Cuatro muertos por un atentado suicida en un basti¨®n chi¨ª en Beirut
La explosi¨®n se ha producido en los suburbios de Daniyeh, controlados por la milicia Hezbol¨¢
Por segunda vez en poco m¨¢s de dos semanas, un atentado suicida ha dejado temblando a los vecinos de Haret Hreik, un barrio mixto de Dahiyeh, los suburbios al sur de Beirut controlados por el partido-milicia chi¨ª Hezbol¨¢. Al menos cuatro personas han muerto y otras 35 han resultado heridas, seg¨²n ha confirmado la Cruz Roja ¡ªa cargo de la evacuaci¨®n de las v¨ªctimas¡ª a la Agencia Nacional de Noticias.
Decenas de hombres de negro con brazaletes de Hezbol¨¢ han acordonado la calle, donde se ha desplegado el Ejercito, mientras los vecinos retiraban los veh¨ªculos calcinados. La explosi¨®n se ha producido a los pies de un edificio de pisos cuya fachada ha quedado reducida a una negruzca pared de la que cuelgan lo que antes eran balcones. Justo al lado, un centro comercial desde el que un grupo de hombres observa los trabajos de limpieza se ha quedado sin cristales.
Fuentes de la investigaci¨®n policial han confirmado a El Pa¨ªs que la explosi¨®n, registrada en una de las calles principales del vecindario alrededor de las 11.00 horas (una hora menos en la Espa?a peninsular), se produjo cuando un hombre, que esperaba agazapado en un veh¨ªculo aparcado, deton¨® la carga explosiva que llevaba encima. "No sabemos si explot¨® estando dentro del coche o pretend¨ªa salir", han a?adido. Varias im¨¢genes que circulaban entre los tel¨¦fonos de los residentes en la zona muestran los restos del presunto autor, que ha dejado otro cintur¨®n explosivo sin estallar, desparramados sobre la acera.
"Esta vez no ha sido tan fuerte como la anterior", comenta Mohamed, trabajador en una sucursal bancaria situada a pocos metros de la zona cero. "Ha sido casi en el mismo sitio que el ¨²ltimo (atentado)", asegura, "la otra vez est¨¢bamos solo el director y yo en la oficina, pero hoy est¨¢bamos todos trabajando cuando escuchamos la explosi¨®n". "Esta es una zona donde la seguridad depende de Hezbol¨¢", masculla, "quieren enviar el mensaje de que son capaces de romperla".
El pasado 2 de enero, cinco personas murieron y otras 70 resultaron heridas en el ataque registrado en la misma calle. El vecindario de Dahiyeh ha sufrido hasta cuatro atentados desde julio pasado, cuando una explosi¨®n caus¨® medio centenar de heridos. ¡°?Qu¨¦ podemos hacer?¡±, insiste Mohamed, "este es nuestro sino en L¨ªbano".
En esta ocasi¨®n, el ataque ha sido reivindicado por el autodenominado brazo del frente Al Nusra en L¨ªbano. El grupo, vinculado a Al Qaeda, ha trasladado su lucha frente el r¨¦gimen de Bachar el Asad al pa¨ªs vecino en una estrategia de azote sistem¨¢tico contra la guerrilla aliada de Damasco.? "Hemos sido capaces de responder a las masacres cometidas por el partido de Ir¨¢n contra ni?os en Siria y (la localidad libanesa de) Arsal en una operaci¨®n suicida que ha alcanzado el coraz¨®n de sus suburbios", reza el comunicado difundido a trav¨¦s de redes sociales, "llamamos a toda la comunidad sun¨ª en todas las regiones libanesas a unirse y combatir al partido del diablo (en referencia a Hezbol¨¢)".
Se trata de la segunda explosi¨®n que se atribuye Jabhat al Nusra en L¨ªbano, en cuya mira se encuentra la milicia aliada de Damasco y Teher¨¢n desde que el l¨ªder chi¨ª, Hasan Nasral¨¢, anunciase abiertamente la participaci¨®n de sus combatientes en la guerra siria en apoyo de Asad. Hace cinco d¨ªas, la explosi¨®n de un coche bomba en la locaidad libanesa de Hermel, feudo incuestionable de Hezbol¨¢ en el valle oriental de la Bekaa, caus¨® otros cinco muertos.
"Incluso la mente m¨¢s inocente sabe que esto est¨¢ relacionado con Siria", sentencia el contable, "quiz¨¢ con (las negociaciones de) Ginebra, las cosas vayan mejor". "Quieren calentar a Hezbol¨¢", comenta en una cafeter¨ªa en la calle trasera al lugar del atentado Yusef, "pero no han matado a nadie de Hezbol¨¢, nos matan a nosotros por apoyarlos2. El joven de 30 a?os corri¨® desde su puesto de trabajo en Hamra, al otro lado de la ciudad, en cuanto se enter¨® de lo ocurrido. "Vivimos aqu¨ª", dice, "mi mujer y mi hijo peque?o estaban en casa, el mayor estaba en el colegio, la explosi¨®n ha sido justo detr¨¢s de su escuela".
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