Conducir de enchufe a enchufe
Estonia fue el primer pa¨ªs en lanzar una red nacional de cargadores para el coche el¨¦ctrico e implant¨® un paquete de medidas para incentivar su uso. Ahora que las subvenciones para la compra han acabado, las ventas han ca¨ªdo dr¨¢sticamente. El modelo estonio muestra que, sin el respirador asistido p¨²blico, al sistema a¨²n le cuesta despegar
Ha pasado un largo tiempo desde la ¨²ltima vez que ?lle Jesse pis¨® una gasolinera. Pasar por el surtidor ha dejado de ser una de sus tareas ineludibles, a pesar de que recorre a diario en coche las empedradas callejuelas del centro hist¨®rico de Tallin, donde vive. Su coche es el¨¦ctrico y no se alimenta de petr¨®leo. Lo enchufa el tiempo necesario y listo, comenta al volante del peque?o Nissan Leaf blanco, uno de los muchos que circulan por la capital de Estonia, donde viven unas 420.000 personas. Jesse, dise?adora gr¨¢fica de 39 a?os, no s¨®lo lo compr¨® por compromiso medioambiental, tambi¨¦n dio el paso seducida por las jugosas subvenciones del Gobierno estonio para fomentar este tipo de veh¨ªculos. ¡°Hace cinco a?os necesit¨¢bamos un segundo coche y no lo pensamos dos veces¡±, comenta.
Estonia, el pa¨ªs con m¨¢s start-ups por habitante, en el que sus 1,3 millones de ciudadanos tienen un documento nacional de identidad digital y donde se pueden hacer todas las gestiones burocr¨¢ticas por Internet, lanz¨® en 2011 un ambicioso programa pionero para incentivar el coche el¨¦ctrico. Debido al par¨®n industrial tras la ca¨ªda del tel¨®n de acero, el antiguo sat¨¦lite de la URSS no hab¨ªa cubierto su cupo de emisiones de di¨®xido de carbono (CO2) que fijaba el protocolo de Kioto. As¨ª que, gracias a uno de los mecanismos m¨¢s controvertidos del acuerdo contra el cambio clim¨¢tico, vendi¨® sus excedentes entre otros a Espa?a y a la empresa Mitsubishi. El Gobierno estonio destin¨® los ingresos obtenidos a programas de est¨ªmulo de estos veh¨ªculos en detrimento de los tradicionales.
¡°Necesit¨¢bamos reducir las emisiones, as¨ª que se apost¨® por este modelo. Se adquirieron autobuses y tranv¨ªas el¨¦ctricos, se compraron coches el¨¦ctricos para el parque m¨®vil oficial de ministerios y ayuntamientos de todo el pa¨ªs, se ofreci¨® un paquete de subvenciones para ciudadanos y empresas y se cre¨® un sistema p¨²blico de car sharing [alquiler por horas o d¨ªas] muy econ¨®mico¡±, explica luchando contra una afon¨ªa galopante Marko Pomerants, ministro de Medio Ambiente estonio, en su despacho del centro de Tallin, adonde EL PA?S ha viajado con el proyecto Europa Ciudadana, financiado por el Parlamento Europeo. Adem¨¢s, el pa¨ªs b¨¢ltico fue el primero en todo el mundo en lanzar una densa red nacional de cargadores para alimentarlos. Un punto fundamental.
Hoy, en Europa, el coche el¨¦ctrico est¨¢ tomando impulso al calor del esc¨¢ndalo del Dieselgate ¡ªque sali¨® a la luz cuando se destap¨® que Volkswagen (a la que seguir¨ªan otras) truc¨® sus motores para sortear el l¨ªmite de emisiones¡ª. Los ciudadanos se han vuelto m¨¢s conscientes de que los coches que conducen y con los que conviven les est¨¢n intoxicando. Y los casos de fraude, que se conocieron por primera vez en septiembre de 2015, todav¨ªa colean. Solo ahora, adem¨¢s, se est¨¢n empezando a conocer los recovecos de un esc¨¢ndalo que ha hecho tambalear los cimientos del sector, y que pudo ocurrir porque quienes ten¨ªan que garantizar los controles no lo hicieron.
De hecho, hace unas semanas el Parlamento Europeo hizo p¨²blico un contundente informe de investigaci¨®n que concluye que tanto la Comisi¨®n Europea como la mayor¨ªa de los Estados miembros no actuaron pese a saber que las emisiones reales de ¨®xido de nitr¨®geno de los autom¨®viles di¨¦sel eran muy superiores a las medidas en laboratorio. ¡°Estaban m¨¢s interesados en los intereses de la industria automovil¨ªstica nacional que en el de los ciudadanos normales y la calidad del aire", asegura el eurodiputado liberaldem¨®crata Gerben-Jan Gerbrandy, uno de los ponentes del informe.
