El miedo de un pueblo argentino a una mina de oro que derrama cianuro
Los habitantes de J¨¢chal agreden al gobernador tras la segunda fuga en un a?o
Los habitantes de J¨¢chal, a 150 kil¨®metros de la capital de San Juan (noroeste de Argentina), son especialistas en esperar. Lo hacen por las cloacas, por el asfalto, por el acceso a internet. Son unas 10.000 personas a las que la vida les ense?¨® a armarse de paciencia. Ahora viven en una disyuntiva que los divide. En la misma plaza en la que buscan se?al de wifi con su m¨®vil se monta desde febrero de 2015 la carpa de la asamblea J¨¢chal no se toca, armada para combatir una explotaci¨®n con uranio enriquecido que finalmente no oper¨®. Con los a?os, encontraron un nuevo enemigo: la actividad de la mina de oro. La mina es peligrosa y ha sufrido dos derrames de cianuro en un a?o que han agotado la paciencia del pueblo. Pero tambi¨¦n da trabajo y no todos la rechazan.
Hace un a?o, un gran derrame de cianuro que lleg¨® a cinco r¨ªos puso al pueblo en el mapa en Argentina. Hasta el Papa Francisco se sum¨® a la lucha medioambiental. As¨ª lo muestra una foto del Sumo Pont¨ªfice con un cartel en sus manos que reza "el agua vale m¨¢s que el oro". Sin embargo, muchos jachalleros todav¨ªa entienden que la mina es sin¨®nimo de progreso, a pesar de que las regal¨ªas hayan llegado a cuentagotas.
"Es mentira que el pueblo se vio favorecido por la mina porque antes ten¨ªamos muchas m¨¢s actividades productivas como los cultivos de cebolla que se terminaron cuando apareci¨® la mina", opina Faustino, nacido y criado en J¨¢chal. "Quienes eran alba?iles, docentes, peones rurales y chacareros pasaron a tener dos autos por casa", le contradice Miguel, un camarero que como la gran mayor¨ªa de los que no participan, prefiere no polemizar con los asamble¨ªstas que rechazan la mina. Fernando, otro vecino, confi¨® a este diario que un grupo de personas estudia conformar un grupo en oposici¨®n a la asamblea.
"Las empresas se van a tener que acostumbrar a respetar las normas"
El gobernador de San Juan, Sergio U?ac recibi¨® en su despacho a EL PA?S luego de la agresi¨®n que sufri¨® en J¨¢chal. Confirm¨® que "los trabajadores de la mina no tienen por qu¨¦ pagar los platos rotos". "Por eso garantic¨¦ la intangibilidad de los puestos de trabajo y de los salarios" y que "ante este evento es impensado un cierre definitivo de la mina", dijo.
"Tenemos sistemas de control importantes y exhaustivos pero no podemos tener una persona los 365 d¨ªas del a?o en la empresa. Por ley estamos obligados a hacer un control al a?o y hemos hecho 30 en lo que va de 2016. Necesitamos que la seguridad jur¨ªdica sea un camino de ida y vuelta, que nosotros la cumplamos pero ellos tambi¨¦n", especific¨®.
La provincia de San Juan (a 1.100 km de Buenos Aires) es eminentemente una provincia minera, al punto que la actividad implica el 75% de la exportaci¨®n y el 50% del PBI provincial. "Ante este evento, a priori, es impensado un cierre definitivo pero no soy yo quien lo tiene que decidir sino la autoridad de aplicaci¨®n que es el ministerio de Miner¨ªa y la polic¨ªa minera", advirti¨® U?ac al respecto.
Sobre la agresi¨®n dijo que "yo no visito asambleas sino al intendente y autoridades de cada uno de los municipios. Me pidieron hablar y acced¨ª. Los respeto a pesar de que fueron violentos. Nosotros habitamos la tierra donde naci¨® Domingo Faustino Sarmiento y estos problemas tambi¨¦n son problemas de educaci¨®n y con esto quiero dar por cerrado el tema. No tengo rencores".
