El refuerzo militar reduce los disturbios en Ferguson
El cierre de calles y el despliegue de soldados evita el caos del lunes Se repiten los destrozos y el uso de gas lacrim¨®geno
Ferguson vivi¨® el martes una noche un poco m¨¢s tranquila que la anterior. El cierre de calles y la ampliaci¨®n del despliegue de la Guardia Nacional de Misuri, la milicia militar del Estado, lograron reducir los disturbios en este suburbio de San Luis (Misuri), en estado de ebullici¨®n despu¨¦s de la decisi¨®n de un gran jurado de no imputar al agente de polic¨ªa blanco que mat¨® en agosto a Michael Brown, un afroamericano de 18 a?os desarmado. A¨²n as¨ª, volvieron a registrarse ataques a comercios y coches de polic¨ªa, detenciones de manifestantes y uso de gas lacrim¨®geno por parte de las fuerzas de seguridad. La polic¨ªa arrest¨® a 45 personas en Ferguson, 16 menos que el lunes. Tambi¨¦n hubo altercados en partes de la ciudad de San Luis, donde se efectuaron 13 detenciones.
Los disturbios fueron m¨¢s controlados que el lunes, cuando, tras el anuncio del dictamen judicial, se registraron una docena de incendios y m¨¢s de sesenta personas fueron detenidas. Buena parte de ello se debi¨® a que cerca de un kil¨®metro de largo de la avenida comercial West Florissant -epicentro de las protestas en agosto y de los incendios el lunes- permaneci¨® todo el d¨ªa cerrado, salvo algunas excepciones, al tr¨¢nsito de veh¨ªculos y peatones. Durante la ma?ana, los cuatro lados de ese tramo de la avenida estaban bloqueados por coches de polic¨ªa del condado de San Luis. Por la tarde, a estos se les unieron soldados de la Guardia Nacional, lo que aport¨® una inquietante est¨¦tica militar a esa zona fantasma.
Varias decenas de soldados, equipados con trajes de combate y rifles en sus hombros, vigilaban la zona sur de West Florissant y ten¨ªan apostado un autob¨²s en una esquina. En ese lugar a¨²n se pod¨ªa oler con intensidad el hedor de un comercio cercano que ardi¨® la noche del lunes. El panorama era desolador: un largo tramo de la avenida permanec¨ªa completamente des¨¦rtico, con casi todos los comercios protegidos por tablas de madera y con las luces de las sirenas de polic¨ªa como ¨²nico movimiento de fondo.
La noche del lunes, el gobernador de Misuri, el dem¨®crata Jay Nixon, despleg¨® a 700 miembros de la Guardia Nacional que se limitaron a proteger edificios gubernamentales, incluido un puesto de comando, como ya hicieron en agosto a los seis d¨ªas de protestas por la muerte de Brown. Pero el martes, ante las cr¨ªticas por la ola de disturbios de la v¨ªspera, Nixon ampli¨® el dispositivo a 2.200 efectivos, de los cuales 1.200 se desplegaron esa noche.
Frente a la comisar¨ªa de polic¨ªa, a unos tres kil¨®metros de West Florissant y otro epicentro de las protestas del lunes, hab¨ªa alrededor de 200 soldados alineados. Por esa calle, South Florissant, iban pasando Humvees, todoterrenos militares de color camel. Justo delante de los soldados, se apostaban varios centenares de agentes de la polic¨ªa del condado de San Luis y de la patrulla estatal de autopistas. Ante la comisar¨ªa, se concentraron alrededor de 500 manifestantes, seguidos muy de cerca por un centenar de periodistas, fot¨®grafos y camar¨®grafos.
Durante varias horas, se vivi¨® una calma tensa. El ambiente era muy vol¨¢til y se repet¨ªan movimientos adelante y atr¨¢s de manifestantes y agentes de seguridad. Pendientes continuamente de cualquier vaiv¨¦n, de cualquier gesto. Soportando temperaturas bajo cero, los manifestantes, la mayor¨ªa j¨®venes negros, trataban de mantenerse activos. Apenas se ve¨ªa a l¨ªderes comunitarios que hicieran pedagog¨ªa para evitar disturbios, como sucedi¨® en la fase final de las protestas de agosto. Los j¨®venes gritaban algunos de sus c¨¢nticos habituales, como 'No justice no peace' (Sin justicia no hay paz) o 'Fuck the police' (Que jodan a la polic¨ªa'). Hab¨ªa detenciones ocasionales.
