Venezuela enfrenta dos virus
El dirigente opositor venezolano, refugiado desde abril de 2019 en la Embajada de Espa?a en Caracas, plantea en esta tribuna, la primera que escribe desde entonces, una propuesta a todos los sectores pol¨ªticos para salir de la grave crisis por la que atraviesa el pa¨ªs
El esfuerzo por afrontar la crisis de la Covid-19 en Venezuela es inseparable de la lucha en contra de la dictadura. No son, como intenta promover el r¨¦gimen, ¨¢mbitos que puedan resolverse separadamente. Ni se podr¨ªa, tampoco, entregar recursos financieros o de otra ¨ªndole, a un dictador que roba todo cuanto encuentra a su paso: un poder que ha demostrado su naturaleza delincuente.
No es posible enfrentar la pandemia sin enfrentar al dictador. Y ello, en lo esencial, porque la responsabilidad absoluta de la debacle venezolana es de Nicol¨¢s Maduro. A esta hora, cuando los contagios avanz...
El esfuerzo por afrontar la crisis de la Covid-19 en Venezuela es inseparable de la lucha en contra de la dictadura. No son, como intenta promover el r¨¦gimen, ¨¢mbitos que puedan resolverse separadamente. Ni se podr¨ªa, tampoco, entregar recursos financieros o de otra ¨ªndole, a un dictador que roba todo cuanto encuentra a su paso: un poder que ha demostrado su naturaleza delincuente.
No es posible enfrentar la pandemia sin enfrentar al dictador. Y ello, en lo esencial, porque la responsabilidad absoluta de la debacle venezolana es de Nicol¨¢s Maduro. A esta hora, cuando los contagios avanzan en todo el pa¨ªs, la dictadura y la pandemia constituyen para los dem¨®cratas un ¨²nico y simult¨¢neo objetivo.
Tanto los sistemas de salud como los servicios p¨²blicos y la industria petrolera han sido destruidos y saqueados por el r¨¦gimen. El pa¨ªs, que por su poblaci¨®n deber¨ªa contar con, al menos, 100.000 camas hospitalarias, no alcanza las 15.000. Es decir, la capacidad est¨¢ hoy muy por debajo del 20% m¨ªnimo necesario. M¨¢s alarmante aun, es el dato de la disponibilidad de UCI con respiradores mec¨¢nicos: solo 84 en el sector p¨²blico y 120 en el privado. Apenas 200 unidades para responder a una enfermedad que ataca el funcionamiento de los pulmones y que si llegara a afectar a la mitad de la poblaci¨®n como se estima en la mayor¨ªa de los pa¨ªses, se requerir¨¢n al menos 150.000 atenciones en cuidados intensivos.
La narcodictadura ha convertido la pandemia en su escudo humano
Las denuncias y testimonios de m¨¦dicos, param¨¦dicos, sindicatos y usuarios de los hospitales son un¨¢nimes: el sistema hospitalario venezolano est¨¢ en ruinas. Muchos no tienen agua ¡ªl¨¦ase bien: hospitales sin agua¡ª, el m¨¢s elemental e imprescindible recurso para la acci¨®n sanitaria y el insumo b¨¢sico para la recomendaci¨®n elemental: lavarse las manos. En la mayor¨ªa son recurrentes los fallos del servicio el¨¦ctrico ¡ªl¨¦ase bien: hospitales sin energ¨ªa el¨¦ctrica¡ª. Todos, absolutamente todos, carecen de los insumos m¨ªnimos b¨¢sicos para atender a los pacientes y para proteger a los profesionales de salud. No hay batas, gorros, guantes, mascarillas, provisiones de alcohol, jab¨®n y dem¨¢s art¨ªculos para evitar la multiplicaci¨®n acelerada de los contagios. No hay medicamentos ¡ªl¨¦ase bien: hospitales sin medicamentos¡ª. No hay desinfectantes. El ¨²nico recurso con el que cuentan, es la voluntad de los trabajadores de la salud, que ahora mismo se preguntan c¨®mo har¨¢n para salvar las vidas de los enfermos, cuando la mayor¨ªa tiene dificultad para llegar a su centro de salud por la falta de combustible que ha paralizado al pa¨ªs durante los ¨²ltimos d¨ªas. Han sido las pol¨ªticas encabezadas por Maduro las que han creado esta hecatombe.
La preocupaci¨®n que me impulsa a escribir este art¨ªculo no se origina solo en la cat¨¢strofe del sistema p¨²blico de salud. En el centro de nuestra angustia est¨¢ el crecimiento de la precariedad, el cada vez m¨¢s acusado deterioro de las condiciones de vida de la inmensa mayor¨ªa de los venezolanos. Tenemos los dem¨®cratas de Venezuela y del mundo que pulsar el bot¨®n de alarma cuando leemos que menos del 7% de la poblaci¨®n dispone de agua potable constante y que casi el 18% no la recibe nunca. Hay que pulsar el bot¨®n de alarma cuando leemos que menos del 10% recibe un servicio el¨¦ctrico constante. Hay que levantar la voz en todos los escenarios, para decir que solo el 6% de la poblaci¨®n tiene acceso garantizado a los alimentos necesarios para vivir. Hay que hacer lo indecible para llamar la atenci¨®n del mundo, para advertir de que, ahora mismo, menos del 1% tiene acceso al combustible. Lo repito: la responsabilidad exclusiva de la casi inexistencia de servicios p¨²blicos y de combustibles es del dictador.