Finalmente, afirm¨® que "la quita de retenciones le trae al pa¨ªs la posibilidad de que el inversor minero visualice que han cambiado condiciones y son favorables para el desarrollo de una inversi¨®n de riesgo a largo plazo. Mi molestia con la empresa es que en el mejor momento de la miner¨ªa, con un precio del oro que se ha restablecido, tienen un episodio que empa?a la situaci¨®n. Si establecemos trabajos en conjunto con el gobierno nacional mucho mejor. Yo no quiero cerrar ninguna actividad para que no se desarrolle ni quiero que se desarrolle sin que nadie la controle. Creo en la amplitud de todas las actividades econ¨®micas pero se deben realizar con un necesario control del Estado".
En el departamento de Iglesia, donde est¨¢ ubicada la mina, apenas fueron construidos 30 kil¨®metros de veredas a pesar de que a sus habitantes les prometieron 2.000 millones de pesos (unos 130.000.000 de d¨®lares) en obras p¨²blicas con dinero proveniente de Barrick. Incluso la cantidad de empleados contratados y que all¨ª viven no llegan a 70. En J¨¢chal, a 120 kil¨®metros aguas arriba, tampoco se ven las se?ales del progreso prometido y que cada vez menos gente cree. Barrick s¨®lo emplea a una treintena de habitantes de J¨¢chal con salarios que oscilan los 20.000 pesos (poco m¨¢s de 1.000 d¨®lares) y jornadas de 15 d¨ªas seguidas para mitigar los efectos de la altura, dado que la mina supera los 4.000 metros sobre el nivel del mar.
¡°Los c¨®mplices tambi¨¦n son responsables¡±, provoca uno de los tantos carteles que adornan la plaza central del pueblo. La consigna parece dirigida a esa parte del pueblo que a¨²n se mantiene indiferente, ni se opone ni apoya a la minera, y apenas sale a la puerta de su casa para mirar desde lejos las manifestaciones de sus vecinos. "La verdad es que todos nos tendr¨ªamos que involucrar m¨¢s, yo tambi¨¦n", reconoce Valeria, una comerciante.
La situaci¨®n ha llegado al l¨ªmite con este nuevo derrame. El gobernador, Sergio U?ac, suspendi¨® en forma temporal la actividad de la mina el pasado mi¨¦rcoles tras un nuevo accidente ocurrido en uno de los cuatro ca?os corrugados que transportan agua cianurada, que derram¨® 97 metros c¨²bicos a la hora en un valle de lixiviaci¨®n, aunque esta vez, no lleg¨® a los cursos de agua. El mandatario provincial lleg¨® a J¨¢chal el viernes, a bordo del helic¨®ptero de la gobernaci¨®n. All¨ª se reuni¨® con el intendente Miguel Vega durante 20 minutos y luego fue al encuentro de los asamble¨ªstas. Pero no lleg¨®: cuando lo divisaron, lo cruzaron en plena calle y enseguida se arm¨® un tumulto de aproximadamente 100 personas que lo rodearon, lo insultaron, exigieron el cierre definitivo de Barrick y tambi¨¦n, su propia renuncia. "Queremos seguir siendo pobres pero estar vivos", le git¨® una se?ora.Un ab¨¢nico de vecinos todav¨ªa mayor miraba las acciones desde lejos.
U?ac respondi¨® que est¨¢ trabajando en la redacci¨®n del proyecto de ley necesario para que la Provincia detenga la miner¨ªa en la cordillera. Le cuestionaron por qu¨¦ no lo hizo cuando fue vicegobernador de Jos¨¦ Luis Gioja, a cargo del ejecutivo provincial durante el kirchnerismo, cuando Barrick Gold se instal¨® en la provincia. Las partes no lograron entenderse y al cabo de media hora, un chorro de agua empap¨® al gobernador y una lluvia de huevos cay¨® sobre ¨¦l hasta que logr¨® resguardarse en la municipalidad. Acto seguido, se dirigi¨® al departamento de Iglesia, donde en t¨¦rminos m¨¢s pac¨ªficos le reclamaron lo mismo, que se defienda los glaciares y que controlen a Barrick.
¡°Las condiciones de calidad se tienen que dar desde el principio y tanto Barrick como el gobierno de San Juan hicieron una mina para abaratar costos¡±, asume Sa¨²l Zeballos, de la asamblea Jachal no se toca. ¡°El descontento es con el gobierno anterior (de Cristina Fern¨¢ndez) porque dej¨® instalar a la Barrick y con el actual porque la devaluaci¨®n del peso y la quita de retenciones a la actividad minera que decidi¨® Macri invitan a que este tipo de empresas se instalen en el pa¨ªs y hagan lo que les d¨¦ la gana¡±, plantea.
