El caso del ¨²ltimo desaparecido argentino se convierte en un problema grave para Macri
Casi un mes despu¨¦s no hay ninguna pista seria sobre Santiago Maldonado y la movilizaci¨®n llega incluso a la selecci¨®n de f¨²tbol
El pasado s¨¢bado, 20 supervivientes de la ESMA, el centro de torturas m¨¢s famoso de la dictadura argentina, protagonizaron un sobrecogedor recorrido por las instalaciones, hoy convertidas en un mod¨¦lico centro de memoria para no olvidar la represi¨®n. Uno tras otro, en las zonas donde fueron recluidos y torturados, donde murieron centenares de compa?eros, en el mismo s¨®tano donde otros eran drogados para ser introducidos sedados en aviones y despu¨¦s lanzados con vida sobre el R¨ªo de la Plata, narraban sus dur¨ªsimas experiencias a centenares de personas all¨ª reunidas. Y todos ellos, al presentarse, en la puerta de la ex ESMA, dijeron la misma frase: ¡°Estuve aqu¨ª como detenido-desaparecido y quiero que aparezca con vida Santiago Maldonado ?D¨®nde est¨¢?¡±.
El p¨²blico aplaud¨ªa cada vez que se citaba el nombre. Algunos j¨®venes, en vez de preguntar por los horrores del lugar, por los recuerdos de los supervivientes, les ped¨ªan que les aconsejaran qu¨¦ hacer para presionar a favor de la reaparici¨®n de Maldonado, el ¨²ltimo desaparecido argentino, del que no se sabe nada hace casi un mes.
Se le perdi¨® la pista el 1 de agosto, durante una protesta de un grupo de mapuches en la Patagonia que han ocupado tierras del grupo Benetton. Los ind¨ªgenas aseguran que a Maldonado se lo llev¨® la Gendarmer¨ªa, los agentes lo niegan y el Gobierno los defiende. La principal hip¨®tesis instalada en Argentina apunta a que lo mataron de alg¨²n golpe y escondieron el cad¨¢ver. Pero a¨²n no ha aparecido ninguna evidencia que incrimine a los agentes y los testigos mapuches solo hablan encapuchados y sin ofrecer su nombre, porque este grupo de ind¨ªgenas no reconoce a la justicia local. El caso se complica cada vez m¨¢s, y hasta la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos ha reclamado al Gobierno que lo resuelva ya.
El esc¨¢ndalo crece cada d¨ªa, y ya se ha convertido en un problema serio para el Gobierno de Mauricio Macri. Este fin de semana la campa?a a favor de Maldonado estall¨® en las redes sociales: casi 500.000 tuits ped¨ªan al Gobierno que aclare d¨®nde est¨¢ el ¨²ltimo desaparecido de un pa¨ªs en el que esta palabra tiene un significado especial. Argentinos famosos en todo el mundo se est¨¢n interesando y se solidarizan con la causa en las redes. ¡°Soy Gustavo Santaolalla y estoy grabando en Los ?ngeles ?d¨®nde est¨¢ Santiago Maldonado?¡± escrib¨ªa el famoso m¨²sico, ganador de dos Oscars.
El caso ha llegado incluso al f¨²tbol. El fin de semana, San Lorenzo y Temperley, dos equipos de primera, pusieron pancartas en sus estadios reclamando la reaparici¨®n. El Pat¨®n Guzm¨¢n, portero suplente de la selecci¨®n argentina, se coloc¨® una camiseta con el reclamo. Y el entrenador, Jorge Sampaoli, contest¨® cuando le preguntaron en la rueda de prensa previa al partido Uruguay-Argentina del jueves: ¡°Como argentino, para los que vivimos aquella ¨¦poca [por la dictadura] molesta un poco que este tema no est¨¦ resuelto¡±.
