El veto al aborto agrava el malestar de las mujeres con el Gobierno polaco
La sentencia del Tribunal Constitucional de restringir al m¨¢ximo la interrupci¨®n del embarazo es el ¨²ltimo cap¨ªtulo de una campa?a del Ejecutivo y de la Iglesia cat¨®lica contra los derechos de la mujer
Natalia Organista ha acabado de dar su ¨²ltima clase en la universidad a las cuatro de la tarde. Ha pasado por casa para descansar un rato antes de acudir a la manifestaci¨®n de las siete en Varsovia convocada por la organizaci¨®n feminista Strajk Kobiet a trav¨¦s de las redes sociales. El lugar de la protesta es el mismo que el del d¨ªa anterior: frente a la casa de Jaroslaw Kaczynski, viceprimer ministro del Gobierno polaco. El motivo: volver a protestar contra de la ...
Natalia Organista ha acabado de dar su ¨²ltima clase en la universidad a las cuatro de la tarde. Ha pasado por casa para descansar un rato antes de acudir a la manifestaci¨®n de las siete en Varsovia convocada por la organizaci¨®n feminista Strajk Kobiet a trav¨¦s de las redes sociales. El lugar de la protesta es el mismo que el del d¨ªa anterior: frente a la casa de Jaroslaw Kaczynski, viceprimer ministro del Gobierno polaco. El motivo: volver a protestar contra de la decisi¨®n del Tribunal Constitucional de restringir al m¨¢ximo el aborto en un pa¨ªs con una de las leyes de interrupci¨®n del embarazo m¨¢s restrictivas de Europa. Desde este jueves, la justicia polaca, controlada en parte por jueces afines al Ejecutivo, considera inconstitucional el aborto en el supuesto de que el feto sufra una malformaci¨®n o enfermedad irreversible. El fallo desencaden¨® una multitud de protestas en las principales ciudades del pa¨ªs. Miles de ciudadanos salieron este viernes por segundo d¨ªa consecutivo a manifestarse en contra del veto al aborto.
En la capital, la polic¨ªa detuvo el jueves a 15 manifestantes y utiliz¨® gas pimienta para dispersar a los que se agolpaban frente al edificio donde reside el viceprimer ministro, principal art¨ªfice de la deriva ultraconservadora que vive la sexta econom¨ªa de la UE desde que la formaci¨®n de extrema derecha Ley y Justicia (PiS), que ¨¦l mismo dirige, se hiciera hace cinco a?os con el poder. Esta sentencia contra el aborto es el ¨²ltimo cap¨ªtulo de una campa?a del PiS contra los derechos de las mujeres a la que se suma la enorme influencia de la Iglesia cat¨®lica en el pa¨ªs. ¡°La situaci¨®n es cada vez peor, nos est¨¢n quitando libertades, tenemos que actuar¡±, cuenta por tel¨¦fono Organista, de 35 a?os, con ganas de convertirse en madre alg¨²n d¨ªa. Pero sin que nadie decida por ella. La sentencia del Constitucional divide todav¨ªa m¨¢s a una sociedad completamente polarizada entre los que est¨¢n a favor y en contra del Gobierno; los que quieren una Polonia m¨¢s tradicional y alejada de los valores europeos y los que rechazan esta idea rotundamente.
El partido en el Gobierno, que defiende las tradiciones y valores cristianos en la vida p¨²blica, siempre ha tenido como objetivo la ilegalizaci¨®n del aborto, as¨ª como el control de los m¨¦todos anticonceptivos. Una de las primeras medidas cuando el PiS lleg¨® al poder fue restringir el acceso a la p¨ªldora del d¨ªa despu¨¦s, que hasta entonces se pod¨ªa comprar f¨¢cilmente en la farmacia. El Ejecutivo aprob¨® una norma para que fuera necesaria una prescripci¨®n m¨¦dica que validara la utilizaci¨®n de este m¨¦todo.
