad.
La nueva po¨¦tica de Trump sostiene una idea clara: que no hay diferencia entre la realidad y el relato, que la una no vale m¨¢s que el otro. ?l (y su pandilla de tecn¨®logos) est¨¢ convencido de que el relato puede llegar a convertirse, con la inteligencia artificial adecuada, en un sustituto de la realidad. As¨ª, en la fantas¨ªa de Trump, lo que influye en la gente no es tanto que el genocidio de Gaza sume ya m¨¢s de 47.000 gazat¨ªes muertos sino un v¨ªdeo que permita imaginar alternativas (falsas y delirantes, eso da igual) para el conflicto. La tesis ¨²ltima de Trump (y Musk) es que la ficci¨®n sobre la realidad es m¨¢s poderosa que la realidad misma. Por otro lado, as¨ª lo demostr¨® cuando gan¨® unas elecciones en la democracia m¨¢s antigua del mundo explicando a sus votantes que las personas migrantes se com¨ªan las mascotas de los norteamericanos blancos. Todo el mundo sab¨ªa que era mentira, pero funcion¨®.
La pregunta es ¡°?qu¨¦ significa funcionar?¡±. Funcionar no es otra cosa que captar la atenci¨®n. ?Y c¨®mo se capta la atenci¨®n? Pues ocupando la mente. ?Y con qu¨¦? Pues con cualquier relato que nos atrape y nos sorprenda lo suficiente como para dejar de prestar atenci¨®n a lo real. A diferencia de la ficci¨®n psicod¨¦lica de Trump, la realidad de Gaza no es f¨¢cil de tratar, no es novedosa, se ha vuelto reiterativa a trav¨¦s de la repetici¨®n del horror y, para colmo, no puedes hacer nada con ella. En cambio, Trump arrasa con im¨¢genes que no est¨¢n enclavadas en ning¨²n discurso, a trav¨¦s de un pensamiento asociativo que no es ni siquiera humano. Donald Trump nos cuenta Gaza con un relato que se salta cualquier principio de coherencia, progresividad o principio de no contradicci¨®n. Le importa un bledo que su relato est¨¦ en contradicci¨®n con la realidad. Solo quiere ocupar el espacio, las mentes, la pol¨ªtica. Todo el mundo sabe que es mentira, pero desliza la idea de que Gaza podr¨ªa ser de otra manera. Que podr¨ªa ser, por ejemplo, un resort. ?Se pueden pensar futuros alternativos para Gaza? Trump dice que s¨ª. ?Es completamente falso su relato? Desde luego. Pero no pretende ser real sino ocupar la realidad, que es otra cosa.
La amenaza m¨¢s oscura de Donald Trump es que est¨¢ dispuesto a sustituir la realidad por su narraci¨®n. A diferencia del arte o el pensamiento, que pueden recurrir a la ficci¨®n para soportar la realidad o para poder pensarla, Trump utiliza el relato para robarnos el mundo tal y como lo conocemos. ?l y Musk quieren que lo que pasa sea sustituido en nuestras mentes por sus delirios de grandeza. Tienen la tecnolog¨ªa para hacerlo. La ¨²nica pregunta es si tienen tambi¨¦n las mentes que necesitan para culminar su plan. De nosotros depende.