Vuelve Berlusconi (otra vez)
¡®Il Cavaliere¡¯ doblega a la derecha al lograr un apoyo un¨¢nime al Presupuesto del Gobierno de Conte. El empresario pone precio a la maniobra
El primer ministro, Giuseppe Conte, se puso delante de las c¨¢maras del TG5 el jueves, trag¨® saliva y lo llam¨® ¡°Il Cavaliere Berlusconi¡±. De un tir¨®n. Como si no quisiera pensarlo demasiado, desempolv¨® un t¨ªtulo honor¨ªfico ca¨ªdo en desgracia en Italia despu¨¦s de todos los esc¨¢ndalos y la inhabilitaci¨®n pol¨ªtica que atraves¨® el cuatro veces primer ministro. El mismo hombre que acababa de salvarle la cara al Gobierno con la ¨²ltima de sus astutas jugadas.
Silvio Berlusconi siempre vuelv...
El primer ministro, Giuseppe Conte, se puso delante de las c¨¢maras del TG5 el jueves, trag¨® saliva y lo llam¨® ¡°Il Cavaliere Berlusconi¡±. De un tir¨®n. Como si no quisiera pensarlo demasiado, desempolv¨® un t¨ªtulo honor¨ªfico ca¨ªdo en desgracia en Italia despu¨¦s de todos los esc¨¢ndalos y la inhabilitaci¨®n pol¨ªtica que atraves¨® el cuatro veces primer ministro. El mismo hombre que acababa de salvarle la cara al Gobierno con la ¨²ltima de sus astutas jugadas.
Silvio Berlusconi siempre vuelve. A sus 84 a?os, mantiene las constantes vitales de Forza Italia bajo m¨ªnimos, pero logra reanimarla cuando es necesario. El partido tiene alrededor de un 7% de apoyos en los sondeos. Sin embargo, conserva un nutrido grupo de parlamentarios al servicio de la experiencia del m¨¢s viejo y astuto tah¨²r de la pol¨ªtica italiana. El jueves se prest¨® a desencallar una situaci¨®n cr¨ªtica en el Gobierno y convenci¨® a sus socios de la coalici¨®n de derecha (Hermanos de Italia y La Liga) de votar a favor de unos presupuestos expansivos que contemplan la ampliaci¨®n del d¨¦ficit. Una decisi¨®n ins¨®litamente un¨¢nime en tiempos de pandemia. Un triunfo. La jugada, una carambola pol¨ªtica a tres bandas, demuestra que el Caim¨¢n sigue en forma.
La llave de vuelta acostumbra a ser parecida. El centro de gravedad de Berlusconi se encuentra en un punto entre los intereses p¨²blicos y los privados. En este caso, el Gobierno de Conte necesitaba su apoyo para sacar adelante un aumento del d¨¦ficit de 8.000 millones de euros que abriese el grifo de los recursos necesarios para afrontar la pospandemia. Al mismo tiempo, Berlusconi se encontraba en una situaci¨®n muy delicada pol¨ªtica y empresarialmente. Por un lado, sus socios de la coalici¨®n van camino de engullir a Forza Italia y dejarla en demasiado irrelevante como para seguir sac¨¢ndola de vez en cuando de la UCI. Por otro, y ese asunto es crucial, Mediaset, la joya de la corona de su imperio empresarial atraviesa un momento de fragilidad que la ha expuesto como nunca a la intemperie de los mercados.
La francesa Vivendi lleva meses intentando entrar en la partida italiana engullendo a la empresa de Berlusconi y acerc¨¢ndose a TIM, la mayor operadora de telefon¨ªa de Italia y propietaria de la red ¨²nica de telefon¨ªa. El magnate mand¨® se?ales a Conte a trav¨¦s de su mejor hombre, su viejo jefe de gabinete y jefe de la sala de m¨¢quinas de cuatro gobiernos, Gianni Letta. Si quer¨ªan estabilidad pol¨ªtica, conven¨ªa sentarse a hablar. De modo que en la otra pantalla, casualidad o no, las negociaciones para ayudar a Mediaset fueron prosperando.
Las primeras se?ales llegaron con los nombramientos del consejo de administraci¨®n del ente independiente que regula la televisi¨®n p¨²blica (Agicom). El Movimiento 5 Estrellas (M5S), cuya identidad se bas¨® durante a?os en criticar la promiscuidad entre los negocios televisivos y la pol¨ªtica de Berlusconi, trag¨® con que el expremier colocase ah¨ª a una de sus personas de confianza y redactora de la denominada ley Gasparri (2003), una de las normas que m¨¢s le benefici¨® en el pasado para expandir sus negocios.
El Ejecutivo, despu¨¦s, aprob¨® una enmienda que tutela a Mediaset frente a los intereses de Vivendi, una suerte de escudo para proteger a las empresas italianas en plena pandemia. El movimiento provoc¨® el enfado monumental de la francesa. Y tambi¨¦n de un sector del M5S, que lo considera una herej¨ªa. ¡°Es la parte m¨¢s de la vieja escuela. Pero, en realidad, se ayud¨® a una empresa italiana enorme que da trabajo a miles de italianos. No hay que identificarla solo como la empresa de Berlusconi¡±, se?ala un diputado del M5S.
El magnate, sin embargo, deb¨ªa resolver tambi¨¦n los problemas pol¨ªticos en su coalici¨®n creados por la creciente debilidad electoral. Advirti¨® a sus socios de que si no apoyaban la ampliaci¨®n de d¨¦ficit del Gobierno, Forza Italia lo har¨ªa sola y quedar¨ªan retratados como los partidos que pusieron trabas a la recuperaci¨®n. Los parlamentarios de Hermanos de Italia enfurecieron. Pero la amenaza de ruptura ¡ªalgunas fuentes se?alan que fue m¨¢s all¨¢ y amenaz¨® con abandonar el grupo, aunque en Forza Italia lo niegan¡ª surti¨® efecto y la oposici¨®n en bloque dio su apoyo al Gobierno el jueves. Lo nunca visto.
Retorno a la centralidad
Renato Brunetta, diputado de Forza Italia, mano derecha de Berlusconi durante a?os, cree que es inicio de un cambio: ¡°La derecha debe ser plural, europea, garantista y liberal. Como la cre¨® Berlusconi y la gestion¨® durante 25 a?os. Pensar en una derecha guiada por los soberanistas, populistas y antieuropeos es una contradicci¨®n. Lo que pas¨® el jueves es el retorno a la centralidad¡±. Un discurso para la derecha que empieza a calar en un electorado algo fatigado del populismo nacionalista de la Liga.
Berlusconi, en el ocaso de su carrera, ha vuelto inesperadamente a tener una buena mano. El Gobierno, formado por cuatro partidos, registra otra vez movimientos s¨ªsmicos. El Partido Democr¨¢tico e Italia Viva (la formaci¨®n de Matteo Renzi) exigen una inmediata remodelaci¨®n del Ejecutivo y volver a equilibrarlo. Se abrir¨¢n nuevas grietas hasta que llegue el primer salvavidas. El mes de agosto iniciar¨¢ en Italia lo que se conoce como ¡°semestre blanco¡±, los seis meses previos a la elecci¨®n del nuevo Presidente de la Rep¨²blica. Durante ese periodo, la ley establece que el Ejecutivo no puede caer ni est¨¢ permitido disolver las c¨¢maras. Pero la traves¨ªa de Conte hasta la otra orilla, cuando deber¨¢ afrontar la parte m¨¢s complicada de esta crisis estabilizando al pa¨ªs, ser¨¢ muy larga. Y el Caim¨¢n estar¨¢ al acecho.