El decisivo juicio a Lula marca el futuro pol¨ªtico de Brasil
Un tribunal decide este mi¨¦rcoles si ratifica la condena al expresidente, favorito en todas las encuestas y en riesgo de ser inhabilitado
Es mucho m¨¢s que el juicio al que lleg¨® a ser uno de los l¨ªderes m¨¢s populares del planeta. Las circunstancias pol¨ªticas lo han convertido en un juicio al pasado m¨¢s reciente y al futuro inmediato de Brasil. Tres jueces de Porto Alegre deciden este mi¨¦rcoles si ratifican o anulan la condena a nueve a?os y medio de prisi¨®n de Luiz In¨¢cio Lula da Silva, presidente de Brasil durante ocho a?os, una leyenda para sus seguidores, un hombre odiado hasta la exasperaci¨®n por sus detractores. A los miembros del tribunal les corresponde dictaminar si el juez S¨¦rgio Moro, el gran adalid de la lucha contra la corrupci¨®n, ten¨ªa pruebas suficientes para concluir que Lula fue sobornado por una constructora con un apartamento tr¨ªplex en una playa de S?o Paulo. Esa es la estricta decisi¨®n judicial. Pero sus consecuencias ser¨¢n infinitamente mayores, hasta el punto de condicionar de forma decisiva el rumbo del mayor pa¨ªs de Latinoam¨¦rica.
Aunque lo que se juzga es solo la honestidad personal de Lula, todo Brasil sabe que lo que simb¨®licamente estar¨¢ sentado en el banquillo de Porto Alegre tiene una trascendencia mucho mayor. El juicio al expresidente se ha convertido en el juicio a toda una ¨¦poca, a 13 a?os de Gobierno (2003-2016) del izquierdista Partido de los Trabajadores. Para los que reclaman la absoluci¨®n de Lula, aquella etapa trae el recuerdo de la econom¨ªa brasile?a creciendo como una locomotora y de las pol¨ªticas de auxilio social que lograron elevar el estatus de decenas de millones de personas condenadas a vivir en la miseria en uno de los pa¨ªses m¨¢s desiguales del mundo. Para los que desear¨ªan ver a Lula no solo pol¨ªticamente inhabilitado sino incluso entre rejas, lo importante de aquel periodo es que acab¨® en la mayor recesi¨®n econ¨®mica de la historia reciente del pa¨ªs y en medio de una monta?a de acusaciones de corrupci¨®n que enfangaron la imagen tanto del PT como de su l¨ªder. Nada de eso est¨¢ sobre la mesa de los tres jueces, pero casi todo Brasil ha planteado la cuesti¨®n como si de eso se tratase.
En el tribunal de Porto Alegre tambi¨¦n pueden comenzar a decidirse este mi¨¦rcoles las elecciones presidenciales del pr¨®ximo octubre. Una ratificaci¨®n de la condena corre el riesgo de dejar fuera de la batalla al que todas las encuestas sit¨²an como m¨¢ximo favorito con amplia diferencia sobre sus rivales. Lula quedar¨ªa inhabilitado y, aunque un presumible recurso paralizar¨ªa la decisi¨®n provisionalmente, el l¨ªder del PT tendr¨ªa muchas dificultades para llegar vivo a octubre. De todos modos, puede haber muchos matices en la decisi¨®n de los jueces, que, si no hay sorpresas, deber¨ªa conocerse sobre las 16 horas del mi¨¦rcoles (hora brasile?a) tras una sesi¨®n que ser¨¢ retransmitida al pa¨ªs. Una ratificaci¨®n un¨¢nime de la condena del juez Moro colocar¨ªa a Lula en la situaci¨®n m¨¢s comprometida, ya que tendr¨ªa menos opciones de recurso para ganar tiempo e intentar llegar a las elecciones. Pero una decisi¨®n desfavorable por 2-1 le conceder¨ªa m¨¢s margen para demorar el proceso en Porto Alegre antes de llegar al Tribunal Supremo. Dirigentes del PT han llegado a reconocer que esa salida hasta podr¨ªa constituir un alivio para el expresidente.
Tanto el PT como el propio Lula vienen diciendo desde hace semanas que seguir¨¢n adelante con la candidatura ocurra lo que ocurra en Porto Alegre. Y todo indica que si el expresidente fuese condenado profundizar¨ªan en el discurso que repiten una y otra vez: el candidato mejor situado para ganar la presidencia de Brasil ser¨ªa apartado de la carrera por una acusaci¨®n con dudosa base probatoria, seg¨²n ellos, ya que ni siquiera se ha podido demostrar que el famoso apartamento sea de su propiedad. En funci¨®n de lo que la defensa de Lula lograse estirar el proceso, podr¨ªan hasta producirse situaciones ins¨®litas, como que la inhabilitaci¨®n definitiva llegase entre la primera y la segunda vuelta de las elecciones. O incluso tras haberlas ganado. Si una parte del pa¨ªs ya discute la legitimidad del sistema pol¨ªtico despu¨¦s de las oscuras maniobras que desembocaron, el a?o pasado, en el impeachment de la tambi¨¦n miembro del PT Dilma Rousseff, cualquiera de esas situaciones abrir¨ªa heridas dif¨ªcilmente reparables en una de las mayores democracias del mundo. Pero si Lula fuese absuelto, la operaci¨®n Lava Jato, la mayor investigaci¨®n contra la corrupci¨®n en Am¨¦rica Latina, iniciada a partir de los manejos fraudulentos en la petrolera Petrobras, sufrir¨ªa un rev¨¦s en su credibilidad dif¨ªcil de superar.
La actitud desafiante del PT qued¨® plasmada este martes con la imagen del propio Lula, flanqueado por Rousseff y los principales dirigentes del partido, dando un mitin ante miles de seguidores en Porto Alegre, cerca del lugar donde el tribunal decidir¨¢ su futuro. All¨ª, el expresidente volvi¨® a alardear de sus logros en el Gobierno, a prometer que es posible repetir el milagro de los primeros a?os de mandato del PT si ¨¦l vuelve a ganar las elecciones, a cargar contra la ¡°¨¦lite¡± que, seg¨²n ¨¦l, quiere destruirle y a insistir en que va a continuar con su campa?a. ¡°Solo una cosa me va a sacar de hacer lo que estoy haciendo: el d¨ªa que me muera¡±, clam¨®.
Pero los militantes del PT no estaban solos en Porto Alegre, donde se han desplegado grandes medidas de seguridad. En otras partes de la ciudad, miembros de grupos contrarios a Lula se manifestaban tambi¨¦n para pedir su condena. Partidarios y detractores volver¨¢n este mi¨¦rcoles a las calles de la ciudad, al tiempo que las protestas de unos y otros se repetir¨¢n en otros puntos del pa¨ªs. En S?o Paulo hasta es posible que los dos bandos se crucen en la avenida Paulista, lugar habitual de concentraciones pol¨ªticas en la mayor ciudad del pa¨ªs. Otro de los numerosos simbolismos que encierra este juicio que es mucho m¨¢s que un juicio: el de un pa¨ªs profundamente dividido y sin expectativas de que esa divisi¨®n se vaya a superar a corto plazo.
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