Los islamistas de Marruecos aspiran hoy a renovar su mandato
Solo un partido, fundado por un consejero del rey, disputa a los religiosos la victoria en las legislativas
Cinco a?os despu¨¦s de que miles de personas reclamaran cambios profundos en Marruecos durante las manifestaciones de la primavera ¨¢rabe, 27 partidos y 7.000 candidatos se disputar¨¢n este viernes los 395 esca?os del Parlamento. En las elecciones de noviembre de 2011 ganaron los islamistas del Partido Justicia y Desarrollo (PJD). Y en estos comicios, donde est¨¢n prohibidas las encuestas, el PJD es uno de los dos favoritos. La otra formaci¨®n que podr¨ªa disputarle la presidencia del Gobierno es el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), fundado en 2008 por el actual consejero del rey Fuad Ali el Himna para combatir la pujanza de los religiosos.
El PAM cuenta con la ventaja de que la mayor parte de los medios p¨²blicos y privados del pa¨ªs, incluidos los canales de la televisi¨®n estatal, se muestran contrarios a los islamistas. Tambi¨¦n dispone de una amplia red de personajes influyentes en el medio rural (unos les llaman notables y otros, caciques) que garantizan el voto de miles de personas. Y el PJD cuenta con la mejor maquinaria electoral, unos medios digitales y unos militantes disciplinados. ¡°Nosotros no tenemos que pagar a nadie¡±, suele ser una de las frases m¨¢s repetidas por su l¨ªder, el presidente del pa¨ªs, Abdelil¨¢ Benkir¨¢n, en relaci¨®n con la compra de votos.
En una sociedad donde los v¨ªnculos familiares cobran una gran importancia, el votante del PJD tiene fama de acudir a las urnas acompa?ado con toda la familia en edad de votar, cosa que no ocurre de forma tan evidente en el resto de formaciones.
¡°Los islamistas son los ¨²nicos que tienen una verdadera estructura nacional de partido¡±, sostiene el polit¨®logo Nabil Mouline. ¡°El PAM tendr¨¢ un problema tanto si gana como si pierde. Si gana, porque no tiene un programa de Gobierno ni gente para llevarlo a la pr¨¢ctica. Tendr¨¢n que contratar a muchos tecn¨®cratas. Y si pierden, porque los notables del campo al no ver el beneficio de la victoria se buscar¨¢n a otros partidos como socios¡±.
Un periodista de T¨¢nger advert¨ªa esta semana que, por primera vez en mucho tiempo est¨¢ percibiendo inter¨¦s en la calle por las elecciones. ?Significa eso que la abstenci¨®n no ser¨¢ tan alta como en 2011, donde 55 de cada 100 electores se quedaron en casa? ¡°Seguir¨¢ siendo muy alta¡±, admit¨ªa, ¡°pero al menos hay inter¨¦s por saber qui¨¦n ganar¨¢¡±.
En cualquier caso, quien gane tendr¨¢ que pactar con otras formaciones, ya que el sistema electoral de Marruecos hace pr¨¢cticamente imposible gobernar con mayor¨ªa absoluta. Y en esta ocasi¨®n el voto estar¨¢ a¨²n m¨¢s fragmentado ya que el suelo electoral exigido para conseguir esca?os en las circunscripciones ha pasado del 6 al 3% del electorado. El rey Mohamed VI seguir¨¢ dirigiendo los grandes ejes de la pol¨ªtica nacional.
En este duelo entre los islamistas y el partido fundado por un consejero del rey, la izquierda tiene un papel meramente testimonial
En este duelo entre los islamistas y el PAM, la izquierda marroqu¨ª tiene un papel meramente testimonial. El gran partido hist¨®rico del progresismo, la Uni¨®n Socialista de Fuerzas Populares (USFP) fue perdiendo fuerza desde que en 1998 pactase un ¡°Gobierno de alternancia¡± con Has¨¢n II. En las ¨²ltimas legislativas solo obtuvo el quinto puesto y 39 de los 395 esca?os. En cuanto a la nueva izquierda, su fuerza a¨²n est¨¢ m¨¢s diluida.
El Movimiento 20 de febrero, que origin¨® las protestas de la primavera marroqu¨ª en 2011, apenas consigui¨® convocar a varias centenas de personas el a?o pasado en su quinto aniversario. Hoy, los cambios profundos que reclamaban aquellos manifestantes, no est¨¢n en boca de casi ning¨²n pol¨ªtico.
