Amnist¨ªa Internacional lanza una campa?a contra el uso de gas lacrim¨®geno en el mundo
La organizaci¨®n en defensa de los derechos humanos critica su utilizaci¨®n indiscriminada y pide regular su comercio
Soldados y miembros de las fuerzas de seguridad asaltaron el a?o pasado un hospital en Omdurman, a las afueras de Jartum, la capital de Sud¨¢n. Durante la incursi¨®n, los agentes llenaron la sala de urgencias de gas lacrim¨®geno. ¡°Dispararon cuatro cartuchos de gas; gracias a Dios solo explot¨® uno¡±, contaba el personal m¨¦dico a Amnist¨ªa Internacional. El cartucho que explot¨® cay¨® bajo la cama de un hombre de 70 a?os que hab¨ªa sufrido un paro cardiaco. Muri¨® a los 10 minutos.
El caso de Sud¨¢n es uno de los ejemplos que ha ...
Soldados y miembros de las fuerzas de seguridad asaltaron el a?o pasado un hospital en Omdurman, a las afueras de Jartum, la capital de Sud¨¢n. Durante la incursi¨®n, los agentes llenaron la sala de urgencias de gas lacrim¨®geno. ¡°Dispararon cuatro cartuchos de gas; gracias a Dios solo explot¨® uno¡±, contaba el personal m¨¦dico a Amnist¨ªa Internacional. El cartucho que explot¨® cay¨® bajo la cama de un hombre de 70 a?os que hab¨ªa sufrido un paro cardiaco. Muri¨® a los 10 minutos.
El caso de Sud¨¢n es uno de los ejemplos que ha recogido Amnist¨ªa Internacional (AI) en su investigaci¨®n sobre las malas pr¨¢cticas de este arma no letal en los ¨²ltimos a?os. Este jueves, la organizaci¨®n defensora de los derechos humanos ha publicado junto a la Fundaci¨®n Omega una web en la que repasa algunas agresiones con el gas t¨®xico cometidas a nivel mundial, explica la peligrosidad de su uso y entra incluso en la pol¨¦mica de su comercializaci¨®n. El informe llega en un momento en que la ONU estudia elaborar controles sobre el negocio internacional de armas menos letales, a las que pertenece el gas lacrim¨®geno.
¡°Las fuerzas de seguridad suelen hacernos creer que el gas lacrim¨®geno es un medio seguro para dispersar multitudes violentas, que evita tener que recurrir a armas m¨¢s nocivas. Pero nuestro an¨¢lisis demuestra que las fuerzas policiales est¨¢n haciendo un uso indebido de ¨¦l, y a una escala generalizada¡±, afirma Sam Dubberley, director del proyecto Evidence Lab del programa de respuesta a las crisis de AI.
Para la investigaci¨®n se ha creado una red con un centenar de estudiantes y profesionales de seis universidades distintas con formaci¨®n en el rastreo y la verificaci¨®n de contenido de las redes sociales. ¡°El uso de fuentes abiertas como las redes sociales han hecho posible un trabajo que hace a?os hubiera sido casi imposible de gestionar. Hemos analizado m¨¢s de 500 v¨ªdeos que nos han permitido localizar 80 casos de uso indebido confirmando lugar, fecha y validez de cada uno¡±, explica Dubberley. ¡°Hay pa¨ªses de los que antes era m¨¢s dif¨ªcil acceder a informaci¨®n y poco a poco han empezado a llegar v¨ªdeos que nos permiten documentar incidentes, como son el caso de Ir¨¢n o China¡±.
Los ¨²ltimos casos destacados en el mapa de incidentes que contiene la web llegan hasta hace apenas unas semanas, a las protestas en EE UU contra la violencia policial motivadas por la muerte de George Floyd. ¡°Las recientes im¨¢genes de Estados Unidos o Hong Kong dejan claro que es una pr¨¢ctica demasiado com¨²n a d¨ªa de hoy y que puede desde coartar el derecho de reuni¨®n de las personas a directamente amenazar sus vidas. Hemos registrado casos de disparos directos a manifestantes, con consecuentes mutilaciones y traumatismos¡±, critica Dubberley.
Pese al mal uso generalizado del gas t¨®xico, AI denuncia la opacidad en la que se encuentra el mercado de este tipo de productos, que carecen de una normativa internacional sobre su comercio. La investigaci¨®n destaca siete empresas con distintas nacionalidades como productoras este tipo de materiales. ¡°Acceder a la informaci¨®n sobre las ventas y distribuci¨®n de gas lacrim¨®geno es casi imposible. Ni los propios Estados o comisar¨ªas de polic¨ªa dan informaci¨®n de sus reservas¡±, critican los expertos de AI.
Para Isabel Mendoza, del equipo de Armas de AI, el problema reside en la falta de legislaci¨®n, que es pr¨¢cticamente inexistente. ¡°El uso y venta de estos materiales considerados menos letales deber¨ªan estar tambi¨¦n sujetos a los controles internacionales sobre armas que se est¨¢n debatiendo actualmente en la ONU¡±, asegura la activista y experta, que recuerda: "De todas formas, los pa¨ªses no tienen por qu¨¦ esperar, podr¨ªan incrementar ya sus controles nacionales y regionales¡±.