De carnitas y cementerios pol¨ªticos: tres postales electorales desde Puebla

El 1 de julio, los vecinos del estado mexicano de Puebla eligen, adem¨¢s de presidente, gobernador, alcaldes, diputados locales y federales. Se trata de uno de los estados m¨¢s poblados del pa¨ªs, cercano a la capital, potente en la tabla de indicadores econ¨®micos que publica cada trimestre el instituto nacional de estad¨ªstica.

Varios candidatos pelean por el Gobierno del estado, dos por encima de los dem¨¢s. Por un lado, la aspirante de la coalici¨®n PAN-PRD, Martha Erika Alonso y por otro, el ex del PRI, ex del PRD, ahora en Morena, Miguel Barbosa.

Puebla es la sierra y el llano. Lo nahua, lo totonaca, lo mestizo. Ejemplo de la reciente ola de inseguridad que atenaza el pa¨ªs. Volcanes y corruptelas. EL PA?S visita tres puntos de su geograf¨ªa.

1. Los dos cementerios de Chicahuaxtla.

Cecilia Pe?a ha vivido toda su vida en Chicahuaxtla, en la sierra norte de Puebla, incluso en los meses posteriores al temporal que acab¨® con la mitad de las casas del pueblo, las famosas lluvias de agosto de 2016. Dirige un peque?o negocio junto a su vivienda, una tienda de comestibles. Del balc¨®n de la parte alta cuelga un cartel con la cara del candidato del PRI a diputado local. En una de las puertas de la parte baja luce, reci¨¦n pintado, un enorme logotipo del partido. "Nos dieron 500 pesos", justifica, divertida, como si acabara de hacer una travesura.

Cuenta Cecilia que este a?o va a apoyar a Benita Hern¨¢ndez, candidata del PRI a la alcald¨ªa de Tlaola, cabecera municipal de su pueblo. Dice que Benita no les ha prometido regalos ni nada, pero que la va a votar por ser mujer. "Los hombres siempre han gobernado y han hecho un desastre", dice.

Gane quien gane, los vecinos de Chicahuaxtla se apasionan con cada elecci¨®n. Muchas veces por la ganancia material directa. Cecilia a¨²n recuerda aquella votaci¨®n en que Juvenal Viveros, futuro alcalde de Tlaola por el PAN, guard¨® 600 bloques de construcci¨®n para cada vecino de la comunidad. Dice Cecilia que no los reparti¨® hasta que gan¨®.

Otras veces, como esta, se apasionan por ver si gana una mujer, alguien que no sea, por lo menos, otro Viveros: el tercer hermano de la saga compite por la alcald¨ªa, de nuevo por el PAN.

La pasi¨®n en Chicahuaxtla trasciende la mortalidad de sus vecinos. Hace cosa de 12 a?os, dice Cecilia, cuando los del PRI apoyaban a Antorcha Campesina, despu¨¦s de que los del Frente Cardenista dejaran aquel partido por el PAN, medio pueblo decidi¨® construir su propio cementerio. Cecilia dice que Antorcha dominaba la comunidad por aquel entonces; que quiso tener el control absoluto, bajo amenaza de dejar a los votantes rebeldes sin espacio en el camposanto; que entonces los vecinos que apoyaban al PAN, entre los que se encontraba ella, compraron una parcela y construyeron uno nuevo. Uno para panistas.

Las cosas han cambiado desde entonces. Hay pasi¨®n, pero no tanta. Ni siquiera el candidato presidencial de Morena, l¨ªder en las encuestas, eterno aspirante, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, genera una gran expectativa. "Gane quien gane all¨ª ¨Ccomo si fuera otro pa¨ªs, all¨ª- aqu¨ª nunca cambia nada", zanja.

2. Los ingenieros de Audi no comen carnitas

Para los fan¨¢ticos de Wild Wild Country, la festejada serie documental de Netflix, la historia reciente de San Jos¨¦ de Chiapa les resultar¨ªa vagamente familiar. Con 8.000 habitantes, San Jos¨¦ era un pueblito agr¨ªcola a sesenta kil¨®metros de Puebla capital. De repente, hace cosa de cinco a?os, empezaron a llegar camiones cargados de tierra. Cientos. Miles. Pasaban por mitad del pueblo y descargaban en un enorme predio a las afueras.

Nadie se quej¨® entonces. El gobernador, Rafael Moreno Valle, del PAN, vendi¨® la obra como el motor que impulsar¨ªa la econom¨ªa local al infinito. ?Qui¨¦n no quiere una f¨¢brica de Audi en su pueblo? San Jos¨¦ de Chiapa la quer¨ªa.

Con el tiempo, los camiones de tierra dieron paso al fierro, las luminarias, el asfalto y al final, como salida de la nada, la f¨¢brica se impuso en el horizonte de los vecinos. Una enorme instalaci¨®n, mayor que el mismo pueblo. La joya de la industria automotriz de todo Puebla, una imagen acorde a su pujante econom¨ªa. El a?o pasado, el estado acab¨® en el top 10 de regiones con mayor crecimiento econ¨®mico de todo el pa¨ªs, el primero en actividad industrial.

