El a?o que Donald tuite¨® peligrosamente
El presidente Trump ha encontrado en Twitter su medio de comunicaci¨®n ideal. Un ca?¨®n sin mediaciones para la agitaci¨®n y el espect¨¢culo con ¨¦l en el centro de la vor¨¢gine
Para Donald Trump, Twitter es a la comunicaci¨®n lo que la Coca-Cola light a la sed. Un medio resolutivo y veloz para saciar un deseo. Tan f¨¢cil le resulta abrir la chapa de su refresco carbonatado favorita como apurar un pu?ado de caracteres incendiarios y pulsar enviar. En su primer a?o de presidencia, la sede del poder de Estados Unidos no ha sido la Casa Blanca sino su cuenta de Twitter. Ah¨ª es donde hace Trump su pol¨ªtica-espect¨¢culo. Faj¨¢ndose con sus rivales. Directo e inmediato.
"Es su altavoz perfecto", dice Tony Chac¨®n, consultor de marcas en Silicon Valley. "Es un medio tan r¨¢pido que la fecha de caducidad del esc¨¢ndado que genera con un tuit se limita al esc¨¢ndalo que genera con el siguiente tuit. Ha entendido muy bien el juego porque viene del mundo del entretenimiento". Al m¨¢s puro estilo americano, la pol¨ªtica se funde con el espect¨¢culo. "Mi uso de las redes sociales no es presidencial", ha dicho Trump, "es modernamente presidencial".
Una presidencia a golpe de tuit
Con este interactivo de EL PA?S podr¨¢s navegar por los mensajes del presidente de EE UU. Mira, por ejemplo, cu¨¢ntas veces se ha referido a tu pa¨ªs, a qui¨¦n ha llamado tonto o qu¨¦ tuits ha eliminado de su perfil
Con Twitter, Trump marca la agenda del d¨ªa desde el amanecer. En cuanto abre los ojos abre tambi¨¦n su cuenta y lanza sus primeros ca?onazos retroaliment¨¢ndose de lo que ve que dicen de ¨¦l a trav¨¦s de su canal amigo Fox News. El c¨ªrculo que une Twitter con su televisor es la centrifugadora donde se mueve como un torbellino el pensamiento Trump. Lo que sale de ah¨ª es imprevisible. Cuando parece que ha llegado al m¨¢ximo de la incorrecci¨®n presidencial, sube la apuesta. Su exconsejero ca¨ªdo en desgracia ¨Cy vapuleado por el presidente en Twitter¨C Steve Bannon, dec¨ªa, seg¨²n el libro Fire and Fury, que Trump "nunca se toma un respiro" en la tarea de "ser Donald Trump". Ese es el m¨¦todo. En caso de duda, m¨¢s Trump. Y la v¨ªa, claro, m¨¢s y m¨¢s le?a en Twitter.
"Yo creo que no tiene l¨ªmites, aunque me resulta dif¨ªcil imaginar que pueda hacer con su Twitter algo peor que amenazar con una guerra nuclear, algo que ya ha hecho", opina Jeet Heer, editor de la revista New Republic. "Mi bot¨®n nuclear es mucho m¨¢s grande y poderoso", tuite¨® a principios de enero en un mensaje dirigido a Kim Jong-un, el dictador de la bal¨ªstica Corea del Norte. Un tuit tan temerario que se multiplicaron las voces pidiendo a Twitter que le quite su cuenta, seguida por 46,9 millones de personas. El presidente solo sigue a 45 personas, gente de su c¨ªrculo o aduladores. Algo l¨®gico teniendo en cuenta su car¨¢cter. No le gusta leer ni escuchar. ?l habla, tuitea y ve televisi¨®n.