La profesora universitaria Nabila Mounib encabeza la Federaci¨®n de Izquierda Democr¨¢tica (FGD), alianza de tres peque?os partidos de izquierdas, que aspiran a la proeza de conseguir unos 20 diputados. Mounib declara que su objetivo es luchar por una ¡°monarqu¨ªa parlamentaria¡± y una verdadera separaci¨®n de poderes. Sin embargo, hay quienes la acusan de servir a los intereses del Palacio Real. Sobre todo, despu¨¦s de que Mounib encabezara el pasado a?o una comisi¨®n de pol¨ªticos de izquierdas que viaj¨® a Suecia, por petici¨®n del rey, para convencer a los parlamentarios suecos de que no reconociesen como Estado a la Rep¨²blica ?rabe Saharaui Democr¨¢tica (RASD).
Omar Radi, periodista de Casablanca y miembro del Movimiento 20 de Febrero, asegura que muchos de sus amigos de izquierdas van a votar al PJD en lugar de a la Federaci¨®n de Izquierda Democr¨¢tica. ¡°Primero, porque ven que en estos cinco a?os no ha habido un recorte de libertades individuales. Los mayores atentados contra esas libertados los ha hecho el Ministerio del Interior, que no depende del Gobierno islamista sino del rey. Y segundo, porque la pol¨ªtica neoliberal del PJD no ha debilitado el poder de compra de la clase media urbana de izquierda¡±.
En cuanto a la Federaci¨®n de Izquierda Democr¨¢tica, de Nabila Mounib, el periodista Omar Radi se?ala: ¡°Est¨¢ sucediendo una cosa muy extra?a. La misma gente que nos insultaba hace cinco a?os a los de Movimiento 20 de Febrero ahora habla bien de Nabila Mounib. Y la agencia oficial MAP tambi¨¦n habla mucho de ella¡±.
En cuanto al posible resultado, Omar Radi no tiene ninguna duda: ¡°Si no hay fraude ganar¨¢n los islamistas del PJD¡±.
Incorruptos que no luchan contra la corrupci¨®n
El presidente del islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD) ha tardado cinco a?os en denunciar el ¡°autoritarismo¡± del Palacio Real, la ¡°mano invisible¡± que gobierna en la sombra. Ha tardado cinco a?os en atacar abiertamente al ministro del Interior, Mohamed Hassad, quien solo responde ante el rey Mohamed VI. Y lo ha hecho justo unas semanas antes de que comenzase la campa?a electoral. Con lo cual, ha conseguido que el debate se centre sobre el poder oculto y no sobre la gesti¨®n de su Gobierno.
Sin embargo, el l¨ªder del PJD, Abdelil¨¢ Benkir¨¢n, hab¨ªa hecho campa?a en 2011 contra la corrupci¨®n y el autoritarismo. ¡°?l conoc¨ªa perfectamente esa triste realidad marroqu¨ª¡±, escribi¨® en septiembre la directora del semanario Telquel, A?cha Akalay. ¡°A la primera vejaci¨®n, en el primer pulso de fuerza que ¨¦l perdiera, pudo haber dimitido provocando una crisis institucional¡±. Tras mantenerse cinco a?os como presidente est¨¢ claro, seg¨²n Akalay, que Benkir¨¢n ¡°ha fracasado sin haber iniciado el combate¡±. ¡°El jefe del PJD deja al fin de su mandato un pa¨ªs con un crecimiento del 1,5%, una educaci¨®n nacional agonizante, un sistema pol¨ªtico y econ¨®mico a¨²n gangrenado por la corrupci¨®n¡ Y un autoritarismo m¨¢s poderoso que nunca¡±, concluye la directora de Telquel.
Benkir¨¢n no solo incumpli¨® promesas importantes, como luchar contra la corrupci¨®n, sino que adopt¨® medidas supuestamente impopulares como subir el precio de los combustibles y la edad de la jubilaci¨®n. Y a pesar de todo eso, en las elecciones locales del a?o pasado, los islamistas vencieron en los ayuntamientos de las principales ciudades del pa¨ªs. Uno de los factores que ha contribuido a su buena imagen es su reforma de R¨¦gimen de Asistencia M¨¦dica, que ha beneficiado a millones de familias entre las m¨¢s desfavorecidas, y el descenso en el precio de muchos medicamentos. Pero, sin duda, algo que aprecia gran parte de la poblaci¨®n es que tras cinco a?os de Gobierno a¨²n no se conocen esc¨¢ndalos de corrupci¨®n entre los islamistas. Benkir¨¢n sigue viviendo en la misma casa de Rabat donde viv¨ªa antes de ser presidente y nadie acusa a sus ministros de haberse enriquecido.
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