En 2016, el PiS ya present¨® una ley en el Parlamento que establec¨ªa la prohibici¨®n del aborto y la imposici¨®n de penas de c¨¢rcel a quienes lo practicaran. Pero entonces miles de mujeres a favor de la libre elecci¨®n salieron a las calles y el Gobierno de Kaczynski se vio forzado a dar marcha atr¨¢s. ¡°Ahora por culpa de la pandemia es m¨¢s dif¨ªcil repetir aquella revoluci¨®n¡±, sostiene por tel¨¦fono desde Varsovia Agnieszka Graff, una de las escritoras feministas m¨¢s reconocidas de Polonia. Esta acad¨¦mica es una de las analistas consultadas que reconocen que el fallo del Constitucional no ha sorprendido mucho. ¡°Era de esperar. Lo han intentado en varias ocasiones. El Episcopado ha presionado mucho al Gobierno. Y el propio Kaczynski se encuentra acorralado porque ve c¨®mo un sector creciente de su partido se est¨¢ radicalizando todav¨ªa m¨¢s¡±. Graff se refiere a la figura emergente del ministro de Justicia Zbigniew Ziobro, socio de la coalici¨®n que mantiene al PiS en el Gobierno, firme defensor de la familia tradicional cristiana y contrario a los derechos de la comunidad LGTBI.
Ziobro, que seg¨²n los analistas aspira a suceder a Kaczynski al frente del partido cuando este se retire, ha radicalizado todav¨ªa m¨¢s la controvertida posici¨®n del Gobierno polaco en relaci¨®n con los derechos de las mujeres, envalentonado tambi¨¦n por la creciente presi¨®n de la Iglesia polaca por impartir doctrina a trav¨¦s de la pol¨ªtica.
Fuera del Convenio de Estambul contra la violencia de g¨¦nero
El pasado julio, el ministro de Justicia anunci¨® que Polonia iniciaba los tr¨¢mites para retirarse de la Convenci¨®n de Estambul contra la violencia de g¨¦nero, un tratado del Consejo de Europa que fue ratificado por el pa¨ªs en 2015 (con el anterior Ejecutivo de derecha moderada Plataforma C¨ªvica). Un a?o antes de la adhesi¨®n de Polonia a este pacto, Ziobro dijo que no se necesitaba un convenio para saber que no se debe pegar a una mujer, porque ya lo dice ¡°el evangelio¡±.
Lo que ahora sostiene este pol¨ªtico ultraconservador es que el Convenio de Estambul promueve la ideolog¨ªa de g¨¦nero porque deja abierta la definici¨®n de la mujer m¨¢s all¨¢ de su sexo biol¨®gico, y eso va en contra de sus principios morales. Cuando dio a conocer la salida del pacto, Ziobro recalc¨® que la legislaci¨®n polaca es ¡°ejemplar¡± en la protecci¨®n de la mujer y que en cambio este acuerdo estaba escrito en un lenguaje ambiguo y repleto de ¡°cuestiones ideol¨®gicas¡±.
La organizaci¨®n jur¨ªdica ultraconservadora Ordo Iuris, conocida en Polonia por pleitear contra los activistas por los derechos LGTBI, emprendi¨® este verano una campa?a de recogida de firmas a favor del abandono del Convenio de Estambul bajo el lema ¡°S¨ª a la familia, no al g¨¦nero¡±. ¡°Esta organizaci¨®n tiene mucha influencia en el Gobierno, sobre todo en el ala m¨¢s radical. Son fan¨¢ticos religiosos¡±, asegura Graff. Versi¨®n que no comparte Rafal Dorosinski, consejero legal de Ordo Iuris. ¡°A nosotros nos preocupan las mujeres, y deben ser protegidas. Pero no bajo las premisas ideol¨®gicas del acuerdo de Estambul que no tienen nada que ver con combatir la violencia¡±, defiende al tel¨¦fono. ¡°Hay una agenda ideol¨®gica que los pa¨ªses occidentales y la UE nos quieren imponer sobre temas de familia, matrimonio y derechos humanos. No vamos a aceptarlo¡±, a?ade.
La indignaci¨®n de parte de las ciudadanas polacas contra esta campa?a de acoso a sus derechos se palpaba este viernes en las calles de Varsovia, Cracovia, Poznan... ¡°He hablado con mis estudiantes y est¨¢n enfadadas, se sienten humilladas, tristes ante lo que est¨¢ sucediendo¡±, cuenta Elzbieta Korolczuk, profesora de movimientos sociales en la Universidad de Varsovia. ¡°No nos queda otra [que protestar]. Aunque creo que esta batalla no la vamos a ganar esta vez en la calle, sino aferr¨¢ndonos a la ley, y quiz¨¢ acudiendo al Tribunal Europeo de Derechos Humanos¡±. Por ahora, la gran mayor¨ªa de las mujeres que quiera abortar solo podr¨¢n ejercer su derecho si tienen dinero y amigos en el extranjero.