La Euroc¨¢mara aprob¨® el documento, que exige una supervisi¨®n m¨¢s estricta y clara para que no vuelvan a repetirse este tipo de casos de fraude y pone el foco en la importancia de implementar medidas que garanticen la calidad del aire. Una de ellas es el coche el¨¦ctrico. Sin embargo, un an¨¢lisis del modelo estonio muestra que, sin incentivos, estos veh¨ªculos a¨²n est¨¢n en punto muerto. Estonia, que subvencionaba la mitad del precio del coche el¨¦ctrico (hasta un tope de casi 17.000 euros, lo que hac¨ªa que un Leaf como el de Jesse, por ejemplo, costase unos 23.000 en lugar de casi 40.000), puso fin a su programa de ayuda a la compra en agosto de 2014. ¡°Desde entonces, la venta de estos veh¨ªculos se ha desplomado dram¨¢ticamente¡±, afirma con gesto serio Sulev Narusk, consejero delegado de la Uni¨®n de Vendedores de Coches de Estonia.
Los datos le dan la raz¨®n: en el tiempo del programa, se subvencionaron unos 660 coches el¨¦ctricos, la mayor¨ªa en 2014. Sin embargo, en 2015 apenas se registraron 35 nuevos veh¨ªculos de este tipo en Estonia. Y lo mismo en 2016. Estonia ha pasado de ser una peque?a potencia a ser el ¨²ltimo de la cola.
¡°Sin ayudas p¨²blicas, a los usuarios todav¨ªa les cuesta apostar por este tipo de coches¡±, apunta Lauri Hussar, director del Postimees, diario decano del periodismo en lengua estonia y el de mayor tirada del pa¨ªs. Hace tres a?os, Hussar hizo sus c¨¢lculos y concluy¨® que la mejor opci¨®n era comprar un coche el¨¦ctrico. Al precio ¡ªtodav¨ªa pudo disfrutar de las ayudas del Gobierno¡ª le sum¨® otra serie de ventajas, como poder aparcar gratis en muchos lugares de estacionamiento regulado del centro o la opci¨®n de circular por el carril bus, algo que ahora le hace ahorrarse 15 minutos cada d¨ªa para ir al trabajo. ¡°El coche el¨¦ctrico es razonable, ecol¨®gico, tecnol¨®gicamente es innovador y creo que este es el futuro de la industria de la automoci¨®n¡±, afirma.
La disminuci¨®n del coste de las bater¨ªas, la mayor autonom¨ªa de los modelos y los dise?os cada vez m¨¢s innovadores van a hacer despegar el mercado, y dentro de poco ya no ser¨¢n necesarias las subvenciones para fomentar su compra, afirma el director del Postimees en la redacci¨®n del diario. En Europa, adem¨¢s, los Gobiernos tratan de rebajar las ventas de coches di¨¦sel con un aumento de las tasas a este combustible. Aunque pese a esto, y en n¨²mero de veh¨ªculos, la UE sigue muy por debajo de Estados Unidos y de China, que ha hecho su apuesta y tiene muy claro que el futuro viaja en coche el¨¦ctrico.
La contaminaci¨®n causa al a?o unas 520.000 muertes prematuras en Europa, seg¨²n datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente. La presi¨®n sobre los pa¨ªses para que garanticen un aire limpio es cada vez mayor, y este medio de transporte, que huye de la dependencia de petr¨®leo, parece una buena f¨®rmula. Sin embargo, el coche el¨¦ctrico no siempre es tan verde. Tambi¨¦n hay que tener en cuenta c¨®mo se produce la energ¨ªa que lo alimenta. Y en Estonia, que obtiene la electricidad a partir del petr¨®leo de esquisto (oil shale), y otros pa¨ªses como Polonia, esa energ¨ªa no es limpia, sino bastante contaminante, como reconoce el ministro Pomerants. El Gobierno estonio, que est¨¢ planeando la construcci¨®n de un nuevo gran parque e¨®lico, trata de salvar esa circunstancia fomentando el uso de electricidad producida con energ¨ªas renovables. Adem¨¢s, quienes recibieron la subvenci¨®n para comprar un coche el¨¦ctrico firmaron un acuerdo para alimentarlo con esa "energ¨ªa eco", que es un poco m¨¢s cara. ?
