La aldea que el presidente turco no olvida
Entre monta?as y plantaciones de t¨¦, Dumankaya es la tierra de los abuelos de Erdogan. Buscamos los or¨ªgenes humildes de su populismo
Sobre un risco asomado a la vaguada por la que discurre el riachuelo Alakoz, entre varias casuchas de la aldea de Dumankaya (provincia de Rize) y rodeado por las plantaciones de t¨¦ que se desparraman colina abajo, existe un peque?o camposanto familiar en el que casi todas las l¨¢pidas portan inscrito el apellido m¨¢s c¨¦lebre de la actual Turqu¨ªa. Una llama particularmente la atenci¨®n, aquella en la que se lee: Tayyip Erdogan. Con todo, las fechas (1884-1908) revelan que el finado no es el presidente turco sino su abuelo: aqu¨ª comenz¨® la saga de qui¨¦n hoy rige con mano de hierro los destinos del pa¨ªs euroasi¨¢tico.
De las humildes viviendas emergen dos hombres prestos a ofrecer una taza de t¨¦ al visitante. Y, por supuesto, a glosar las virtudes de Recep Tayyip Erdogan. ¡°No hay otro hombre como ¨¦l. Nosotros podemos equivocarnos, pero ¨¦l no comete errores. ?Jam¨¢s se ha visto un gobernante as¨ª en Turqu¨ªa! Quiere al pa¨ªs como un padre a sus propios hijos¡±, afirma Ismet Erdogan, primo segundo del presidente, enfundado en el mono azul con que corta la le?a. ¡°Estoy muy orgulloso de que sea presidente. ?Que Dios le d¨¦ larga vida!¡±, a?ade el se?or Yunus, t¨ªo segundo del mandatario turco y ya jubilado, que se encarga de cuidar las tumbas tras una vida de emigrante en f¨¢bricas de Alemania. Ambos contin¨²an viviendo con la misma modestia que sus antepasados: ¡°Y por mucho que nos ofreciesen seguir¨ªamos aqu¨ª¡±, apunta Ismet. Es, por tanto, un amor desinteresado y sincero el que profesan por su pariente y l¨ªder del pa¨ªs.
Ocurre igual con la mayor¨ªa de sus vecinos de la aldea y del cercano pueblo de G¨¹neysu, del que depende administrativamente Dumankaya y donde naci¨® la madre de Erdogan, Tenzile. Por doquier se ve su rostro, su nombre y el de sus progenitores. No s¨®lo en las instituciones oficiales ¨Cla universidad provincial de Rize ha sido rebautizada como Recep Tayyip Erdogan- sino tambi¨¦n en viviendas privadas, de cuyos balcones cuelgan banderas con la efigie del presidente. ¡°Estoy seguro de que la mitad de los habitantes de G¨¹neysu ser¨ªan capaces de dar su vida por Erdogan si se viesen en esa tesitura¡±, argumenta el alcalde de dicha localidad, Halil Turan.
?Cu¨¢l es el secreto? No cabe duda de que la propaganda gubernamental ha hecho mucho por realzar la imagen de Erdogan, pero una parte nada desde?able de su ¨¦xito se la debe precisamente a sus or¨ªgenes humildes. Erdogan naci¨® en 1954 en Kasimpasa, una barriada popular de Estambul, econ¨®micamente muy alejada de los lugares de procedencia de quienes hasta entonces hab¨ªan llevado las riendas del pa¨ªs. Su padre, Ahmet Erdogan, que trabaj¨® durante d¨¦cadas como capit¨¢n en la l¨ªnea de transbordadores municipales de la ciudad del B¨®sforo, proced¨ªa de Dumankaya, en las monta?as de la provincia de Rize, una zona que asemeja a la Galicia profunda, tambi¨¦n con sus gaitas y sus h¨®rreos, pobre y conservadora, de habitantes apegados a sus leyendas y supersticiones.
Ahmet Erdogan emigr¨® a Estambul huyendo de la miseria -a¨²n no exist¨ªan las plantaciones de t¨¦ que garantizan hoy d¨ªa una cierta subsistencia a los habitantes de Rize- aunque algunos investigadores han mencionado que quiz¨¢s tambi¨¦n jug¨® un cierto papel el hecho de que en el pueblo se produjese en 1925 una revuelta dirigida por imanes y mul¨¢s contra las primeras reformas laicas de la naciente Rep¨²blica turca. El Gobierno de Ankara aplast¨® sin miramientos aquel conato de rebeld¨ªa isl¨¢mica y, hoy, los ancianos de la aldea prefieren no hablar de aquellos viejos sucesos.
"Aunque su padre se mud¨® a Estambul, nunca rompi¨® sus lazos con el pueblo. Tayyip Erdogan ven¨ªa en las vacaciones escolares y frecuentaba las mezquitas y los cursos de Cor¨¢n¡±, relata el alcalde Turan. Tambi¨¦n ayudaba a su hermanastro, treinta a?os mayor, en la fonda que hab¨ªa abierto en G¨¹neysu y, en Estambul, vend¨ªa simit (roscas de pan con s¨¦samo) y refrescos por la calle para llevar dinero al hogar. Eso le ha permitido presentarse como hombre que sabe de la dureza de la vida y el trabajo, frente a otros gobernantes que proceden de familias ricas y ociosas.
¡°Erdogan es un hombre al que quiere todo el mundo porque habla con el pueblo. Se sienta a compartir el t¨¦ con los vecinos, los escucha y hace a sus asesores apuntar las quejas de la gente¡±, afirma Nuri G¨¹ler, propietario de un caf¨¦ de G¨¹neysu. Una imagen que contrasta con la del Erdogan que en sus m¨ªtines berrea a diestro y siniestro contra quienes no opinan como ¨¦l, o con las noticias que llegan de antiguos colaboradores que arguyen que quienes le llevan la contraria son expulsados de Palacio.
Pese a que ha manejado el tim¨®n del pa¨ªs durante 15 a?os, y en ese periodo la estructura econ¨®mica y de poder de Turqu¨ªa ha cambiado sustancialmente, Erdogan sigue aferrado a esa ret¨®rica que presenta una dicotom¨ªa entre unas elites laicas y corruptas y un pueblo sufrido, trabajador y creyente. ¡°Erdogan se siente muy c¨®modo con este argumento simplista y lo ha profundizado. No estoy segura de que antes existiese una animadversi¨®n tal, pero efectivamente ahora aquellos que sent¨ªan que la autoridad central los marginaba o les trataba de ignorantes pueblerinos consideran que ha llegado la hora de la venganza¡±, opina la escritora Asli Erdogan, quien pese a su apellido no tiene lazos familiares con el presidente: ¡°Los l¨ªderes populistas extraen su fuerza del hecho de hacer olvidar a la gente cu¨¢les son las causas reales de su opresi¨®n. El l¨ªder populista se identifica con el pobre y el oprimido, aunque ¨¦l mismo no lo sea. Como si al lograr el poder Erdogan se hubiesen terminado la pobreza y la opresi¨®n¡±.
En el camino que lleva a la cima de la monta?a Kibledag, donde Erdogan orden¨® hace dos a?os erigir una mezquita visible desde todo los pueblos de la comarca de G¨¹neysu, Mehmet Ali Azakli, un im¨¢n retirado de rostro bonach¨®n, no coincide con ese an¨¢lisis. ?l es un declarado fan de Erdogan: ¡°Hay quien le quiere por c¨®mo habla o porque es religioso, otros porque da trabajo y hace carreteras. Nosotros lo queremos a¨²n m¨¢s porque es de los nuestros, de Rize¡±.