— Gustavo Santaolalla (@santaolallaok) August 29, 2017
El asunto ya no solo moviliza al sector m¨¢s cr¨ªtico con el Gobierno, los kirchneristas, empieza a extenderse entre su propio p¨²blico, lo que es m¨¢s inquietante para el Ejecutivo. La conductora estrella Mirtha Legrand, que apoya al Gobierno, fue especialmente dura en sus preguntas sobre el asunto a Patricia Bullrich, la ministra de Seguridad, que insiste en defender a los gendarmes y a¨²n no ha apartado siquiera a los responsables del operativo.
Bullrich, que fue cercana al mundo montonero ¨Csu hermana fue pareja de Galimberti, uno de los m¨¢s conocidos dirigentes del grupo- y recorri¨® casi todos los partidos hasta llegar al macrismo, aliment¨® la pol¨¦mica con una frase sobre los represores y los guerrilleros: ¡°Ni los demonios eran tan demonios ni los ¨¢ngeles tan ¨¢ngeles¡±.
El Gobierno trata de alentar otras hip¨®tesis para la desaparici¨®n de Maldonado, como la posibilidad de que en realidad fuera v¨ªctima de una pelea 10 d¨ªas antes en la que no participaron los agentes, pero tampoco aporta ning¨²n elemento s¨®lido para esa alternativa. La familia insiste en que Maldonado desapareci¨® a manos de la polic¨ªa. Ahora adem¨¢s han publicado un v¨ªdeo para demostrar que ¨¦l estaba all¨ª el 1 de agosto, pero el hombre que ellos se?alan aparece encapuchado, con lo que tampoco hay certezas.
El Ejecutivo est¨¢ cada vez m¨¢s inquieto y se molesta mucho cuando tratan de asociar a Maldonado con los desaparecidos de la dictadura. La comparaci¨®n no resiste un m¨ªnimo an¨¢lisis: entre 1976 y 1983 un gobierno militar organiz¨® una represi¨®n masiva sin juicio ni garant¨ªas que termin¨® con 30.000 desaparecidos. Desde hace 34 a?os en Argentina se suceden gobiernos democr¨¢ticos y ha habido esc¨¢ndalos de desaparecidos, pero nunca ning¨²n plan sistem¨¢tico.
El Gobierno insiste en que est¨¢n trabajando para encontrarlo pero no hallan ninguna evidencia de que se lo llevaran los gendarmes. De hecho no dan ning¨²n cr¨¦dito a los testigos ni a la familia y aseguran que ni siquiera tienen claro que estuviera en ese lugar el 1 de agosto. En su ¨²ltimo informe de gesti¨®n en el Congreso, el jefe de Ministros, Marcos Pe?a, remarc¨® ante los diputados que el Gobierno est¨¢ comprometido con la b¨²squeda de Maldonado. "No hemos encubierto a nadie y queremos que se sepa la verdad. Seremos todo lo duro que tengamos que ser con cualquier persona del Estado que se haya apartado un cent¨ªmetro de la ley y de la aplicaci¨®n de la fuerza p¨²blica", dijo.
El juez del caso, Guido Otranto, sigue buscando evidencias y est¨¢ haciendo todo tipo de pruebas de ADN, pero el caso ha entrado en un marasmo de confusi¨®n habitual en Argentina. Dos a?os y medio despu¨¦s no se sabe si el fiscal Nisman muri¨® o fue asesinado. 23 a?os despu¨¦s a¨²n no hay autores claros ni condenados del atentado a la AMIA, que dej¨® 85 muertos y que precisamente investigaba Nisman cuando apareci¨® muerto con un tiro en la cabeza.
Los argentinos est¨¢n pues muy acostumbrados a los casos sin esclarecer y la impunidad. Sin ir m¨¢s lejos, la justicia permitir¨¢ a Carlos Menem que se presente a las elecciones al Senado a pesar de estar condenado por tr¨¢fico de armas. Pero este caso ha superado el alto nivel de tolerancia de los ciudadanos del pa¨ªs austral a los esc¨¢ndalos. El Gobierno ya sabe que tiene un problema may¨²sculo en plena campa?a electoral, pero mientras no aparezca el cuerpo la soluci¨®n est¨¢ muy lejana y el caso solo puede empeorar.
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