La investigaci¨®n
El gobierno de San Juan labr¨® dos actas luego de que la comisi¨®n de miner¨ªa investigara el lugar. Una refiere a una berma (un pared¨®n contenedor de unos 2 metros) que la firma no construy¨®, a pesar de que as¨ª se le exigiera en 2015. La otra, por la omisi¨®n de dar aviso a los dos efectivos de la polic¨ªa minera que est¨¢n permanentemente en la explotaci¨®n. A ra¨ªz de esto ¨²ltimo, EL PA?S pudo averiguar que se investiga una posible coacci¨®n con la empresa. Adem¨¢s, se estudia monitorear los trabajos en la mina con un circuito cerrado de video controlado por el Estado local y la posibilidad de una auditor¨ªa supranacional para evitar posibles complicidades entre las fuerzas locales y Barrick Gold.
La zona en cuesti¨®n no es apta para la explotaci¨®n minera, pero Barrick lleg¨® antes que la norma. El propio informe ambiental realizado por la firma da cuenta de que ¡°en el ¨¢rea del Proyecto y zonas aleda?as predominan las geoformas relacionadas con un ambiente actual de tipo Periglacial¡±. La Ley de Glaciares, promulgada en octubre de 2010, prohibe la actividad minera en zona de glaciares. Asimismo, la zona de lixiviaci¨®n, donde ocurrieron ambos desastres, tiene 56 hect¨¢reas m¨¢s de lo permitido. Fue justamente un bloque de hielo el que el 8 de septiembre perfor¨® el ca?o corrugado que volvi¨® a derramar agua cianurada. Sin embargo, el director de Desarrollo Sustentable de Barrick Gold, Julio Claudeville, rechaza las acusaciones e insiste en llamar ¡°incidente¡± al derrame. Barrick Gold opera en 10 pa¨ªses y aproximadamente el 10% de su producci¨®n lo aporta la mina Veladero, que comenz¨® sus operaciones en 2005, con una inversi¨®n inicial de 540.000.000 de d¨®lares, explica. Actualmente emplea de manera directa a 3.700 personas, entre personal propio y contratado y la producci¨®n de Veladero en 2015 fue de 620.000 onzas de oro (unos 17.500 kilos). La firma ha informado que, seg¨²n un informe elaborado por la Universidad Tecnol¨®gica Nacional (UTN), la mina Veladero y su cadena de valor representan un 28,6% del producto bruto geogr¨¢fico de la provincia de San Juan.
El ministro de Miner¨ªa de San Juan, Alberto Hensel, revel¨® este s¨¢bado que ¡°no se encontr¨® presencia de cianuro en los lugares examinados¡±, a la luz de los ex¨¢menes realizados por la Universidad de Cuyo. No obstante, un informe hidrol¨®gico de muestras tomadas el 6 de julio y al que este diario tuvo acceso, alertan sobre la presencia de aluminio, manganeso, cadmio, cromo, n¨ªquel, plomo y zinc en el r¨ªo Jachal y en la localidad de Mogna, donde viven unos 300 habitantes. All¨ª tambi¨¦n se ha encontrado mercurio.
La inversi¨®n que Barrick tiene que hacer para seguir funcionando en ese lugar oscila los seis millones de d¨®lares. Ya anuciaron la mejora de 7,5 kil¨®metros de bermas circundantes y la limpieza de los canales perimetrales que evitan que el agua de deshielo entre en contacto con el valle de lixiviaci¨®n, entre otras obras. La paciencia de la gobernaci¨®n lleg¨® a su punto m¨¢s alto luego de dos derrames confirmados y otros tres (en 2011, 2012 y 2013) de los cuales s¨®lo dos fueron admitidos por la empresa.
Cuando la investigaci¨®n acerca de este nuevo hecho concluya, a Barrick Gold podr¨ªa caerle una multa similar a la del a?o pasado, nueve millones de d¨®lares, por ser reincidente; aunque eso no comprar¨¢ la confianza de los jachalleros; tal y como lo explica Gustavo Herrmann, referente de J¨¢chal no se toca: "la relaci¨®n entre nosotros y la empresa es como un matrimonio. La primera vez que me enga?as es culpa tuya; pero la segunda es culpa m¨ªa, por volver a creerte¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.