Excombatientes de las FARC marchan a Bogot¨¢ para pedir que no los maten
Cerca de 2.000 firmantes del acuerdo de paz protestan para llamar la atenci¨®n sobre los homicidios de 236 exguerrilleros desde su desmovilizaci¨®n
En menos de una semana, otra movilizaci¨®n en chivas y a pie se dirige a Bogot¨¢ para llamar la atenci¨®n del Gobierno de Iv¨¢n Duque sobre la violencia y la implementaci¨®n del acuerdo de paz. Esta vez son cerca de 2.000 excombatientes de las antiguas FARC firmantes del acuerdo, que entregaron las armas en 2016, y que marchan por el asesinato de 236 de sus compa?eros.
¡°Vamos para exigirle al Gobierno cumpla los acuerdos. Para nosotros, los...
En menos de una semana, otra movilizaci¨®n en chivas y a pie se dirige a Bogot¨¢ para llamar la atenci¨®n del Gobierno de Iv¨¢n Duque sobre la violencia y la implementaci¨®n del acuerdo de paz. Esta vez son cerca de 2.000 excombatientes de las antiguas FARC firmantes del acuerdo, que entregaron las armas en 2016, y que marchan por el asesinato de 236 de sus compa?eros.
¡°Vamos para exigirle al Gobierno cumpla los acuerdos. Para nosotros, los volvieron trizas, como prometieron en campa?a. Eso se evidencia en la falta del respeto a la vida. Nos est¨¢n llevando al cementerio antes de tiempo¡±, dice a EL PA?S Harrrison Arturo Garc¨¦s, uno de los firmantes del acuerdo desde una de las paradas de la marcha en Antioquia. ?l sali¨® desde uno de los Espacios Territoriales de Capacitaci¨®n, donde viven algunos de los excombatientes. Parti¨® desde Dabeiba, en el norte del departamento, junto a 45 personas, pero han ido sumando peregrinos en el camino.
La denominada Peregrinaci¨®n por la Vida, la Paz, y la Implementaci¨®n del Acuerdo Final ha reunido a excombatientes del sur, el noreste y el suroeste del pa¨ªs, que hacen escala en diferentes ciudades y esperan llegar el primero de noviembre a Bogot¨¢ e iniciar una marcha hasta la plaza de Bol¨ªvar, frente a la casa de gobierno.
Y aunque no han sido recibidos con el mismo j¨²bilo que acompa?¨® a la minga ind¨ªgena, uno de los peregrinos destaca que no fueron sujetos de rechiflas o ataques en zonas donde antes operaron como grupo armado. En su lugar han vivido actos de reconciliaci¨®n como el que ocurri¨® en Doradal (Antioquia) donde el exjefe de los paramilitares, Ram¨®n Isaza, su antiguo enemigo, sali¨® a su encuentro para animarlos en la movilizaci¨®n. Para los excombatientes de las FARC, adem¨¢s de insistir en que no los asesinen, la marcha es la oportunidad de demostrar que es firme su intenci¨®n de reintegrarse a la sociedad. Por eso en lugares como Meta, en el centro del pa¨ªs, hicieron un acto de p¨²blico de perd¨®n a las v¨ªctimas de esa regi¨®n que fueron golpeados por sus acciones guerrilleras del pasado.
La movilizaci¨®n ocurre en un momento ¨¢lgido sobre la verdad que se les exige a los m¨¢ximos jefes de esa guerrilla, hoy convertida en partido pol¨ªtico. Varios de ellos han admitido su participaci¨®n en seis cr¨ªmenes, entre ellos el magnicidio del l¨ªder conservador, ?lvaro G¨®mez Hurtado, as¨ª como el reclutamiento de menores en las filas, entre otros delitos.
El ambiente de crispaci¨®n por las m¨²ltiples matanzas, asesinatos de l¨ªderes sociales y de excombatientes ha valido llamados de atenci¨®n de la Misi¨®n de Verificaci¨®n de la ONU en Colombia. En octubre, ante el Consejo de Seguridad, el jefe de la Misi¨®n, Carlos Ruiz Massieu, se?al¨® que desde la firma del Acuerdo han verificado un total de 297 ataques contra ex miembros de las FARC, incluidos 224 asesinatos (al 14 de octubre), 20 desapariciones y 53 intentos de homicidio. ¡°Es esencial trabajar con comunidades y dise?ar medidas de seguridad eficaces y avanzar en mejorar la protecci¨®n de excombatientes, que siguen siendo asesinados. Seguir luchando contra la impunidad de esos delitos, inclusive llevando a los autores intelectuales ante la justicia¡±, afirm¨® el jefe de la Misi¨®n de Verificaci¨®n.
Seg¨²n cifras de la Fiscal¨ªa, hay ¡°avances investigativos en 158 de los 316 hechos de victimizaci¨®n¡± contra excombatientes y sus familiares. La instituci¨®n asegura que las agresiones provienen de grupos disidentes de las FARC; de la guerrilla del ELN y de grupos narco paramilitares como el Clan del Golfo, entre otros. Y el Gobierno, a trav¨¦s de la Consejer¨ªa de Estabilizaci¨®n, admite que se deben ¡°redoblar los esfuerzos¡± especialmente para los excombatientes que hacen su reincorporaci¨®n de forma individual o que no est¨¢n agrupados en los Espacios Territoriales de Capacitaci¨®n (ETCR). Del total de 13.000 hombres y mujeres que dejaron las armas, al menos 9.000 viven por fuera de los ETCR.
¡°Nosotros no dejamos las armas para que nos mataran, sino para que nos permitieran reintegrarnos a la vida social y econ¨®mica, recuperar el derecho a estar con nuestras familias. Pero no lo estamos viendo por ning¨²n lado¡±, dice Harrison Garc¨¦s, quien espera que tras la llegada al centro de Bogot¨¢ sean recibidos por miembros del Gobierno.