Debemos actuar sin demoras para evitar que la enfermedad arrase el pa¨ªs
Debo agregar que, en nuestro pa¨ªs, el 87% de las familias no tienen el dinero que les permita quedarse en su casa sin salir a la calle en b¨²squeda de sustento. Ni un d¨ªa. No tienen alimentos en sus alacenas, ni desinfectantes, ni jab¨®n, ni agua ¡ªinsisto en ello¡ª. Al menos dos tercios, tienen una edad biol¨®gica que no se corresponde con el tiempo real de vida: sus cuerpos han envejecido, producto del hambre, las enfermedades y las condiciones en las que viven. Un cuerpo desnutrido es campo f¨¦rtil para el virus.
La primera ola de la Covid-19, que tuvo su epicentro en la regi¨®n asi¨¢tica, ense?¨® el papel precioso que la informaci¨®n cumple como una barrera a la enfermedad. La segunda ola, en pleno desarrollo en Europa, ha puesto a prueba las capacidades de respuesta de Gobiernos y sistemas sanitarios. En ello consisten sus principales lecciones. La tercera ola, de la que Venezuela es parte, tiene sus principales focos en Am¨¦rica Latina y ?frica, donde la diseminaci¨®n del virus podr¨ªa sobrepasar las peores previsiones. Una tercera ola que apenas comienza y que la OMS ha recomendado a los pa¨ªses en desarrollo a ¡°prepararse para lo peor¡±.
?Qu¨¦ acciones ha tomado la dictadura de Nicol¨¢s Maduro para responder a la acci¨®n de la Covid-19? En primer lugar, hacer chistes y minimizar el peligro y crear una falsa expectativa de control. A continuaci¨®n, mentir: afirmar, con arrogancia, que el Gobierno dispone de todos los recursos necesarios. Luego, aprovechar la coyuntura, para pedirle a su denostado Fondo Monetario Internacional, 5.000 millones de d¨®lares. De seguidas, militarizar el pa¨ªs y convertir la venta de combustible en una ¡ªotra¡ª gigantesca red de corrupci¨®n y controles pol¨ªticos, y lo m¨¢s grave, ha arreciado la represi¨®n metiendo presos a m¨¦dicos y periodistas que se han atrevido a alzar la voz, as¨ª como a muchos miembros del equipo cercano del presidente Guaid¨®, cuya persecuci¨®n ha cobrado mayor intensidad durante la pandemia. Nadie puede llamarse a enga?o: la narcodictadura ha convertido el coronavirus en su escudo humano, en su herramienta, en la excusa que necesitaba para prolongar la usurpaci¨®n, aumentando el control social y la represi¨®n.
Un Gobierno de emergencia podr¨¢ habilitar los recursos necesarios
Maduro se ha fundido con el virus. Son una misma entidad, a la que no es posible conceder una tregua. Hay que combatirla en todos los terrenos, sin descanso. Tenemos la responsabilidad de actuar sin demoras para evitar que la pandemia arrase a Venezuela. El Gobierno Interino, bajo el liderazgo del presidente Juan Guaid¨® ha planteado una ruta para la soluci¨®n:
1. Conformar un Gobierno de Emergencia Nacional con representaci¨®n de todos los sectores del pa¨ªs. Para que sea ajustado a nuestra Constituci¨®n y pueda reinsertarse plenamente en la comunidad internacional, no puede ser conducido por imputados con cargos de narcotr¨¢fico o terrorismo, ni por violadores de derechos humanos.
2. Delegar en el Consejo de Estado las competencias ejecutivas para atender la emergencia, hasta la celebraci¨®n de elecciones presidenciales libres.
3. Una vez constituido el Gobierno de Emergencia, se levantar¨¢n progresivamente las sanciones.
4. Fortalecer la presencia y capacidad de acci¨®n de agencias internacionales humanitarias y de derechos humanos en territorio venezolano.
5. Aprobar una Ley de Garant¨ªas que genere los mecanismos para garantizar la estabilidad nacional y la atenci¨®n y reparaci¨®n de las v¨ªctimas.
6. Ejecutar un plan de emergencia nacional con apoyo humanitario y financiero internacional que permita dotar a los hospitales de insumos m¨¦dicos, ayuda humanitaria alimentaria, subsidios directos para la poblaci¨®n m¨¢s vulnerable, importaci¨®n de gasolina y gas para abastecer al pa¨ªs, facilitar el acceso al agua, entre otras prioridades.
7. Realizar elecciones libres en un plazo no mayor de 6 a 12 meses, imprescindibles para resolver la crisis pol¨ªtica y retomar el hilo constitucional y democr¨¢tico de Venezuela.
Esta propuesta es incluyente, goza con amplio apoyo de la comunidad internacional y est¨¢ dirigida a todos los sectores, tanto a los sectores democr¨¢ticos y a quienes hacen vida dentro del Estado venezolano, en particular en el ¨¢mbito militar, e incluso a aquellos quienes siendo del c¨ªrculo cercano del dictador y d¨¢ndose cuenta de que este est¨¢ perdido, decidan evitarle m¨¢s traumas a nuestro pueblo a cambio de algunos beneficios que la justicia internacional ha manifestado estar de acuerdo en dar.
La propuesta ha recibido el pronto apoyo de Estados Unidos y de pa¨ªses de Europa y Am¨¦rica Latina, que ya suman un total de 47 pa¨ªses. Ese Gobierno de emergencia podr¨¢ habilitar, muy r¨¢pidamente, los recursos financieros necesarios y la ayuda de las agencias internacionales para la enorme tarea que ser¨ªa necesario abordar.
Pero, debo insistir en esto, es una sola lucha: contra esa entidad ¨²nica y asesina que conforman la dictadura y la pandemia.
Leopoldo L¨®pez, pol¨ªtico venezolano, encarcelado en 2014, desde abril de 2019 est¨¢ resguardado en la Embajada de Espa?a en Caracas. Es coordinador del Centro de Gobierno de Juan Guaid¨®.
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