North Korean Leader Kim Jong Un just stated that the ¡°Nuclear Button is on his desk at all times.¡± Will someone from his depleted and food starved regime please inform him that I too have a Nuclear Button, but it is a much bigger & more powerful one than his, and my Button works!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) January 3, 2018
En sus primeros 12 meses como presidente Trump ha emitido m¨¢s de 2.500 tuits. En ellos han abundado los insultos. Nunca se hubiera imaginado que de la boca del l¨ªder de Estados Unidos pudieran salir en tropel palabras como "perdedor" ¨Cuna de las obsesiones de Trump: la divisi¨®n de la realidad entre "perdedores" y "triunfadores"¨C, "est¨²pido", "pat¨¦tico" o "loco", con la naturalidad de un patio de colegio. A Jong-un le ha llamado "peque?o hombre cohete" y "gordo y bajo". El tema sobre el que m¨¢s ha tuiteado son las fake news ¨C"noticias falsas"; 174 veces hasta el 18 de enero¨C que seg¨²n Trump se dicen de ¨¦l todos los d¨ªas por los medios liberales compinchados contra su figura con los dem¨®cratas. Entre sus frases en Twitter como presidente se encuentran por ejemplo "Nadie sab¨ªa lo complicado que puede ser [el sistema de] servicios de salud"; "Yo fui elegido para representar a los ciudadanos de Pittsburgh, no a los de Par¨ªs"; "Yo pas¨¦ de ser un muy exitoso empresario, a una gran estrella de televisi¨®n y a presidente de EE UU. Creo que esto se calificar¨ªa no como inteligente, sino como genio" ¨Cescribi¨® cuando se cuestionaba su aptitud mental¨C, o "Tengo una maravillosa relaci¨®n con los haitianos" tras llamar a su pa¨ªs en una reuni¨®n a puerta cerrada "agujero de mierda".
La mezcla de tremor geopol¨ªtico y surrealismo que Trump crea con sus tuits alcanz¨® una de sus cotas m¨¢s altas cuando el noviembre un empleado de atenci¨®n al consumidor de Twitter antes de abandonar su empleo desactiv¨® la cuenta del presidente para fastidiarlo. La voz del hombre m¨¢s poderoso del mundo, del comandante en jefe del mayor Ej¨¦rcito, del responsable ¨²ltimo de su arsenal at¨®mico,? desapareci¨® de Internet ¨Cque es decir: de la faz de la tierra¨C. Twitter tard¨® 11 minutos en activarla.
Never said anything derogatory about Haitians other than Haiti is, obviously, a very poor and troubled country. Never said ¡°take them out.¡± Made up by Dems. I have a wonderful relationship with Haitians. Probably should record future meetings - unfortunately, no trust!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) January 12, 2018
Pero todo accidente o toda pol¨¦mica alimenta la estrategia tuitera de Trump. Se trata de mantener concentrada la atenci¨®n de la gente en ¨¦l. "Busca repercusi¨®n y generar titulares, y aunque muchos lo vean como un torpe sin control emocional lo hace con mucha habilidad. Sigue tres par¨¢metros fundamentales: la c¨ªtica, la generaci¨®n de opini¨®n a partir de otras noticias y la autopromoci¨®n. Es obvio que tiene detr¨¢s asesores con una estrategia clara", dice Chac¨®n. El secretario personal del Twitter de Trump es Dan Scavino Jr., un empleado del magnate que empez¨® carg¨¢ndole los palos de golf.
En Twitter, Trump sigue la directriz que ya explic¨® en su libro El arte del negocio. "El punto es que si eres un poco diferente o un poco ultrajante (...) la prensa hablar¨¢ de ti". La t¨¦cnica de la escandalera necia ha remplazado al arte de la pedagog¨ªa pol¨ªtica de su antecesor, Barack Obama, que hac¨ªa un uso comedido pero muy influyente de Twitter ¨Cdonde tiene 99 millones de seguidores, el doble que Trump; y sigue a 625.000¨C y se centraba en componer discursos que quedasen como referentes hist¨®ricos.
"Trump es el presidente post-letrado", dice Jeet Heer. "No se siente c¨®modo con la tradicional elaboraci¨®n de discursos, sino con la espontaneidad y la ausencia de reglas de Twitter. Trump no lee libros o siquiera art¨ªculos, como tampoco lo hacen ¨Co eso creo¨C la mayor¨ªa de sus seguidores. Lo que hace ¨¦l es reaccionar a los titulares que ve y a los programas de televisi¨®n por cable. Twitter es el medio de comunicaci¨®n ideal para un presidente post-letrado para un p¨²blico post-letrado".
Es un guante hecho a medida para su concepci¨®n de la batalla pol¨ªtica como una permanente tormenta medi¨¢tica populista con ¨¦l en el centro del fen¨®meno, con las manos llenas de haces de rayos que arroja como un Zeus intempestivo. Si no existiera Twitter, Donald Trump ordenar¨ªa inventarlo.