La justicia alemana cierra sin sentencia el juicio por la tragedia de Loveparade
El tribunal alega que el coronavirus frustra aclarar antes de la prescripci¨®n la avalancha humana que caus¨® 21 muertos, entre ellos dos espa?olas
El Tribunal Regional de Duisburgo, en el estado alem¨¢n de Renania del Norte-Westfalia, ha archivado la causa judicial que manten¨ªa abierta por la avalancha humana que en julio de 2010 provoc¨® la muerte de 21 personas en el festival de m¨²sica techno Loveparade. Entre las v¨ªctimas estaban Marta Acosta y Clara Zapater, dos estudiantes de Tarragona, cuyas familias han batallado por mantener vivo el proceso para aclarar responsabilidades en el suceso. Para justificar el archivo, el tribunal ...
El Tribunal Regional de Duisburgo, en el estado alem¨¢n de Renania del Norte-Westfalia, ha archivado la causa judicial que manten¨ªa abierta por la avalancha humana que en julio de 2010 provoc¨® la muerte de 21 personas en el festival de m¨²sica techno Loveparade. Entre las v¨ªctimas estaban Marta Acosta y Clara Zapater, dos estudiantes de Tarragona, cuyas familias han batallado por mantener vivo el proceso para aclarar responsabilidades en el suceso. Para justificar el archivo, el tribunal alem¨¢n razona que el coronavirus ha lastrado el gui¨®n previsto del juicio y ha frustrado poder dejarlo visto para sentencia antes de julio, fecha tope para no caer en la prescripci¨®n de los hechos. Quedaban tres personas en el banco de los acusados, trabajadores de la empresa organizadora del festival.
Paco Zapater, abogado y padre de una de las fallecidas, ha reaccionado al sobreseimiento avanzando la presentaci¨®n de un recurso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Admite que no habr¨¢, en ning¨²n caso, un culpable judicial de las 21 muertes: ¡°El proceso penal est¨¢ muerto, en Estrasburgo podemos pedir la condena moral de Alemania, porque su Administraci¨®n de Justicia ha vulnerado nuestro derecho a un juicio equitativo¡±.
El Loveparade era un popular festival de m¨²sica electr¨®nica que se celebraba en Alemania y que congregaba a cientos de miles de personas. Hab¨ªa nacido en Berl¨ªn y su fama le convirti¨® en un evento festivo de referencia cada verano. En la edici¨®n de 2010, la organizaci¨®n escogi¨® como escenario un amplio descampado de la antigua estaci¨®n de mercanc¨ªas de Duisburgo, a la que se acced¨ªa a trav¨¦s de un t¨²nel. Una gran cantidad de personas quedaron atrapadas en el embudo que se form¨® en los accesos, y el sofoco por el aplastamiento y la falta de aire caus¨® m¨¢s de 500 heridos y 21 muertos. El evento hab¨ªa acumulado casi el doble del aforo permitido, unas 250.000 personas. El procedimiento judicial para aclarar la tragedia se ha dilatado en el tiempo y ha terminado sin concreciones, pese a que, en un primer momento, la canciller alemana, Angela Merkel, exigi¨® una ¡°investigaci¨®n exhaustiva¡± y reclam¨® medidas para evitar que se pudiera repetir un suceso parecido.
La fiscal¨ªa alemana abri¨® una investigaci¨®n por homicidio imprudente pero el br¨ªo indagador se fue diluyendo con el avance de los meses. El tribunal de Duisburgo ya archiv¨® la causa en 2016 al no apreciar indicios de delito. Un recurso de las familias de las v¨ªctimas y la presentaci¨®n de 367.000 firmas de apoyo motivaron que la Audiencia Territorial de D¨¹sseldorf ordenara reabrir el juicio. Arranc¨® en septiembre de 2017 y ahora, tras 183 sesiones, el tribunal le da carpetazo alegando que la alta complejidad del expediente y la irrupci¨®n del coronavirus hacen imposible liquidarlo antes de la prescripci¨®n. ¡°Han celebrado, de media, un d¨ªa y medio de juicio a la semana¡±, lamenta Zapater, que critica la indolencia de los jueces: ¡°Este juicio equival¨ªa a poner en evidencia que en Alemania hay cosas que no funcionan¡±.
Solo quedaban imputados tres trabajadores de la empresa organizadora del festival. El resto de procesados, seis funcionarios municipales y un trabajador de la organizaci¨®n, quedaron liberados del procedimiento el a?o pasado. Los jueces consideraron entonces que la tragedia se debi¨® a una serie de errores de planificaci¨®n y al ¡°fracaso colectivo¡± de un gran n¨²mero de personas el d¨ªa del concierto.