Noailles: ¡°Argentina est¨¢ harta de s¨ª misma, quiere cambiar¡±
Este intelectual cr¨ªtico con el kirchnerismo es optimista sobre la posibilidad de un giro social
Enrique Valiente Noailles (Buenos Aires, 1960) se asusta de su optimismo sobre Argentina. El expresidente del Centro de Implementaci¨®n de Pol¨ªticas P¨²blicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), el m¨¢s conocido think tank argentino, y habitual columnista del peri¨®dico ¡®La Naci¨®n¡¯, muy cr¨ªtico con el kirchnerismo, espera que con las elecciones presidenciales del pr¨®ximo domingo comience un cambio profundo en su pa¨ªs.
Pregunta. ?C¨®mo llega Argentina a estas elecciones?
Respuesta. Veo un ambiente de hartazgo cultural en algunos gestos de Argentina. No es un hartazgo solo con los l¨ªderes. Me parece que es un hartazgo cultural de Argentina consigo misma. Argentina tiene un cierto hast¨ªo de vivir en un ambiente que produce su propio mon¨®xido de carbono. M¨¢s all¨¢ de la coyuntura, de cosas buenas que han ocurrido en el ¨²ltimo Gobierno, hay una sensaci¨®n de estancamiento profundo del destino de Argentina. La brecha verdadera que no se cierra nunca y que incluso se agranda es entre lo que es Argentina y lo que puede ser.
P. Hay muchos que dicen que se exagera lo que fue Argentina, lo que podr¨ªa ser¡
R. Argentina tiene bonus favorable. Desde un bonus generacional, que va a jugar a favor en t¨¦rminos econ¨®micos, hasta bonus de todo tipo en t¨¦rminos de la riqueza material, agr¨ªcola, tecnolog¨ªa de punta. Lo que tiene es un grado ca¨®tico de organizaci¨®n comunitaria y un cierto desparpajo frente a la ley que permite una especie de anarqu¨ªa andante. Los individuos tienden a pensar que de alguna manera sacan provecho de esa anarqu¨ªa, pero la suma de esas anarqu¨ªas es altamente t¨®xica.
P. Pareciera que eso existe desde siempre.
R. Un poco s¨ª. Ac¨¢ hay una pregunta muy relevante: ?est¨¢ mutando en el sentido profundo Argentina? Probablemente haya un cambio de presidente y esto permite una oportunidad de otro orden despu¨¦s de 12 a?os de casi desierto kirchnerista. Hay una imagen que usaba Wittgenstein cuando dice que el fil¨®sofo en general parece como un hombre que est¨¢ encerrado en su meditaci¨®n, intenta salir pero la ventaba est¨¢ muy alta, la chimenea es muy estrecha, trata de abrir hueco en las paredes y dem¨¢s, cuando de lo ¨²nico que tendr¨ªa que darse cuenta es que tiene que darse vuelta y notar que la puerta est¨¢ abierta. Argentina est¨¢ en inminencia profunda, algo de otro orden est¨¢ por pasar. No recuerdo otra oportunidad igual desde 1983.
P. ?Por qu¨¦ hay miedo a Macri?
R. La idea de promover el miedo es contrac¨ªclico a lo que est¨¢ viviendo Argentina, que est¨¢ saliendo de esa fase. Macri tendr¨¢ como GPS de su eventual gesti¨®n el espejo inverso del kirchnerismo.
P. ?O sea que es un nuevo p¨¦ndulo en Argentina?
R. No s¨¦ si es un p¨¦ndulo. Nada le puede llegar a ser m¨¢s provechoso a la gente humilde que un gobierno como el que puede llegar a venir ahora, con gesti¨®n b¨¢sica. La gente carece de cuestiones de infraestructura absolutamente b¨¢sica en t¨¦rminos no solo materiales sino de dignidad.