¡°Los [coches] el¨¦ctricos tienen el mayor potencial de reducir las emisiones locales, y especialmente en las ¨¢reas urbanas; aunque no puede ser en absoluto la ¨²nica medida para hacerlo¡±, se?ala Mari J¨¹ssi, del Instituto de Medioambiente de Estocolmo ¡§Tallin Centre (SEI Tallinn, por sus siglas en ingl¨¦s). Esta experta, una de las mayores en temas de medio ambiente y contaminaci¨®n de Estonia, se?ala que los nuevos veh¨ªculos registrados en Estonia consumen un 20% m¨¢s de fuel que la media de coches nuevos de la UE. Para J¨¹ssi, una de las opciones m¨¢s efectivas ¡ªy m¨¢s ahora, con el fin de las ayudas p¨²blicas¡ª para garantizar el cambio de modelo es tasar m¨¢s a los veh¨ªculos que m¨¢s contaminan para, con lo recaudado, apoyar las infraestructuras para el coche el¨¦ctrico.
M¨¢s tasas, m¨¢s ventas
Este sistema ya funciona en otros pa¨ªses de la UE, pero en Estonia, donde los propietarios de los veh¨ªculos ¡ªsucios o verdes¡ª no pagan tasas, ha fracasado el intento del Gobierno de aprobar una ley en ese sentido. As¨ª lo reconoce el ministro Pomerants, que explica que se introdujeron tantas enmiendas a su proyecto normativo que prefirieron dejarlo descansar durante un tiempo en un caj¨®n.
Julia Poliscanova, experta en veh¨ªculos ecol¨®gicos de Transporte y Medioambiente, uno de los grupos de presi¨®n que trabajan para garantizar la calidad del aire m¨¢s potentes en la UE, tambi¨¦n afirma que las tasas pueden ser una de las f¨®rmulas para incentivar el cambio. Otra es aplicar una medida como la que opera ya en California (EE UU), que exige a los fabricantes de veh¨ªculos que vendan un porcentaje m¨ªnimo de coches el¨¦ctricos. ¡°Adem¨¢s, es fundamental que los Gobiernos garanticen que existe la infraestructura para mantenerlos¡±, abunda Poliscanova. Y eso va desde puntos de carga a talleres o recambios de bater¨ªa.
?C¨®mo apostar por el coche el¨¦ctrico si todav¨ªa hay miedo a quedarse tirado en medio de una carretera entre Francia y Espa?a, por ejemplo? Estonia, con 167 puntos de carga ultrarr¨¢pidos que garantizan que siempre haya uno cada 60 kil¨®metros, seg¨²n datos del Ministerio de Medio Ambiente, ha puesto los cimientos de la infraestructura m¨¢s b¨¢sica. Ahora, falta por ver si el pa¨ªs que fue pionero vuelve a recuperar su camino en la innovaci¨®n.
En cifras
Estonia, un pa¨ªs de 1,3 millones de habitantes, lanz¨® en 2011 un programa de incentivos para el coche el¨¦ctrico.
Entre otras medidas se anunci¨® la creaci¨®n de una red nacional de cargadores, se crearon subvenciones para la compra, se adquirieron autobuses, tranv¨ªas y tambi¨¦n veh¨ªculos para los parques m¨®viles p¨²blicos.
La red de cargadores cubre, seg¨²n el Gobierno, todo el territorio. Hay puntos de carga r¨¢pida cada 40 o 60 kil¨®metros, muchos de ellos en estaciones, gasolineras, tiendas, etc.
Hay 167 puntos con cargadores en Estonia. De ellos 102 est¨¢n en las ciudades y 65 en las carreteras. Estonia, es un pa¨ªs peque?o con una tasa de urbanizaci¨®n del 70%.
M¨¢s de un tercio de sus habitantes vive en ¨¢reas urbanas. El 53% de los estonios se desplazan en coche, el 23% en transporte p¨²blico y el 23% a pie o en bici, seg¨²n datos del Ministerio de Medioambiente.
Con las subvenciones, se apoy¨® la compra de m¨¢s de 600 veh¨ªculos. El Gobierno contribu¨ªa a pagar la mitad del veh¨ªculo con un tope de 18.000 euros. En Estonia, el sueldo promedio es de unos 1.100 euros al mes.
Europa Ciudadana: : El coche el¨¦ctrico?Cu¨¢nto tardar¨¢ en cuajar el coche el¨¦ctrico en Europa? Nuestra redactoras Mar¨ªa Sahuquillo y Belen Dom¨ªnguez explican el caso de Estonia. Un nuevo episodio de 'Europa Ciudadana', un proyecto de El Pa¨ªs financiado por el Parlamento Europeo (European Parliament)
Posted by El Pa¨ªs Internacional on Tuesday, May 30, 2017
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