Keita, un presidente s¨®lido para un Mal¨ª en reconstrucci¨®n

Ibrahim Boubacar Keita ser¨¢ el pr¨®ximo presidente de Mal¨ª. A¨²n no se conocen los resultados provisionales de la segunda vuelta de las elecciones celebradas este domingo, pero el goteo de cifras procedentes de los distintos colegios electorales no deja lugar a dudas. De hecho, su rival, Souma?la Ciss¨¦, acudi¨® este lunes a su casa y le felicit¨® dese¨¢ndole ¡°buena suerte para Mal¨ª¡±, en un gesto que ha sido acogido con satisfacci¨®n por la mayor¨ªa de los malienses. Y es que cifras no oficiales apuntan a una victoria realmente aplastante, por ejemplo en el distrito de la capital, Bamako, Keita habr¨ªa obtenido un 88% de los votos frente a un 11% de Ciss¨¦ en unos comicios considerados leg¨ªtimos y transparentes por los observadores internacionales.

Keita ya part¨ªa como el gran favorito de estas elecciones. Nacido en 1945 en Koutiala (regi¨®n de Sikasso, sur del pa¨ªs), realiz¨® sus estudios en Dakar y Par¨ªs, donde se especializ¨® en Historia y Relaciones Internacionales. En la capital francesa inici¨® su compromiso pol¨ªtico y su lucha contra el r¨¦gimen militar del dictador Moussa Traor¨¦. Adem¨¢s, cultiv¨® buenos amigos entre los socialistas galos, entre ellos el actual presidente Fran?ois Hollande y su ministro de Interior, Manuel Valls. A su vuelta a Bamako, fue uno de los creadores de la Asociaci¨®n por la Democracia en Mal¨ª (Adema) y cuando Traor¨¦ es derrocado por un golpe de estado, en marzo de 1991, y llega la democracia, Keita, que entonces trabajaba para una ONG francesa llamada Tierra de Hombres, es llamado a ocupar responsabilidades de gobierno.

Primero embajador, luego ministro de Asuntos Exteriores y finalmente primer ministro durante nada menos que seis a?os (1994-2000), estaba claro que el presidente Alpha Oumar Konar¨¦ confiaba en ¨¦l. Fue en ese periodo que Keita se gan¨® la fama de hombre duro que ha contribuido a su ¨²ltima victoria electoral. Conocido como Kankeletigui (el hombre que s¨®lo tiene una palabra, en bambara, la lengua nacional) supo lidiar al mismo tiempo con una rebeli¨®n tuareg, con la que se mostr¨® intransigente, y con la agitaci¨®n de sindicatos y estudiantes que exig¨ªan reformas m¨¢s profundas.

Pero IBK fue siempre un pol¨ªtico ambicioso. Al darse cuenta de que su partido no le iba a apoyar para las elecciones presidenciales, en el a?o 2000 abandona Adema y crea su propio partido, Agrupaci¨®n por Mal¨ª (RPM, seg¨²n sus siglas en franc¨¦s). Derrotado en sendas elecciones presidenciales de 2002 y 2007 por Amadou Toumani Tour¨¦, Keita, que tambi¨¦n fue vicepresidente de la Internacional Socialista, no abandona nunca la vida pol¨ªtica maliense y durante cinco a?os lleg¨® a ser presidente de la Asamblea Nacional. Sin embargo, su mirada estaba puesta ya en el sill¨®n presidencial y anuncia su candidatura a los comicios de 2012 que en marzo de ese a?o se vieron frustrados por el golpe de estado del capit¨¢n Amadou Haya Sanogo.

IBK fue de los pocos pol¨ªticos malienses que se mostraron ben¨¦volos con el golpe. ¡°Lo condeno, pero lo comprendo¡±, dijo a los golpistas. Esta ¡°comprensi¨®n¡± conectaba a la perfecci¨®n con el sentir de buena parte de los malienses, hartos de una clase pol¨ªtica a la que acusaban de todos los males de este pa¨ªs, para ese entonces ya partido en dos mitades a causa de la rebeli¨®n de tuaregs y grupos yihadistas en el norte. De hecho, a diferencia de otros pol¨ªticos malienses, IBK no fue perseguido por los golpistas. Cuando se convocaron las elecciones para julio de 2013 nadie dudaba de que se trataba de un candidato s¨®lido y serio aspirante a la Presidencia.

Adem¨¢s del apoyo de una buena parte del Ej¨¦rcito, ha contado con el respaldo del Alto Consejo Isl¨¢mico, la principal instituci¨®n religiosa del pa¨ªs, y de otros presidentes de la regi¨®n, como su amigo Alpha Cond¨¦ (Guinea), Mahamadou Issoufou (N¨ªger) y, sobre todo, del influyente Alassane Ouattara (Costa de Marfil). Centr¨® su campa?a electoral en la idea de restablecer el honor y la dignidad de Mal¨ª y gracias a una fuerte y costosa operaci¨®n de imagen logr¨® presentarse como el candidato del cambio que este pa¨ªs necesitaba. En la primera vuelta ya roz¨® el 40% de los votos y, d¨ªas despu¨¦s, el apoyo de una veintena de candidatos derrotados, entre ellos de Dramane Dembel¨¦, que hab¨ªa quedado en tercer lugar, ya le situaban como virtual ganador de los comicios.

Casado y padre de cuatro hijos, de fuertes convicciones religiosas (hizo la peregrinaci¨®n a La Meca y no duda en usar versos del Cor¨¢n en sus alocuciones), ex karateka, amante de los viajes y la lectura, considerado un fino estratega en la pol¨ªtica internacional y a la vez un halc¨®n capaz de mostrar su rostro m¨¢s duro frente a los tuaregs (uno de los m¨¢s graves problemas que deber¨¢ enfrentar Mal¨ª en los pr¨®ximos a?os), Keita hereda un pa¨ªs en estado de ruina que acaba de salir de una guerra e intervenido por Naciones Unidas para un largo periodo. Los malienses le han confiado el mando, pero el verdadero trabajo no ha empezado todav¨ªa.