P. Pero eso no es lo que cree la mayor¨ªa de esta clase m¨¢s pobre, que mayoritariamente vota al kirchnerismo.
R. Es muy interesante esto, pensar cu¨¢les son los factores que detonan un cambio en Argentina. Lo que ha detonado un gesto de salud de parte de la provincia de Buenos Aires y de parte del pa¨ªs entero es haberle puesto un freno a una cuesti¨®n extrema, que es casi suicida: el narcotr¨¢fico.
P. ?La gente se ha cansado del kirchnerismo?
R. No solamente se ha cansado del kirchnerismo, se ha cansado de sus modos, no le gusta que se le metan tres veces por semana con la cadena nacional de radio y televisi¨®n, no le gusta que le digan lo que tiene que hacer, pensar, ni esa suerte de manoteo generalizado. Sin desconocer cosas buenas como puede ser la inversi¨®n en educaci¨®n, en ciencia y tecnolog¨ªa, la asignaci¨®n universal por hijo, todas cosas que tengo la certeza de que van a continuar. La llamada centroderecha argentina ha hecho un aprendizaje. Vamos a ver. No veo en absoluto un riesgo de vuelta al neoliberalismo de los 90. Veo lo contrario: la posibilidad de probar que se puede hacer un gobierno democr¨¢tico, abierto, racional y moderado con atenci¨®n profunda a los problemas de la pobreza.
P. ?Este pa¨ªs se puede arreglar?
R. Tengo sensaciones ambiguas. Me pregunto c¨®mo se va a comportar Argentina en medio de una experiencia no extrema.
P. ?Pero hay ganas de cambio?
R. Estamos hartos de nosotros mismos. La persona que viola la ley y le ense?a a los hijos que no hay que violarla tambi¨¦n est¨¢ harta de esa esquizofrenia social. Ahora, ?va a tener ¨¦xito el pr¨®ximo gobierno? No lo s¨¦.
P. ?Qu¨¦ riesgos habr¨ªa en un gobierno de Macri?
R. Va a tener herencias fenomenalmente dif¨ªciles. Hay cuestiones operativas, que las va a tener cualquier gobierno: inflaci¨®n, estancamiento de la econom¨ªa, falta de inversi¨®n, cepo (control) cambiario, una educaci¨®n que no muestra signos de mejora en su calidad, desaf¨ªos de salud, seguridad, de ordenar fuerzas policiacas que muchas veces est¨¢n asociadas al delito. Todas las mejoras que necesita Argentina requieren de un mediano plazo y la ilusi¨®n se consume en el corto.
P. ?Qu¨¦ quedar¨¢ del kirchnerismo?
R. Lo bueno como herencia es que Argentina necesita resolver su problema social. Es un tema que la derecha no ten¨ªa claro en los 90. Pero tras esta transici¨®n por estos 12 a?os, tengo la certeza de que los gobernantes de Cambiemos (la alianza de Macri) tienen el tema de la pobreza en el coraz¨®n de su preocupaci¨®n.
P. Curioso pa¨ªs que puede estar 12 a?os gobernado por un gobierno muy a la izquierda y de repente girar de un d¨ªa para el otro.
R. Pero son algunos giros en la superficie porque es una izquierda que avala y lleva adelante grados alt¨ªsimos de corrupci¨®n. ?Se le llama izquierda o conservadurismo? ?Es un r¨¦gimen realmente que cree en los ideales de equidad?
P. ?La ilusi¨®n de cambio y el hartazgo no se sinti¨® tambi¨¦n en 1999, cuando Fernando de la R¨²a puso fin a diez a?os de Gobierno de Carlos Menem?
R. No hab¨ªa un hartazgo del calibre que hay hoy en la sociedad, una sociedad que hace 32 a?os que es democr¨¢tica y carece de excusas para no tener un destino razonable. Ese hartazgo termina de madurar ahora. En 1999 ve¨ªa una voluntad de cambio, pero no una rebeli¨®n. Me pregunto ahora si hay un deseo de cambio superficial o una idea de cambio de destino. Me asusta estar tan positivo, pero tal vez uno necesita eso.
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