Paralelamente a la construcci¨®n de la f¨¢brica, Moreno Valle impuls¨® la construcci¨®n de un municipio paralelo a San Jos¨¦, Ciudad Modelo. Aquel llano tranquilo mut¨® en poco tiempo en una estupenda met¨¢fora del mundo moderno: Si se puede, ?por qu¨¦ no hacerlo? Hoy, Ciudad Modelo, con sus departamentos nuevos, sus universidades, su auditorio, su hospital, su parque con un estanque con patos blancos, es una ciudad dentro de un pueblo. Dentro de San Jos¨¦ Chiapa.

Gilberto Nabor, Don Gil, atiende una cocina econ¨®mica en la vieja cabecera municipal. Su especialidad son las carnitas, carne de cerdo ahogada en aceite, servida sobre tortillas de ma¨ªz. Lleva all¨ª toda la vida.

- ?Ha cambiado mucho el pueblo?

No demasiado, dice: "S¨®lo que los que vendieron un terreno se compraron un carrito, o se construyeron su casita. Y ya".

Don Gil mira la calle desde el otro lado de la ventana. Los adoquines, las jardineras y las farolas son nuevas. Al menos en la calle principal. El resto, polvo; barro si llueve. Extra?a el contraste entre el orden impecable de Ciudad Modelo y la modernidad abigarrada del mobiliario de la calle principal de San Jos¨¦. Como si las farolas y dem¨¢s sean una especie de premio de consolaci¨®n.

"Nosotros vamos a apoyar a la maestra", explica Jos¨¦, en referencia a una de las candidatas a alcalde. Dice que no es como los dem¨¢s. Desde luego, no como el de Morena, hermano del comisario ejidal que negoci¨® la venta de los terrenos a Audi, una especie de representante de los campesinos. Don Gil dice que sali¨® ganando con la venta. Que gan¨® demasiado.

En cambio, asegura que van con L¨®pez Obrador para la presidencia. As¨ª, en plural. Ellos, su grupo de amigos, de gente que piensa como ¨¦l en el pueblo. "Veremos qu¨¦ ocurre", cuenta.

3. En la franja del huachicol, las familias huyen... De la falta de trabajo.

Juana vive al final de una calle de tierra, a un par de kil¨®metros del centro de Palmar de Bravo, una de las guaridas de las bandas de ladrones de gasolina que han puesto en jaque a este y otros estados. Juana no se llama Juana, prefiere que su nombre no salga. Se puede decir que vende tortillas. Que anda buscando un comprador para un terreno. La sala es el espacio principal de la casa y all¨ª est¨¢n sentada ella y otros dos invitados.

En Puebla, robar combustible se ha convertido en un delito habitual en apenas dos a?os. Las autoridades han descubierto miles de tomas clandestinas conectadas al tubo que usa Pemex, la petrolera estatal, para traer combustibles desde la costa. Apoyadas en la complicidad y la depresi¨®n econ¨®mica de poblaciones como Palmar, los ladrones han puesto patas arriba la vida tranquila ¨Cy a veces obscenamente humilde¨C de decenas de pueblos.

Juana lo sabe y por eso ha invitado a dos amigos, Ezequiel Lim¨®n y Eric Flores, candidato del Partido Verde a la alcald¨ªa y su coordinador de campa?a. Los dos son empresarios. Quiere que cuenten qu¨¦ ha pasado, qu¨¦ se puede hacer con el pueblo. El ¨²ltimo alcalde, el alcalde Pablo Morales, est¨¢ en prisi¨®n por presuntos v¨ªnculos con los famosos huachicoleros, los ladrones de combustible.

"El huachicoleo fue un boom", dice Eric, que tiene un negocio de venta de pollos y huevos. "La gente llegaba y dec¨ªa 'dame un pollo y un kilo de retazo para mi perro'. Ahora ha vuelto a la normalidad". Esto es, que el dinero ha dejado de fluir, cosa de la presi¨®n del Ej¨¦rcito y la Armada en la zona.

Eric y Ezequiel explican que muchas familias se han ido del pueblo, porque despu¨¦s del boom, privados del tubo de gasolina, los huachicoleros han diversificado el negocio. Ahora, dice Eric, se dedican a secuestrar. "Y muchos tambi¨¦n es que no los contratan, por lo mismo de que se dedicaban a sacar combustible. No se f¨ªan".

Aunque van por el verde al municipio, Ezequiel, el candidato, lo tiene claro. Su voto es para L¨®pez Obrador. Juana, igual. Eric duda, aunque desde luego el candidato nacional de su partido, Jos¨¦ Antonio Meade, que representa al verde y al PRI, no le gusta demasiado.