Se pod¨ªa ver a varios j¨®venes verti¨¦ndose agua en los ojos para minimizar el efecto del gas
Pero a las 10 de la noche, el panorama se deterior¨®. Varios centenares de manifestantes, muchos con la cara cubierta, empezaron repentinamente a caminar un par de bloques m¨¢s arriba y giraron en la calle Church: el coraz¨®n del cuidado centro hist¨®rico de Ferguson, habitado mayoritariamente por blancos. Y all¨ª volcaron un coche de polic¨ªa aparcado al lado del Ayuntamiento y le trataron de prender fuego. Varios cristales del Ayuntamiento fueron rotos. La mayor¨ªa de tiendas ten¨ªan sus fachadas protegidas por maderas. La polic¨ªa antidisturbios tard¨® poco en llegar y desplaz¨® a los congregados lanz¨¢ndoles gases lacrim¨®genos y advierti¨¦ndoles de que si no se mov¨ªan ser¨ªan detenidos. Hubo carreras constantes, en un escenario de nerviosismo. Se pod¨ªa ver a varios j¨®venes verti¨¦ndose agua en los ojos para minimizar el efecto del gas. A otros felices con los altercados y con la agresividad policial. ¡°No tengo miedo¡±, dec¨ªa uno.
En aproximadamente media hora, la polic¨ªa logr¨® controlar la situaci¨®n. Toda la atenci¨®n volvi¨® a la comisar¨ªa un par de bloques al sur. All¨ª, seg¨²n se acerc¨® la medianoche se incrementaron las detenciones de manifestantes que desafiaban a los agentes o bloqueaban la calzada. Varios soldados de la Guardia Nacional dejaron de tener un papel observador y arrestaron con contundencia a varios congregados.
Pasada la medianoche, la polic¨ªa desaloj¨® toda la zona, lo que desencaden¨® en algunas corredizas y en ataques a varias tiendas, pese a que muchas ten¨ªan sus ventanas tapiadas. La polic¨ªa del condado de San Luis inform¨® de que confisc¨® dos armas y un c¨®ctel molotov lanzado a los agentes.
Obama: Ferguson es un ¡°problema americano¡±
Simpat¨ªa con los que se manifiestan pac¨ªficamente y buscan soluciones "constructivas" al problema racial que subyace tras el caso de Ferguson. Pero cero paciencia con los que provocan violencia aprovechando la indignaci¨®n que caus¨® la decisi¨®n de un gran jurado de no juzgar al polic¨ªa blanco que en agosto mat¨® a tiros al adolescente negro desarmado Michael Brown en ese suburbio de San Luis.
En sus segundas declaraciones en menos de 24 horas sobre los disturbios en Ferguson, Misuri, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, afirm¨® tajantemente que ¡°no hay excusa¡± para ¡°actos destructivos¡± como los vistos la noche del lunes en el suburbio de San Luis. Y advirti¨® de que los causantes de los pillajes y destrozos deber¨¢n responder ante la justicia por esos ¡°actos criminales¡±.
Dicho lo cual, el presidente aprovech¨® un discurso sobre sus medidas migratorias en Chicago para asegurar una vez m¨¢s toda su disposici¨®n a cooperar para buscar soluciones con los que act¨²an de forma ¡°constructiva¡± ante este problema.
Porque lo que ha sucedido y sigue sucediendo en Ferguson, ¡°no es un problema solo de Ferguson, es un problema americano¡±, subray¨® Obama.
¡°Las frustraciones que hemos visto no se refieren solo a un incidente en particular. Tienen ra¨ªces profundas en muchas comunidades de color, que tienen la sensaci¨®n de que nuestras leyes no siempre se aplican de forma uniforme o justa¡±, dijo repitiendo casi de forma literal lo que ya dijo la noche del lunes en la Casa Blanca, cuando hizo un llamado a la calma que, visto los sucesos en Ferguson, tuvo poco eco.
Por ello este martes se dirigi¨® sobre todo a los ¡°constructivos¡±, a todos esos manifestantes que tanto en Ferguson como en otras muchas ciudades del pa¨ªs se manifestaron las ¨²ltimas horas de forma pac¨ªfica. Y a ellos les asegur¨® todo su apoyo y el de su gobierno para trabajar a favor de un ¡°cambio real¡± en las actitudes y pr¨¢cticas policiales frente a minor¨ªas como la afroamericana.
¡°Nunca he visto que se lograra una ley sobre derechos civiles o sobre salud o inmigraci¨®n como resultado de que se quemaran coches¡±, record¨® Obama. Si se logr¨® algo en materia legislativa fue ¡°porque la gente vot¨®. Se moviliz¨®. Se organiz¨®¡±, record¨® el primer presidente afroamericano de EE UU.
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